Tras un enero marcado por temperaturas invernales más frías de lo habitual, los pronósticos meteorológicos sugieren que febrero podría traer un cambio hacia condiciones más templadas en gran parte del estado de Nueva York. Según el más reciente informe del Centro de Predicción Climática del Servicio Meteorológico Nacional (NWS), la tendencia climática mensual apunta a temperaturas por encima del promedio histórico en varias regiones.
El impacto del vórtice polar ha sido notable en el noreste de Estados Unidos durante este invierno, con masas de aire ártico desplazándose hacia el sur y provocando temperaturas bajo cero en varias ciudades. Sin embargo, el patrón climático podría modificarse en febrero, con un regreso a condiciones similares a las registradas en gran parte de 2024, cuando varios meses consecutivos reportaron temperaturas superiores a la media en Nueva York.
Las previsiones meteorológicas indican que las temperaturas en el estado tienen una alta probabilidad de ser superiores al promedio histórico. Nueva York y Long Island presentan entre un 40% y un 50% de probabilidades de experimentar temperaturas más altas de lo habitual, mientras que en el valle del Hudson, el Distrito Capital y el valle Mohawk esa probabilidad se reduce a un 33-40%. En contraste, el oeste del estado y la región del North Country tienen una distribución de probabilidades equitativa, lo que significa que podrían experimentar tanto temperaturas por encima como por debajo del promedio.
Para referencia, la temperatura media en febrero en la zona de Central Park, en Nueva York, es de 2,1°C, de acuerdo con los datos recopilados entre 1991 y 2020 por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). En 2024, la ciudad registró temperaturas superiores al promedio desde julio hasta noviembre. En un principio, los meteorólogos anticiparon que enero seguiría esta tendencia, pero el Centro de Predicción Climática ajustó sus estimaciones y pronosticó un mes con temperaturas inferiores a la media, lo que finalmente se ha cumplido.
El aumento de temperaturas en febrero no será uniforme en todo el estado. Mientras que las probabilidades de un mes más cálido son significativas en la región sur, áreas del norte y el oeste podrían experimentar una variabilidad climática más amplia. Esto significa que las condiciones invernales aún podrían mantenerse en algunas zonas, aunque no con la misma intensidad que en enero.
Más precipitaciones en febrero
A pesar de que la histórica racha de sequía en Nueva York llegó a su fin hace meses, la ciudad aún enfrenta un déficit de lluvias. Al 14 de enero, los cinco distritos de la ciudad permanecían en condiciones de “sequía moderada”, según el Monitor de Sequía de Estados Unidos.
Las proyecciones climáticas para febrero muestran un aumento en la probabilidad de precipitaciones en la mayor parte del estado. En el valle del Hudson y el Distrito Capital, hay una probabilidad del 33-40% de registrar lluvias por encima del promedio. En el oeste y el norte del estado, la posibilidad de precipitaciones superiores a la media es aún mayor, situándose entre el 40% y el 50%.
En cuanto a Nueva York y Long Island, las probabilidades de precipitaciones por encima o por debajo del promedio están equilibradas, lo que significa que existe la misma posibilidad de que se registren lluvias abundantes o un mes más seco de lo habitual. De mantenerse esa tendencia, la ciudad podría continuar con un déficit de lluvias en la segunda mitad del invierno. Según los datos de la NOAA, la cantidad promedio de precipitaciones en febrero en la zona de Central Park es de 81 milímetros.
Perspectivas para el resto del invierno
El invierno en Nueva York ha mostrado contrastes significativos hasta ahora. Si bien enero ha estado marcado por temperaturas frías, el pronóstico para febrero sugiere que la ciudad podría experimentar una moderación en las condiciones invernales. Sin embargo, este cambio no implica necesariamente el fin de las nevadas o las olas de frío, ya que el invierno en el noreste de Estados Unidos suele presentar variabilidad climática.
Las tendencias de largo plazo muestran que los efectos del cambio climático han provocado un aumento en las temperaturas invernales en la región en las últimas décadas. Según los registros climáticos, los inviernos en Nueva York han sido en promedio más cálidos en comparación con las décadas pasadas, aunque las fluctuaciones estacionales siguen siendo frecuentes.
Otro factor a considerar es la actividad del fenómeno de El Niño, que puede influir en los patrones climáticos de la costa este de Estados Unidos. Durante los inviernos con un El Niño fuerte o moderado, es común que las temperaturas sean más cálidas de lo habitual en el noreste del país, lo que podría explicar en parte las previsiones de un febrero más templado.