El aire en Tallahassee, Florida, en EEUU, aquella mañana de diciembre de 2000, olía a humedad y madera vieja, mientras el frío de la temporada soplaba sobre el Lago Seminole. Mike Williams, un joven de 31 años, había salido temprano con su bote, listo para lo que parecía ser una tranquila jornada de caza de patos. Su esposa, Denise, esperaba su regreso para celebrar su sexto aniversario de bodas con una escapada romántica. Pero Mike jamás volvió.
La desaparición desencadenó una búsqueda desesperada. Durante 44 días, autoridades y voluntarios recorrieron las aguas del lago, encontrando únicamente su bote abandonado. Más tarde, hallaron un par de botas de agua y un chaleco salvavidas flotando intactos.
La teoría era espeluznante: que Mike había caído al agua y los caimanes lo habían devorado. Sin embargo, algo no encajaba. Las botas no mostraban signos de haber sido mordidas, y la posibilidad de un ataque tan limpio por parte de un depredador resultaba poco probable. Pero en aquel momento, la falta de un cuerpo dejó a todos sin respuestas.
Según reseñaba entonces CBS, Denise, con una calma que algunos describieron como inquietante, solicitó que declararan muerto a su esposo solo tres semanas después de su desaparición. Con ello, reclamó los beneficios de tres pólizas de seguro de vida, que ascendían a 1,75 millones de dólares, aseguradas poco antes del incidente.
Su vida parecía continuar sin sobresaltos, pero el misterio de lo que realmente había ocurrido aquel día en el lago estaba lejos de terminar.
Lo que nadie imaginaba era que la trama detrás de la desaparición de Mike involucraba a las dos personas más cercanas a él. Antes de la muerte de Mike, Brian Winchester, su mejor amigo desde la secundaria, y Denise ya llevaban tres años juntos, en un relación extramarital oculta. Según los informes policiales difundidos por People, fue en este tiempo cuando comenzaron a planificar su asesinato.
Winchester declaró más tarde que ambos veían en Mike un obstáculo para su vida juntos y, además, su muerte era la clave para obtener la fortuna de las pólizas de seguro.
En teoría, el plan era simple: un accidente durante una cacería que nadie sospecharía. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaban.
El relato de Winchester durante el juicio años después estremeció a todos los presentes. Narró cómo había llevado a Mike en su bote aquella fría mañana, fingiendo una jornada de caza. La idea original era empujarlo al agua y dejar que se ahogara, pero Mike comenzó a luchar.
Las pesadas botas y el equipo de caza impedían que se hundiera rápidamente. Entonces, en un momento de pánico, Winchester tomó su escopeta de calibre 12 y le disparó a quemarropa. “Cuando lo hice, todo se iluminó con un destello brillante”, dijo entre lágrimas en el juicio. Luego arrastró el cuerpo hasta la orilla, lo metió en su camioneta y lo enterró en un terreno remoto al norte de la ciudad.
Lo que siguió fue una cadena de decisiones frías y calculadas. Denise y Winchester se casaron en 2005, consolidando lo que parecía ser el final perfecto para un plan macabro. Pero su relación se deterioró con los años, y en 2016, Winchester, desbodado por el resentimiento, amenazó a Denise a punta de pistola, exigiéndole que no revelara su secreto. Este evento fue el principio del fin para ambos: se abrió una causa judicial.
Durante el juicio por las amenazas, Winchester aceptó colaborar con las autoridades en el caso de Mike Williams. A cambio de inmunidad, guió a los investigadores hasta el lugar exacto donde había enterrado a su amigo diecisiete años atrás.
Cuando encontraron los restos de Mike, la fachada cuidadosamente construida por Denise se desmoronó. En 2018, fue arrestada y llevada a juicio.
El testimonio de Winchester fue clave en el juicio contra Denise. En el estrado, describió cómo habían planeado juntos el asesinato, destacando la frialdad con la que Denise había calculado cada paso. También se supo que Denise había usado a Kathy Thomas, la esposa de Winchester en aquel entonces, como coartada, manteniendo una amistad cercana con ella para ocultar la relación extramarital.
Durante el juicio, los abogados defensores de Denise intentaron desviar la culpa, argumentando que Winchester era un hombre violento que buscaba venganza tras su divorcio. Pero el jurado no creyó su versión. Después de ocho horas de deliberación, la declararon culpable de asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato. Fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
En el tribunal, Cheryl Williams, la madre de Mike, tomó la palabra. Con su voz quebrada por el llanto, habló sobre los años de lucha para encontrar justicia para su hijo. “No quería pedir que la encerraran de por vida, pero lo que le hizo a Mike lo merece”, dijo desde su silla de ruedas, rodeada de un público que lloraba con ella.