El Pentágono comenzará a desplegar hasta 1.500 soldados en servicio activo en la frontera sur de Estados Unidos en los próximos días, según informaron el miércoles a The Associated Press (AP) funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato. La medida responde a las órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump, emitidas poco después de asumir el cargo, con el objetivo de reforzar la seguridad fronteriza y endurecer las políticas migratorias.
Se prevé que el secretario de Defensa en funciones, Robert Salesses, firme las órdenes de despliegue el mismo miércoles. Sin embargo, aún no se ha determinado qué unidades serán enviadas, y el número final de efectivos podría variar, según reportes de AP.
Estas fuerzas activas se unirán a los cerca de 2.500 efectivos de la Guardia Nacional y la Reserva de EEUU que ya está desplegada en el lugar. Sin embargo, la agencia de noticias especifica que no existen tropas en servicio activo trabajando a lo largo de la frontera actualmente.
Un apoyo a las 2.500 unidades desplegadas en la frontera
Hasta el momento del reporte, no estaba claro qué tropas o unidades conformarán esta fuerza de hasta 1.500 soldados activos, que llegarán para apoyar a los agentes de patrulla fronteriza en la construcción de barreras, logística y transporte.
Asimismo, AP informó que el uso de tropas para reforzar la seguridad fronteriza no es nuevo en EE.UU. Durante su primer mandato, Trump ya ordenó el despliegue de más de 7.000 soldados en Texas, Arizona y California como respuesta a una caravana de migrantes que se dirigía a la frontera en 2018.
El martes, en otro movimiento vinculado a su política de seguridad nacional, Trump despidió a la comandante de la Guardia Costera, almirante Linda Fagan, y ordenó el envío de más buques y aeronaves al Golfo de México, al que su administración ha comenzado a referirse como “Golfo de América” (Golfo de Estados Unidos).
El despliegue de tropas en servicio activo en la frontera ha generado interrogantes sobre las funciones que desempeñarán. Hasta ahora, la Ley Posse Comitatus, una norma federal del siglo XIX, prohíbe expresamente a las fuerzas armadas realizar tareas de mantenimiento del orden en suelo estadounidense.
Es decir, los soldados no pueden detener ni arrestar a personas en la frontera, a menos que Trump invoque la Ley de Insurrección, que data de 1807 y permitiría que las tropas, según AP, sean utilizadas en tareas de mantenimiento del orden civil en suelo estadounidense.
Las órdenes ejecutivas firmadas el lunes por el presidente sugieren que los militares asistirán al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) con espacio de detención, transporte y otros servicios logísticos. En su discurso inaugural, Trump declaró:
Una operación conjunta
El Departamento de Defensa suele coordinar con el DHS para definir los detalles operacionales de este tipo de despliegues. En el pasado, los militares enviados a la frontera han participado en tareas como:
- Transporte y logística para la Patrulla Fronteriza.
- Construcción de barreras y cercas en puntos estratégicos.
- Atención médica y provisión de alimentos para los agentes fronterizos.
- Monitoreo y vigilancia de actividades en la frontera.
El Pentágono aún debe definir los detalles operativos de la misión, incluyendo el número exacto de tropas desplegadas y sus funciones específicas. Mientras tanto, la administración de Trump sigue avanzando en su plan para endurecer la política migratoria y fortalecer la seguridad fronteriza con medidas que podrían reconfigurar el papel de las fuerzas armadas en territorio estadounidense.
El debate sobre la legalidad y el impacto de esta decisión está lejos de cerrarse. La posibilidad de que las tropas sean utilizadas en tareas de aplicación de la ley dependerá de las próximas acciones del gobierno y de la evaluación sobre la necesidad de invocar la Ley de Insurrección.