El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva para desclasificar los archivos relacionados con los asesinatos del ex presidente John F. Kennedy (JFK), del ex fiscal general Robert F. Kennedy y del activista por los derechos civiles Martin Luther King Jr.
“Esta es una grande. Mucha gente la está esperando desde hace años, décadas. Todo se va a revelar”, dijo al firmar esa orden en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
La Casa Blanca colgó en su página web que las familias de los afectados y la población “merecen transparencia y verdad”: “A la nación le interesa difundir finalmente todos los registros relacionados con esos asesinatos sin demora”.
Ese documento señala que en los próximos 15 días el director nacional de inteligencia y la fiscalía deben presentar un plan relativo a la publicación de los archivos relacionados con JFK y que de aquí a los próximos 45 días se debe hacer lo propio con los otros dos.
John F. Kennedy gobernó Estados Unidos del 20 de enero de 1961 al 22 de noviembre de 1963. Ese día fue asesinado mientras viajaba en un vehículo descapotable por Dallas, en Texas.
El ex francotirador de la Marina Lee Harvey Oswald le dio en la cabeza con un disparo. Aunque según la investigación oficial actuó en solitario, persisten teorías de la conspiración al respecto.
Los Archivos Nacionales ya habían liberado documentos, pero había otros retenidos por motivos de seguridad. La Casa Blanca apuntó en junio de 2023, bajo el mandato de Joe Biden (2021-2025), que los Archivos Nacionales ya habían hecho públicos el 99% de sus registros.
“He determinado que la retención de información de los registros relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy no es coherente con el interés público y que la publicación de estos registros debería haberse hecho hace mucho tiempo”, apuntó este jueves Trump, que asumió su segundo mandato el pasado lunes.
El líder republicano añadió que aunque ninguna ley del Congreso ordena la divulgación de información relacionada con los asesinatos de Robert F. Kennedy (RFK) y de Martin Luther King Jr., él también considera de interés público que se den a conocer los registros en posesión del Gobierno federal.
El ex fiscal general y ex senador, hermano de JFK, fue asesinado en el Hotel Ambassador de Los Ángeles, California, el 5 de junio de 1968 poco después de haber logrado la victoria en ese estado en las primarias demócratas. Su hijo, Robert F. Kennedy Jr., está nominado por Trump para ser el secretario de Salud de su gabinete.
En abril de 1968, dos meses antes del magnicidio de “RFK”, Martin Luther King Jr., una de las principales figuras en la lucha contra el segregacionismo y la justicia social, fue asesinado en el balcón del hotel Lorraine de Memphis (Tennessee).
Trump anunció durante la campaña su intención de que se pusieran a disposición de la gente dichos registros y reiteró esa promesa en el baño de masas que el lunes se dio en el estadio Capital One Arena de Washington poco después de la toma de posesión.
Los asesinatos de John F. Kennedy, Robert Kennedy, Martin Luther King Jr. y Malcolm X dejaron una huella profunda en la cultura de la década de 1960 en los Estados Unidos.
Teorías sobre los asesinatos
El asesinato de John F. Kennedy en 1963 se convirtió en un terreno fértil para teorías de conspiración que cuestionan la versión oficial presentada por la Comisión Warren. Según el informe, Lee Harvey Oswald actuó solo al disparar contra el presidente desde el sexto piso del Texas School Book Depository en Dallas. Sin embargo, muchos dudaron de esta explicación, señalando la posibilidad de un complot más amplio que involucrara a la CIA, la mafia o incluso a actores internacionales como Cuba o la Unión Soviética. La película de Zapruder, que capturó el momento del asesinato, y las inconsistencias en las investigaciones alimentaron estas teorías, convirtiendo el evento en uno de los misterios más debatidos en la historia estadounidense.
El asesinato de Robert Kennedy en 1968 también ha sido objeto de especulación, a pesar de que Sirhan Sirhan fue arrestado en el lugar y condenado por el crimen. Sirhan, un inmigrante palestino, afirmó haber matado a Kennedy por su apoyo a Israel, pero las teorías han señalado posibles manipulaciones mentales o la presencia de un segundo tirador como elementos no resueltos del caso. Las irregularidades en las pruebas forenses, los testimonios contradictorios y los intereses políticos en juego han mantenido vivo el debate sobre si hubo un encubrimiento en torno al asesinato del candidato presidencial que buscaba continuar el legado de su hermano.
El asesinato de Martin Luther King Jr. en 1968, atribuido oficialmente a James Earl Ray, también ha suscitado dudas sobre su verdadera autoría y motivación. Ray, quien confesó inicialmente el crimen, se retractó más tarde, afirmando que fue manipulado por una conspiración más grande. La familia de King ha expresado públicamente sus reservas sobre la versión oficial, señalando posibles implicaciones del gobierno en el asesinato del líder de los derechos civiles. Un juicio civil en 1999 concluyó que agencias gubernamentales y actores privados estuvieron involucrados en un complot para asesinar a King, lo que refuerza las teorías de que su muerte fue un intento deliberado de silenciar su lucha por la igualdad y la justicia.
(Con información de EFE)