Un incidente ocurrido durante los primeros días del devastador incendio de Palisades, en California, ha llevado a un hombre a enfrentar cargos federales por operar un dron de manera imprudente. Peter Akemann, de 56 años y residente de Culver City, aceptó declararse culpable de un cargo relacionado con la operación insegura de una aeronave no tripulada.
Este episodio, tuvo lugar el 9 de enero y resultó en una colisión entre el dron y un avión de extinción de incendios canadiense conocido como “super scooper” causando daños significativos al aeroplano y afectando las labores de combate al fuego, según detalló el Departamento de Justicia de Estados Unidos en un comunicado.
Akemann admitió que su manejo del dron fue irresponsable y que su acción representó un peligro inminente para la seguridad de la tripulación de dos personas que operaba el avión, según el acuerdo de culpabilidad citado por ABC News.
Daños por más de 60.000 dólares y una posible condena penal
El impacto del dron provocó un agujero de aproximadamente 7.6 por 15.2 centímetros en el ala izquierda de la aeronave, diseñada específicamente para recoger agua de cuerpos acuáticos y lanzarla sobre incendios forestales.
Aunque el avión logró aterrizar de manera segura, quedó fuera de servicio durante cinco días mientras se realizaban las reparaciones necesarias, lo que complicó las operaciones de extinción en un momento crítico.
“Estamos en medio del mayor incendio forestal que haya azotado el sur de California. Necesitamos todos los aviones que podamos tener en este momento. Y ahora tenemos uno fuera de servicio durante cinco días”, dijo el fiscal federal en funciones Joseph McNally, según recogió ABC News.
Las investigaciones revelaron que Akemann lanzó el dron desde la cima de un estacionamiento en Santa Mónica, motivado por la curiosidad de observar los daños causados por el incendio. Sin embargo, perdió el control del dispositivo cuando este se alejó aproximadamente 2.4 kilómetros (1.5 millas) de su posición.
Los investigadores lograron rastrear los restos del dron recuperados tras la colisión y vincularlos directamente con el dispositivo operado por Akemann, lo que permitió identificarlo como el responsable del incidente.
Akemann deberá pagar más de 65.000 dólares en concepto de restitución por los daños ocasionados al avión de extinción de incendios. Además, enfrenta una posible condena de hasta un año en prisión federal. Según detalló ABC News, el caso pone de manifiesto los riesgos que representa el uso indebido de drones en situaciones de emergencia, especialmente cuando interfieren con operaciones críticas como las de extinción de incendios.
Un incidente que interrumpió a las autoridades en un momento clave
El avión afectado, conocido como “super scooper”, es una aeronave de origen canadiense diseñada específicamente para combatir incendios forestales. Su capacidad para recoger grandes cantidades de agua y lanzarlas sobre áreas afectadas lo convierte en un recurso esencial durante emergencias de esta naturaleza. La pérdida temporal de esta aeronave durante el incendio de Palisades subrayó la importancia de garantizar que las operaciones de extinción no se vean obstaculizadas por actividades no autorizadas o imprudentes.
El incendio de Palisades, que marcó el contexto de este incidente, fue uno de los más devastadores registrados en el sur de California. Las autoridades locales y los equipos de emergencia trabajaron incansablemente para contener las llamas, enfrentando condiciones extremas y desafíos logísticos. La interrupción de las operaciones aéreas debido a la colisión del dron con el “super scooper” complicó aún más estos esfuerzos, destacando la necesidad de una mayor regulación y conciencia sobre el uso de drones en áreas de emergencia.
Tal y como reportó Cal Fire, el incendio de Palisades está contenido en un 100%, esto después de que sus llamas acabaran con más de 9.489 hectáreas de terreno.