Escándalo en el FBI: denuncias de acoso sexual exponen una cultura de impunidad y machismo dentro de la institución

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) enfrenta una crisis interna tras un aumento significativo en las denuncias de conducta sexual indebida dentro de la agencia. La problemática, que abarca desde acoso hasta agresiones sexuales, ha sido objeto de atención creciente por parte de legisladores y activistas.

Según una investigación de Associated Press (AP), desde 2021 el FBI ha recibido cerca de 300 denuncias de este tipo. El número representa un aumento del 50% en comparación con los cuatro años anteriores, lo que genera preocupaciones sobre la cultura institucional de la agencia.

Las autoridades del FBI sostienen que este incremento responde a una mayor facilidad para reportar casos gracias a reformas internas. Sin embargo, defensores de víctimas y analistas afirman que el alto número de denuncias refleja problemas estructurales en la agencia, donde las mujeres continúan enfrentando obstáculos para su protección.

El FBI atribuye el aumento a una mayor facilidad para reportar casos debido a sus reformas internas. Sin embargo, según defensores de víctimas y legisladores, el número de denuncias refleja problemas persistentes en la cultura interna del FBI, donde el entorno dominado por hombres ha dificultado la protección de las mujeres.

El senador Chuck Grassley, presidente del Comité Judicial del Senado, declaró a AP que buscará respuestas y medidas contra el problema. “Basta ya”, dijo Grassley, quien criticó al exdirector del FBI, Christopher Wray, por permitir que el problema continuara sin resolverse.

AP reveló que las denuncias abarcan una variedad de incidentes, desde agentes que pagaban por sexo en salones de masaje hasta casos de agresiones sexuales. Algunos de los casos más graves llevaron a investigaciones criminales. Entre ellos, destaca el del agente Eduardo Valdivia, acusado de agredir sexualmente a dos mujeres tras contactarlas en redes sociales con la promesa de tatuajes gratuitos y trabajos de modelaje. Su abogado ha negado los cargos.

El informe también expone que la mayoría de las víctimas son empleadas del FBI o mujeres con las que los agentes interactuaron en el marco de sus funciones. Al menos una docena de denuncias involucran a supervisores de alto rango. Pese a la gravedad de algunos casos, el FBI no ha divulgado cuántos terminaron en despidos o sanciones disciplinarias.

El problema no es nuevo. En 2023, el Departamento de Justicia acordó pagar más de 22 millones de dólares para resolver una demanda colectiva que acusaba a instructores del FBI de acoso sistemático contra reclutas mujeres. Según testimonios, los comentarios incluían referencias a su apariencia física y cuestionamientos sobre su vida personal.

A lo largo de los años, diversas investigaciones han señalado que la cultura interna del FBI sigue siendo un entorno predominantemente masculino, en el que muchas mujeres enfrentan obstáculos para avanzar en sus carreras. Aunque la agencia ha tomado medidas para abordar estas preocupaciones, como aumentar la contratación de mujeres, persisten denuncias sobre discriminación y falta de sanciones severas contra los infractores.

A pesar de las reformas implementadas, muchas empleadas del FBI siguen temiendo represalias si denuncian abusos, según AP. Víctimas consultadas mencionaron que, en algunos casos, los agresores reciben castigos leves o logran retirarse antes de enfrentar sanciones.

El FBI asegura que ha fortalecido sus protocolos disciplinarios, incluyendo una línea de denuncias disponible las 24 horas. No obstante, la falta de transparencia sobre las investigaciones y las sanciones genera dudas sobre la efectividad de las medidas.

El futuro de estas políticas es incierto. La administración de Donald Trump ha nombrado a Kash Patel como próximo director del FBI, quien se ha centrado en reformar la agencia por supuestas investigaciones partidistas. Su equipo no ha respondido sobre cómo abordará el problema de la conducta sexual indebida.

Además de los cambios en liderazgo, algunos expertos señalan que la supervisión externa del FBI podría ser una solución para garantizar mayor transparencia y rendición de cuentas en los casos de conducta sexual indebida. En la actualidad, la agencia opera con un alto nivel de autonomía, lo que ha dificultado la implementación de reformas estructurales efectivas.

Según exagentes y activistas, cambiar la cultura del FBI seguirá siendo un desafío. A pesar de los esfuerzos por incrementar la presencia femenina en la agencia, las mujeres representan solo el 25% de sus agentes. “El entorno sigue siendo el mismo y muchas mujeres tienen miedo de denunciar”, dijo la exagente Martha Johnson a AP.

Las críticas sobre la cultura del FBI no son nuevas. Diversos informes han señalado que el ambiente laboral dentro de la agencia es hostil para muchas mujeres, quienes enfrentan barreras para ascender a puestos de liderazgo. Organizaciones de derechos laborales han abogado por la implementación de políticas más estrictas para proteger a las víctimas de acoso y abuso dentro de la agencia.

Mientras tanto, legisladores como Grassley han instado al Congreso a tomar medidas más firmes para abordar la falta de supervisión sobre los casos de conducta indebida dentro del FBI. “La agencia debe rendir cuentas no solo a sus empleados, sino también al pueblo estadounidense”, concluyó el senador en su declaración a AP.