Autoridades estadounidenses arrestaron a 538 migrantes y deportaron a cientos en una operación masiva llevada a cabo en los primeros días del segundo mandato del presidente Donald Trump, según informó su secretaria de prensa, Karoline Leavitt.
En un mensaje publicado en la plataforma X, Leavitt citó un mensaje del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), aseguró que “la Administración Trump arrestó a 538 inmigrantes ilegales criminales” y señaló que “cientos” fueron deportados en aviones militares. “La mayor operación masiva de deportación en la historia está en marcha. Promesas hechas. Promesas cumplidas”, afirmó.
Además aseguró que entre los arrestados hubo a un sospechoso de terrorismo, cuatro miembros del grupo criminal de origen venezolano Tren de Aragua, y varios ilegales acusados de crímenes sexuales contra menores de edad.
La operación a la que se refiere generó controversia después de que el alcalde de Newark, Ras J. Baraka, denunciara que agentes del ICE llevaron a cabo redadas en un establecimiento local, deteniendo no solo a residentes indocumentados, sino también a ciudadanos estadounidenses, sin presentar una orden judicial.
“Uno de los detenidos durante la redada fue un veterano militar estadounidense. Este acto flagrante es una clara violación de la Constitución de los Estados Unidos”, señaló Baraka en un comunicado.
Según una publicación de ICE en la plataforma X, las acciones de la operación resultaron en 538 arrestos y 373 órdenes de detención emitidas. La redada fue criticada por los senadores demócratas de Nueva Jersey, Cory Booker y Andy Kim, quienes en un comunicado conjunto expresaron su “profunda preocupación” por la actuación de los agentes migratorios.
“Acciones como esta siembran miedo en todas nuestras comunidades. Nuestro sistema de inmigración roto necesita soluciones, no tácticas de miedo”, indicaron los legisladores.
Trump, quien prometió durante su campaña electoral una política de mano dura contra la inmigración irregular, ha descrito esta operación como parte de su esfuerzo por llevar a cabo “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”.
Según sus estimaciones, estas medidas podrían impactar a los 11 millones de migrantes indocumentados que viven actualmente en el país.
El mismo día de su investidura, Trump firmó órdenes ejecutivas declarando una “emergencia nacional” en la frontera sur y desplegó más tropas en la región, prometiendo la deportación de “extranjeros criminales”.
Además, su administración anunció la reinstauración de la política “Remain in Mexico” (Permanecer en México), vigente durante su primer mandato, que obliga a las personas que solicitan asilo en Estados Unidos desde México a permanecer en ese país mientras se resuelve su solicitud. También suspendió un programa de asilo dirigido a personas que huyen de regímenes autoritarios en Centro y Sudamérica, dejando a miles de migrantes varados en el lado mexicano de la frontera.
Esta semana, el Congreso estadounidense, controlado por los republicanos, aprobó un proyecto de ley que amplía las medidas de detención preventiva para sospechosos extranjeros vinculados a delitos.
La operación masiva de deportación, junto con estas medidas y el endurecimiento de políticas migratorias, ha reavivado el debate sobre los derechos de los migrantes y el impacto de las acciones de la administración Trump en las comunidades más vulnerables del país.
Trump habló con Nayib Bukele sobre pandillas e inmigración
Este jueves, el presidente de Estados Unidos también mantuvo una conversación telefónica con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, en lo que marcó la primera llamada oficial anunciada por la Casa Blanca con un mandatario extranjero desde la investidura de Trump el pasado lunes.
En un comunicado, la Casa Blanca informó que ambos líderes discutieron la posibilidad de colaborar para detener la inmigración ilegal y combatir a las pandillas transnacionales, mencionando específicamente al Tren de Aragua, una organización criminal que ha ganado notoriedad en América Latina. Trump también elogió el liderazgo de Bukele, calificándolo como un ejemplo para otros países del hemisferio occidental.
El diálogo tuvo lugar a las 15:30 hora local de Washington y formó parte de la agenda oficial de Trump, que incluyó además su participación telemática en el Foro de Davos, una sesión privada de inteligencia y la firma de órdenes ejecutivas.
Según el comunicado, los dos mandatarios expresaron interés en trabajar conjuntamente para abordar desafíos compartidos, como la inmigración irregular hacia Estados Unidos y el combate a grupos criminales transnacionales. Estos temas son prioritarios en la agenda de ambos líderes, quienes comparten posturas de mano dura contra la delincuencia.
La conversación también subrayó la relación estratégica entre ambos países, dada la gran comunidad salvadoreña en Estados Unidos, que supera los dos millones de personas y cuya contribución en remesas representa más de 7.000 millones de dólares anuales para la economía de El Salvador.
Las relaciones entre Estados Unidos y El Salvador tuvieron altibajos en los últimos años. Durante la administración de Joe Biden, la Casa Blanca criticó duramente la decisión de la Corte Suprema salvadoreña que abrió la puerta para que Bukele buscara la reelección, un tema que generó tensiones diplomáticas.
Trump, por su parte, ha mostrado mayor afinidad con el enfoque de Bukele, destacando su estrategia contra la delincuencia y su interés en las criptomonedas, un tema que ha resonado en la política salvadoreña tras la adopción del bitcoin como moneda de curso legal.
Trump le otorgó al FBI y la DEA la autoridad para investigar y arrestar a inmigrantes indocumentados
Benjamine Huffman, secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, otorgó a las agencias de aplicación de la ley del Departamento de Justicia la autoridad para investigar y arrestar a inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
“La acción empodera a los funcionarios de la ley en el Departamento de Justicia para ayudar a identificar y aprehender a extranjeros que han ingresado ilegalmente a nuestro país”, dijo el Departamento en un comunicado de prensa anunciando la medida.
Las agencias incluyen al FBI, la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), el Servicio de Alguaciles de EEUU y la Oficina Federal de Prisiones.
La medida forma parte de la “promesa de la administración Trump al pueblo estadounidense de llevar a cabo deportaciones masivas”, agregó el texto.
(Con información de AFP Y EFE)