El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó 25 cargos contra Alexander Charles Beckman y Valerie Lau Beckman, exdirectivos de una empresa de inteligencia artificial en San Francisco. Según la fiscalía, la pareja habría falsificado documentos financieros y engañado a inversores para recaudar más de 60 millones de dólares, mientras su compañía, GameOn, apenas generaba ingresos y en ocasiones no podía pagar a sus empleados.
El esquema fraudulento, que se habría extendido desde 2018 hasta julio de 2024, permitió a los acusados financiar un estilo de vida de lujo, incluyendo una boda costosa, colegios privados para sus hijos, un Tesla Model X, membresías en clubes exclusivos y propiedades millonarias en la ciudad. Ahora enfrentan posibles condenas de hasta 30 años de prisión.
GameOn, el inicio de una gran estafa
La historia de GameOn comenzó en 2014, cuando Beckman, entonces CEO, fundó la empresa para desarrollar plataformas de chatbots impulsadas por inteligencia artificial. Su esposa, Valerie Lau, era abogada y manejaba las operaciones legales y financieras de la compañía. Lo que comenzó como una startup con grandes ambiciones pronto se convirtió, según las autoridades, en una maquinaria de fraude sofisticada.
De acuerdo con la acusación formal presentada en la Corte Federal del Distrito Norte de California, ambos inflaron ingresos inexistentes, falsificaron auditorías y crearon identidades ficticias para engañar a inversores y miembros de su junta directiva. En un caso específico, falsificaron documentos bancarios para hacer creer que GameOn tenía más de 13 millones de dólares en sus cuentas, cuando en realidad el saldo era de apenas 25 dólares.
Mientras las estafas continuaban, la compañía logró recaudar más de 60 millones de dólares de inversores desprevenidos. Sin embargo, lejos de destinar esos fondos a expandir el negocio, los Beckman presuntamente utilizaron el dinero para financiar su vida de lujo.
Boda de ensueño, coches de lujo y propiedades millonarias
Las autoridades aseguran que parte de los millones obtenidos a través del fraude se usaron para cubrir los gastos de una boda fastuosa, pagar la matrícula de colegios privados para los hijos de Beckman, comprar un Tesla Model X con puertas de ala de gaviota, inscribirse en clubes exclusivos y adquirir varias propiedades en San Francisco.
Uno de los movimientos financieros más significativos ocurrió en abril de 2022, cuando la pareja transfirió 4,2 millones de dólares de la cuenta corporativa de GameOn a su cuenta personal para comprar una casa en la ciudad. En ese momento, la empresa apenas tenía 35.000 dólares en su cuenta bancaria.
A pesar de estos lujos, GameOn tenía problemas recurrentes para pagar los sueldos de sus empleados. En varias ocasiones, la empresa estuvo al borde de la insolvencia, y algunos trabajadores reportaron que recibieron sus pagos con retraso o, en algunos casos, no los recibieron en absoluto.
Una espiral de engaños y falsificaciones
Según la acusación, el fraude se intensificó con el tiempo. Beckman comenzó a crear identidades falsas y a manipular correos electrónicos para simular el respaldo de consultores financieros ficticios. Para convencer a un inversor de que la empresa tenía una situación financiera estable, en 2020, el acusado habría enviado un estado financiero falsificado, lo que llevó a que la compañía recibiera 500.000 dólares adicionales.
En 2023, GameOn cambió su nombre a ON Platform, y Beckman continuó falsificando informes financieros. En octubre de ese año, elaboró una auditoría falsa utilizando el nombre de una firma de servicios profesionales reconocida, asegurando que la empresa había registrado ventas por 68,6 millones de dólares, cuando en realidad los ingresos eran inferiores a 1 millón.
En noviembre de 2023, el engaño se volvió aún más audaz. El acusado envió un estado financiero falso a un nuevo grupo de inversores, en el que afirmaba que la empresa había generado 72,4 millones en ventas y tenía un saldo de 14 millones en efectivo.
El colapso del fraude en 2024
El inicio de 2024 marcó el declive del esquema fraudulento. Beckman, al ver que la situación se volvía insostenible, intentó obtener más inversiones y elaboró nuevas excusas para justificar la falta de fondos.
En uno de los episodios más inverosímiles, el sujeto le dijo a su junta directiva que había sido víctima de un robo a mano armada en Menlo Park mientras transportaba cheques de caja. También afirmó que una investigación interna le impedía acceder a millones de dólares que una franquicia deportiva le debía. Según la acusación, ninguna de estas afirmaciones era cierta.
Ante el creciente escrutinio, en julio de 2024, la junta directiva de ON Platform exigió explicaciones. Beckman continuó sosteniendo sus mentiras, pero finalmente renunció al cargo de CEO.
Cargos y posibles condenas
El caso llamó la atención del FBI y la Fiscalía Federal, que presentaron 25 cargos en contra de la pareja. Entre las acusaciones más graves se encuentran:
- Fraude bancario y de valores
- Conspiración para defraudar a inversores
- Robo de identidad agravado
- Falsificación de documentos financieros
- Obstrucción de la justicia (por parte de Lau, quien presuntamente borró cientos de archivos comprometedores de su computadora)
Los cargos más graves conllevan penas de hasta 30 años de prisión. Dan Costin, agente especial interino del FBI, declaró a Fortune: “El fraude socava la confianza en nuestros mercados financieros. Estamos comprometidos a garantizar que quienes participan en prácticas fraudulentas sean responsables de sus acciones”.
Por su parte, el fiscal adjunto Patrick D. Robbins enfatizó la gravedad del caso al medio: “El Área de la Bahía es un centro de innovación, pero la innovación no puede crecer a través del fraude. Este tipo de esquemas amenazan la estabilidad de los mercados y engañan a los inversores”.
Beckman y Lau hicieron su primera aparición ante la Corte Federal de San Francisco, dando inicio a un proceso legal que podría derivar en décadas de prisión. Mientras tanto, los inversores y empleados de GameOn siguen buscando respuestas sobre el destino de los millones perdidos en el que se ha convertido en uno de los mayores escándalos financieros del sector tecnológico en los últimos años.