El crimen violento disminuyó en EEUU en 2024, pero la percepción de inseguridad persiste entre los ciudadanos

Un análisis reciente del Laboratorio de Crimen de la Universidad de Chicago reveló que, aunque los homicidios y otros delitos violentos disminuyeron significativamente en varias ciudades de Estados Unidos durante 2024, la percepción de inseguridad entre los ciudadanos sigue siendo alta. Factores como la cobertura mediática, el uso de aplicaciones vecinales y el discurso político en un año electoral, harían parte de las razones detrás de este fenómeno.

De acuerdo con los datos preliminares y finales de los departamentos de policía de distintas ciudades, los homicidios alcanzaron niveles históricamente bajos en comparación con 2023. Ciudades como Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Filadelfia, Phoenix, Houston, Detroit y Baltimore reportaron descensos en sus cifras de homicidios.

De acuerdo con datos oficiales citados por ABC News, en Nueva York se registraron 14 homicidios menos que los 391 reportados en 2023, mientras que Filadelfia experimentó una caída significativa, pasando de 398 homicidios en 2023 a 255 en 2024. Sin embargo, no todas las ciudades compartieron esta tendencia: en lugares como Charlotte, Carolina del Norte, y Baton Rouge, Luisiana, los homicidios aumentaron.

Kim Smith, directora de programas nacionales del Laboratorio de Crimen de la Universidad de Chicago, destacó que los programas de interrupción e intervención de la violencia han sido clave para reducir los homicidios y la violencia armada en ciudades como Chicago.

Estas iniciativas, que buscan identificar a personas en riesgo y ofrecerles servicios o programas específicos, han mostrado resultados positivos. Sin embargo, Smith subrayó que, aunque las cifras generales de delitos violentos han disminuido, la experiencia directa de estos crímenes en los vecindarios sigue afectando la percepción de seguridad de los residentes.

“La presencia de incluso un solo asesinato tiene un gran costo”, afirmó Smith, quien también señaló que los crímenes violentos, aunque menos frecuentes, impactan profundamente en la calidad de vida de las comunidades. Además, destacó que la violencia sigue afectando de manera desproporcionada a las comunidades afroamericanas, quienes en Chicago tienen 22 veces más probabilidades de morir por violencia armada que sus contrapartes blancas.

Aunque los homicidios han disminuido en muchas ciudades, otros delitos violentos han mostrado tendencias más variadas. Según ABC News, los robos y los hurtos de automóviles registraron descensos significativos en las diez ciudades más grandes que han publicado datos preliminares o finales de 2024. Los robos de automóviles, en particular, cayeron en porcentajes de dos dígitos. Sin embargo, los asaltos sexuales y las agresiones físicas graves o con agravantes aumentaron en varias de estas ciudades.

Mike Lawlor, profesor asociado de criminología en la Universidad de New Haven, atribuyó parte de la desconexión entre las estadísticas y la percepción pública a la cobertura mediática y al uso de aplicaciones vecinales. Según Lawlor, estas plataformas permiten que los residentes compartan incidentes como el robo de paquetes o situaciones sospechosas, lo que puede amplificar la sensación de inseguridad, incluso si los datos muestran lo contrario.

Además, Lawlor señaló que el discurso político también influye en la percepción del crimen, especialmente en un año electoral como el que acaba de culminar. Según un sondeo de octubre realizado por Gallup, el 64% de los estadounidenses creía que el crimen había aumentado, una cifra menor al 77% registrado en 2023.

Además, las opiniones variaron significativamente según la afiliación política: el 90% de los republicanos consideraba que el crimen había aumentado, en comparación con solo el 29% de los demócratas. “Los mensajes de los políticos tienen un impacto. Si el líder que eligieron les dice que es el peor momento en términos de crimen, eso afecta su percepción”, explicó Lawlor a ABC News.

El análisis del Laboratorio de Crimen de la Universidad de Chicago también destacó que, aunque los homicidios han disminuido, la letalidad de los tiroteos ha aumentado en un 45% desde 2010. Además, el número de casquillos de bala recuperados por cada víctima de tiroteo se ha duplicado en ese período.

Smith enfatizó que, aunque las comunidades son más seguras en términos generales, los beneficios de esta mejora no se distribuyen de manera equitativa. “Es una cuestión de quién está viendo los beneficios de ese progreso debido a la forma en que la violencia está concentrada”, explicó.

Por otro lado, la pandemia de COVID-19 también tuvo un efecto significativo en los programas de prevención del crimen, según Lawlor. Muchas de estas iniciativas, que dependen de interacciones cara a cara para identificar y apoyar a personas en riesgo, se vieron interrumpidas durante los períodos de confinamiento. Esto contribuyó al aumento de los niveles de violencia durante los años más críticos de la pandemia.

Sin embargo, con la reactivación de estos programas y la implementación de estrategias basadas en datos, las ciudades han logrado revertir algunas de estas tendencias negativas. Según ABC News, herramientas como el Índice de Crimen en Tiempo Real de AH Datalytics, que utiliza datos policiales con un retraso de solo 45 días, han permitido a las comunidades y a los expertos responder de manera más efectiva a las tendencias emergentes.