Un incidente ocurrido en 2010 marcó un antes y un después en la regulación del transporte de dispositivos electrónicos en vuelos comerciales. El accidente del vuelo UPS 6, un Boeing 747 que transportaba una gran cantidad de baterías de litio, evidenció los riesgos asociados a esta tecnología. La aeronave se estrelló tras un incendio originado en la bodega de carga, lo que llevó a las autoridades a establecer normativas más estrictas para evitar tragedias similares.
Según Slashgear, los dispositivos electrónicos con baterías de litio no pueden ser transportados en el equipaje facturado en vuelos comerciales. La medida busca proteger tanto a los pasajeros como a la tripulación, ya que la reacción química del litio puede generar incendios difíciles de controlar.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) sostiene que el principal problema radica en la imposibilidad de monitorear la zona de carga durante el vuelo. En caso de un incendio en la bodega, no hay personal que pueda detectarlo a tiempo ni intervenir para extinguirlo. Además, los sistemas de supresión de incendios podrían no ser efectivos contra las llamas provocadas por baterías de litio. La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) trabaja en conjunto con la FAA para garantizar el cumplimiento de estas normativas en los aeropuertos.
Baterías externas y repuestos: un riesgo latente
Las baterías externas y los repuestos son algunos de los elementos más peligrosos cuando se trata del transporte aéreo. De acuerdo con Slashgear, estos dispositivos contienen litio, un metal altamente reactivo que puede incendiarse si entra en contacto con el agua o incluso con la humedad del ambiente. Defectos de fabricación, daños físicos o un manejo inadecuado pueden desencadenar un fenómeno conocido como “fuga térmica”, que eleva la temperatura de la batería hasta provocar incendios o explosiones.
Un incendio iniciado por una batería de litio puede desencadenar una reacción en cadena, afectando a otras baterías cercanas y aumentando la magnitud del fuego. Por esta razón, la FAA exige que estos dispositivos se transporten en el equipaje de mano, donde la tripulación puede actuar rápidamente en caso de emergencia.
Para minimizar los riesgos, la FAA impone restricciones específicas. Las baterías externas de hasta 100 Wh pueden ser llevadas sin notificación previa, mientras que las de entre 100 Wh y 160 Wh requieren aprobación de la aerolínea, con un máximo de dos unidades por pasajero. Estas regulaciones buscan reducir la posibilidad de que una batería defectuosa cause un incendio en pleno vuelo.
Teléfonos móviles y tabletas: pequeños, pero peligrosos
Aunque los teléfonos móviles y las tabletas tienen baterías más pequeñas que otros dispositivos electrónicos, no están exentos de peligro. Un ejemplo claro es el caso del Samsung Galaxy Note 7, cuyos defectos de diseño provocaron incendios espontáneos en varios dispositivos. El uso constante de estos aparatos aumenta las probabilidades de que sufran daños, como caídas o golpes, que podrían comprometer la seguridad de sus baterías.
El riesgo aumenta debido a la gran cantidad de dispositivos electrónicos que los pasajeros llevan consigo. En un avión como el Boeing 737 o el Airbus A320, con capacidad para aproximadamente 200 pasajeros, si el 25% de ellos coloca sus teléfonos en el equipaje facturado, habría alrededor de 50 dispositivos sin supervisión en la bodega. Si uno de ellos se sobrecalienta y provoca un incendio, la tripulación no podría intervenir a tiempo, lo que podría derivar en un accidente grave.
Por este motivo, la FAA insiste en que los dispositivos móviles deben permanecer en la cabina del avión. Si un teléfono o tableta presenta signos de sobrecalentamiento, la tripulación puede tomar medidas inmediatas para mitigar el riesgo.
Laptops: un riesgo que no debe subestimarse
Los ordenadores portátiles también están prohibidos en el equipaje facturado debido al tamaño de sus baterías. Según Slashgear, las laptops suelen tener acumuladores de litio de mayor capacidad que los teléfonos, lo que incrementa el riesgo de incendio.
Incluso cuando se transportan en el equipaje de mano, no están exentas de peligro. En febrero de 2023, un vuelo de United Airlines tuvo que regresar al aeropuerto poco después de despegar debido a un incendio causado por una laptop en la cabina. Aunque no hubo víctimas fatales, varios miembros de la tripulación fueron hospitalizados como medida de precaución.
Además del riesgo de incendio, las laptops son dispositivos frágiles que pueden dañarse fácilmente durante el manejo del equipaje facturado. Si una batería sufre daños por golpes o presión, las probabilidades de que se incendie aumentan considerablemente. Por esta razón, la FAA recomienda que los pasajeros transporten sus computadoras en la cabina y las protejan en fundas adecuadas.
Cigarrillos electrónicos o vapes
Los cigarrillos electrónicos y dispositivos de vapeo también están prohibidos en el equipaje facturado. Según la FAA, estos aparatos contienen baterías de litio que pueden sobrecalentarse y provocar incendios. Además, la agencia exige que los pasajeros tomen precauciones adicionales, como desactivar los dispositivos y retirar las baterías cuando sea posible, para evitar encendidos accidentales durante el vuelo.
Consolas de videojuegos portátiles
En cuanto a las consolas de videojuegos portátiles, como la Asus ROG Ally X o la Lenovo Legion Go, Slashgear señala que utilizan baterías similares a las de las laptops y tabletas, lo que las convierte en un riesgo si se transportan en la bodega del avión. En cambio, las consolas de sobremesa, como la PlayStation 5 o la Xbox Series X, no presentan este peligro porque funcionan con corriente alterna y no con baterías internas. No obstante, transportarlas en el equipaje facturado puede exponerlas a daños o robos.
Una regla general para volar con seguridad
Las regulaciones de seguridad aérea establecen un principio claro: cualquier dispositivo con batería de litio debe viajar en la cabina del avión. Esta medida permite que tanto los pasajeros como la tripulación puedan actuar rápidamente en caso de emergencia, reduciendo el riesgo de incendios incontrolables.
Aunque estas restricciones pueden parecer inconvenientes, están diseñadas para proteger a todos los ocupantes del vuelo. Cumplir con las normas y seguir las recomendaciones de la FAA y la TSA es esencial para garantizar una experiencia de viaje segura y sin incidentes.