Batallas decisivas en Pokrovsk: las tropas ucranianas siguen perdiendo terreno ante Rusia

Una grave escasez de tropas de infantería y rutas de suministro que son objeto de ataques con aviones no tripulados rusos están conspirando contra las fuerzas ucranianas en Pokrovsk, donde se desarrollan batallas decisivas en la guerra que dura casi tres años.

Las tropas ucranianas están perdiendo terreno alrededor del crucial centro de suministro, que se encuentra en la confluencia de múltiples autopistas que conducen a ciudades clave en la región oriental de Donetsk, así como a una importante estación ferroviaria.

Moscú está decidida a capturar la mayor cantidad de territorio posible, mientras que la administración estadounidense de Donald Trump está presionando para que se celebren negociaciones para poner fin a la guerra y recientemente congeló la ayuda exterior a Ucrania, una medida que ha sorprendido a los funcionarios ucranianos, que ya estaban preocupados por las intenciones del nuevo presidente estadounidense, su aliado más importante. La ayuda militar no se ha detenido, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.

Los soldados ucranianos en Pokrovsk dijeron que las fuerzas rusas cambiaron de táctica en las últimas semanas, atacando sus flancos en lugar de ir de frente para formar un movimiento de pinza alrededor de la ciudad. Ahora que los rusos controlan las alturas dominantes, las rutas de suministro ucranianas están dentro de su alcance. La densa niebla de los últimos días impidió que los soldados ucranianos utilizaran eficazmente los drones de vigilancia, lo que permitió a los rusos consolidarse y tomar más territorio.

Mientras tanto, los comandantes ucranianos dicen que no tienen suficientes reservas para mantener las líneas de defensa y que las nuevas unidades de infantería no están logrando ejecutar las operaciones. Muchos depositan sus esperanzas en Mykhailo Drapatyi, un respetado comandante recientemente designado por el presidente ucraniano como jefe de las fuerzas terrestres, para que cambie la dinámica y contraataque.

“La guerra se gana con la logística. Si no hay logística, no hay infantería, porque no hay forma de abastecerla”, afirmó el subcomandante del batallón Lobos Da Vinci, conocido por el indicativo Afer.

“(Los rusos) han aprendido esto y lo están haciendo bastante bien”.

Una combinación de factores llevó a Kiev a perder efectivamente el asentamiento de Velyka Novosilka la semana pasada, su ganancia más significativa desde que tomó la ciudad de Kurakhove en la región de Donetsk en enero.

Todavía hay grupos dispersos de soldados ucranianos presentes en el sector sur de Velyka Novosilka, dijeron los comandantes ucranianos, lo que provocó críticas de algunos expertos militares que cuestionaron por qué el mando superior no ordenó una retirada completa.

El pueblo situado en el cruce de carreteras está a 15 kilómetros de la vecina región de Dnipropetrovsk, donde las autoridades han comenzado a cavar fortificaciones por primera vez desde la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, anticipándose a nuevos avances rusos.

Rusia concentró una gran cantidad de infantería en torno a Velyka Novosilka, dijeron los soldados que se encontraban allí. En los últimos días, cuando se formó una densa niebla, los drones ucranianos “apenas funcionaron” para realizar vigilancia, dijo a la agencia de noticias AP un comandante cerca de Pokrovsk. La vigilancia de largo y mediano alcance fue imposible, dijo. Habló bajo condición de anonimato para poder hablar libremente sobre asuntos militares delicados.

“Debido a esto, el enemigo estaba acumulando fuerzas… tomando posiciones, atrincherándose. Eran muy buenos en eso”, dijo.

Fue en ese fatídico momento cuando las fuerzas rusas lanzaron un ataque masivo: hasta 10 columnas de vehículos blindados, cada una con hasta 10 unidades, se movieron desde varias direcciones.

Las rutas logísticas clave a lo largo de carreteras y autopistas asfaltadas están bajo amenaza directa de los drones rusos como resultado de los recientes avances de Moscú, lo que tensiona aún más a las tropas ucranianas.

Las fuerzas rusas ahora ocupan alturas dominantes clave alrededor de la región de Pokrovsk, lo que les permite usar drones hasta 30 kilómetros de profundidad en las líneas del frente ucranianas.

La autopista Pokrovsk-Pavlograd-Dnipro ya está bajo el control de los drones rusos, dijo el comandante en los flancos de Pokrovsk. Las fuerzas rusas están a menos de 4 kilómetros de distancia y están afectando el tráfico ucraniano, dijo. “Ahora la carretera está a sólo el 10% de su capacidad anterior”, dijo.

Otra carretera pavimentada, la carretera Myrnohrad-Kostyantynivka, también está bajo fuego ruso, añadió.

Esto también significa que, cuando hay mal tiempo, los vehículos militares, incluidos vehículos blindados de transporte de personal, tanques y camionetas, tienen que avanzar con dificultad por campos abiertos para entregar combustible, alimentos y municiones, así como para evacuar a los heridos.

En un puesto de primeros auxilios cerca de Pokrovsk, un paramédico con el indicativo de llamada Marik dijo que evacuar a los soldados heridos antes llevaba horas, ahora lleva días.

“Todo es visible (por los drones enemigos) y es muy difícil”, dijo.

Los soldados ucranianos en Pokrovsk dijeron que la escasez de tropas de combate es “catastrófica” y que los desafíos se ven agravados por las unidades de infantería recién creadas que están mal entrenadas y son inexpertas, lo que pone más presión sobre las brigadas curtidas en la batalla que tienen que intervenir para estabilizar la línea del frente.

Afer, el subcomandante, se queja de que los nuevos reclutas “extienden constantemente la línea del frente porque abandonan sus posiciones, no las mantienen, no las controlan, no las vigilan. Nosotros hacemos casi todo el trabajo por ellos”.

“Debido a esto, al tener inicialmente un área de responsabilidad de 2 kilómetros, terminas con 8 o 9 kilómetros por batallón, lo cual es mucho y no tenemos suficientes recursos”, dijo Afer. Los drones son especialmente difíciles de conseguir para su batallón, dijo, y agregó que solo tienen la mitad de lo que necesitan.

“No es porque tengan infantería de menor calidad, sino porque no están en absoluto preparados para la guerra moderna”, dijo sobre los nuevos reclutas.

Su batallón prácticamente no tiene reservas, lo que obliga a las unidades de infantería a mantener posiciones en primera línea durante semanas. Por cada uno de sus soldados, los rusos tienen 20, dijo, haciendo hincapié en lo superados en número.

En el puesto de primeros auxilios, un soldado herido con el distintivo de llamada Fish se recuperaba de una herida en la pierna que recibió después de intentar evacuar a un compañero caído. Lo había sacado de un refugio para cargarlo en un vehículo cuando el proyectil de mortero ruso explotó cerca de allí.

“Estamos luchando lo mejor que podemos y lo mejor que podemos”, dijo.

(Con información de AP)