El último portaaviones convencional de la Armada de EEUU zarpó en su viaje final para ser desmantelado

El legendario USS John F. Kennedy (CV-67) protegió al país desde la guerra de Vietnam hasta la caída de las Torres Gemelas; fue vendido por la simbólica cantidad de un centavo

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El portaaviones John F. Kennedy
El portaaviones John F. Kennedy I (CVA-67), el último en su clase, hará un último viaje con duración de un mes. (National Archive)

El portaaviones USS John F. Kennedy (CV-67) inició su travesía final el 15 de enero, partiendo desde la Inactive Ships Maintenance Facility en Filadelfia con destino a Brownsville, Texas, donde será desmantelado. La Armada de Estados Unidos confirmó que el buque, tras 17 años inactivo, será llevado a las instalaciones de International Shipbreaking Limited, empresa encargada de su desguace.

Miles de personas han servido a bordo del también llamado “Big John” desde que fue comisionado en 1968, cuando se convirtió en el último portaaviones de propulsión convencional construido por la Marina de Estados Unidos. Durante casi cuatro décadas, la nave participó en numerosas misiones en el Mediterráneo y otras zonas de conflicto, incluyendo la Guerra del Golfo en 1991 y la respuesta a los ataques del 11-S, cuando su grupo de batalla protegió el espacio aéreo de la costa este de EEUU.

La partida del portaaviones, que ha permanecido atracado en Filadelfia desde su retiro en 2007, marcó un evento histórico para la ciudad. El 15 de enero por la mañana, un remolcador lo sacó del puerto y lo guio a través del río Delaware hacia el Atlántico Norte. Testigos en el malecón vieron cómo la gigantesca estructura de más de 300 metros de eslora y 87,000 toneladas de desplazamiento desaparecía lentamente en el horizonte.

El buque recorrerá la costa este de EEUU, rodeará Florida y cruzará el Golfo de México antes de llegar a Brownsville. De acuerdo con un portavoz de Naval Sea Systems Command (NAVSEA), el portaaviones tardará alrededor de un mes en completar su viaje.

Un pilar en la historia naval

El emblema del John F.
El emblema del John F. Kennedy I (CVA-67) en un parche bordado. (Naval History and Heritage Command)

El USS John F. Kennedy (CV-67) desempeñó un papel clave en la Marina de EEUU desde finales de la Guerra de Vietnam hasta el siglo XXI. En 1970, realizó su primera gran misión en el Mediterráneo, participando en ejercicios de la OTAN y operando cerca de la Unión Soviética durante la Guerra Fría. En 1983, fue desplegado para responder al atentado contra los cuarteles de los Marines en Beirut, que dejó 241 soldados estadounidenses muertos.

En 1986, el portaaviones lanzó ataques aéreos contra Libia durante la Operación El Dorado Canyon, en represalia por el atentado terrorista en Berlín atribuido al régimen de Muamar Gadafi. Durante la Guerra del Golfo en 1991, sus aviones participaron en ataques contra Irak en el marco de la Operación Tormenta del Desierto. Más tarde, en la década de 1990, apoyó la imposición de zonas de exclusión aérea sobre Irak y Bosnia.

Tras los ataques del 11-S, el John F. Kennedy y su grupo de batalla patrullaron la costa este para garantizar la seguridad del espacio aéreo en el marco de la Operación Noble Eagle. Posteriormente, en 2002, fue desplegado en el Océano Índico para participar en las primeras fases de la guerra en Afganistán (Operation Enduring Freedom), y en 2004, se sumó a la Operación Libertad Iraquí.

De buque de guerra a chatarra

Dos aviones de combate F-4
Dos aviones de combate F-4 Phantom II se preparan para su despegue desde la cubierta de vuelo del portaaviones de ataque John F. Kennedy I (CVA-67). (National Archive)

El USS John F. Kennedy fue vendido en octubre de 2021 por la simbólica suma de un centavo, junto con su gemelo, el USS Kitty Hawk. En los años previos, se discutieron múltiples planes para convertirlo en museo, pero ninguno prosperó debido a la falta de financiamiento y apoyo político. Esta fue la última oportunidad de preservar un portaaviones de su tipo, ya que los de propulsión nuclear no pueden transformarse en exhibiciones públicas por razones de seguridad y costos de mantenimiento.

El desguace de un portaaviones de esta magnitud es un proceso costoso y complejo. A diferencia de los buques convencionales, los portaaviones requieren una logística especial para su desmontaje. Como referencia, la eliminación del USS Enterprise (CVN-65), primer portaaviones nuclear de la Marina, tendrá un costo estimado de $1.55 mil millones, según un informe de la Government Accountability Office en 2018.

Mientras el CV-67 se dirige a su destino final, la Marina de EE. UU. se prepara para recibir a su sucesor. El nuevo USS John F. Kennedy (CVN-79), un superportaaviones de la clase Gerald R. Ford, está en la fase final de construcción y se espera que sea entregado en julio de 2025. Esta nueva embarcación, a diferencia de su predecesor, tendrá propulsión nuclear y capacidades avanzadas que definirán el futuro de la flota de portaaviones estadounidenses.

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