La devastación causada por el incendio Eaton en Altadena y Pasadena, California, dejó un saldo de 17 víctimas mortales, todas residentes de un área donde las órdenes de evacuación llegaron con horas de retraso. Según informó The New York Times, mientras algunas zonas cercanas al inicio del incendio recibieron alertas casi de inmediato, los residentes del sector oeste de Lake Avenue no fueron notificados hasta después de las 3:00 a.m., cuando ya varias viviendas estaban en llamas.
El incendio, que comenzó en la noche del 7 de enero, avanzó rápidamente, dejando a muchos residentes sin tiempo suficiente para escapar. Entre las víctimas se encontraba Dalyce Curry, de 95 años, quien había sido llevada a su casa por su nieta alrededor de la medianoche, creyendo que la situación era segura. A pocas cuadras, Anthony Mitchell y su hijo Justin solicitaron ayuda para evacuar después de las 5:00 a.m., pero ambos perecieron cuando las llamas consumieron su hogar.
De acuerdo con una investigación del The New York Times, los sistemas de notificación de emergencia utilizados en el condado de Los Ángeles se basaron principalmente en alertas enviadas a teléfonos móviles. Sin embargo, muchos residentes no recibieron las advertencias debido a problemas como la falta de acceso a internet, teléfonos apagados o sin carga, y la ausencia de cobertura celular confiable.
Irwin Redlener, director fundador del Centro Nacional de Preparación para Desastres de la Universidad de Columbia, señaló que estos sistemas son “frecuentemente defectuosos” y que los retrasos o errores en los mensajes pueden tener consecuencias fatales.
En el caso del incendio Eaton, las alertas no solo llegaron tarde, sino que en algunos casos fueron confusas. Jeffrey Ku, residente de una zona cercana al inicio del incendio, recibió un mensaje a las 6:48 p.m. que decía: “Incendio de rápida propagación en su área. Esté atento a su entorno y monitoree la situación”. Aunque no se le ordenó evacuar, decidió abandonar su hogar al ver las brasas cayendo sobre su propiedad. “Era irse o ser consumido por el fuego”, afirmó.
Los más vulnerables
La tragedia afectó de manera desproporcionada a personas mayores y con discapacidades, quienes enfrentaron mayores dificultades para evacuar rápidamente. Según el diario neoyorquino, muchas de las víctimas no pudieron reaccionar a tiempo debido a la falta de advertencias claras o a su limitada movilidad. En el área más afectada, al oeste de Lake Avenue, las órdenes de evacuación no se emitieron hasta las 3:25 a.m., a pesar de que los bomberos ya habían recibido reportes de casas en llamas desde la medianoche.
Diana Lieb, residente de Altadena, relató cómo su familia escapó por poco del incendio. A las 7:06 p.m., su esposo notó una pared de fuego acercándose a su casa. Aunque no había recibido ninguna orden oficial de evacuación, la familia decidió huir, llevándose solo documentos importantes y sus mascotas. Su casa fue destruida horas después. “Es angustiante pensar en lo que podría haber pasado si no hubiéramos actuado por nuestra cuenta”, expresó.
La supervisora del condado de Los Ángeles, Kathryn Barger, calificó la pérdida de vidas como “profundamente preocupante” y pidió una revisión independiente de los procedimientos de notificación de emergencia. “Debe haber un examen exhaustivo de las acciones de notificación de emergencia que se llevaron a cabo esa terrible noche”, afirmó en un comunicado citado por Los Angeles Times.
El proceso de emisión de órdenes de evacuación en el condado involucra a varias agencias, incluyendo el Departamento de Bomberos, la Oficina del Sheriff y la Oficina de Manejo de Emergencias. Según Elizabeth Marcellino, portavoz del centro de información conjunta del condado, las alertas inalámbricas son solo una de las herramientas utilizadas, junto con mensajes a medios locales, altavoces y visitas puerta a puerta. Sin embargo, reconoció que factores como la falta de servicio celular o teléfonos apagados pueden limitar la efectividad de estas alertas.
Dilemas en la toma de decisiones
Expertos en manejo de desastres, como Jeffrey Schlegelmilch, director del Centro Nacional de Preparación para Desastres de Columbia, explicaron que decidir cuándo emitir una orden de evacuación no es sencillo. Las evacuaciones pueden poner en riesgo a personas mayores o con problemas de salud, además de generar consecuencias económicas significativas.
Sin embargo, subrayó que los errores en las alertas pueden reducir la confianza del público en futuros avisos, como ocurrió días después del incendio Eaton, cuando se enviaron órdenes de evacuación a códigos postales que no estaban en peligro.
En la noche del incendio, los bomberos enfrentaron una situación caótica, con recursos al límite y un fuego que se propagaba de manera impredecible. Según The New York Times, las primeras llamadas reportando casas en llamas al oeste de Lake Avenue llegaron antes de la 1:00 a.m., pero las órdenes de evacuación para esa área no se emitieron hasta más de dos horas después.
Dos semanas después del incendio, las secuelas en Altadena son devastadoras. Las calles están marcadas por casas reducidas a escombros, mientras que las pocas estructuras que permanecen en pie están inhabitables. Las palmeras ennegrecidas y los restos carbonizados de vehículos y muebles son testigos de la magnitud de la tragedia.
Para los sobrevivientes, el impacto emocional es profundo. Diana Lieb reflexiona sobre los vecinos que perdió y los objetos personales que no pudo salvar. “Pienso en lo que habría pasado si mi esposo no hubiera llegado a casa a tiempo”, dijo. “Es realmente angustiante”.