Un exmédico militar, el Mayor Michael Stockin, fue sentenciado a más de 13 años de prisión por abusar sexualmente de unas decenas de soldados masculinos en la base militar Joint Base Lewis-McChord (JBLM), ubicada al sur de Seattle, bajo el pretexto de ofrecer atención médica. Según CBS News, el acusado, quien ejercía como anestesiólogo y especialista en manejo del dolor en el Centro Médico Madigan, también fue destituido del Ejército y se le ordenó perder todos sus beneficios salariales.
Durante el proceso judicial, el mayor Stockin admitió haber cometido 36 cargos de contacto sexual abusivo y cinco de observación indecente. Este caso afecta a al menos 41 pacientes varones que fueron tratados por él entre 2019 y 2022, informó KOMO News.
“La sentencia impuesta por el tribunal responsabiliza al mayor Stockin por cada persona que victimó con sus crímenes”, aseguró la fiscal Mayor Allyson Montgomery, citada por CBS News.
Las víctimas y el impacto emocional
Los testimonios de 22 de las víctimas fueron parte central del juicio, con soldados que narraron los efectos devastadores de estos abusos. Según CBS News, muchos mencionaron haber sido aislados y obligados a someterse a exámenes médicos poco convencionales que incluyeron contacto con sus genitales.
En palabras de una víctima, quien acudió al médico por dolor de espalda, “Me pidió que me bajara los pantalones, lo cual dudé en hacer, y eso fue una señal de alerta de que algo estaba mal”, un comentario citado también por KOMO News.
Otro testimonio recogido por CBS News expuso cómo las víctimas lucharon emocionalmente con lo sucedido: “Incluso con mi esposa no podía hablar sobre lo que había pasado. Simplemente, me sentía muy incómodo”, relató una de las víctimas. Este tipo de narrativas destacó la manipulación que Stockin empleó para encubrir sus crímenes, haciendo que sus pacientes no se percataran inicialmente de que estaban siendo vulnerados.
Abusos persistentes y el rol del Ejército
El caso también abrió puertas a más investigaciones sobre posibles fallas en los procesos de supervisión del Ejército. Según KOMO News, los abogados que representan a 22 pacientes han presentado demandas civiles contra el Ejército y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, alegando negligencia en la contratación, supervisión y mantenimiento de Stockin como médico. Cada demanda busca una compensación de 5 millones de dólares por daños emocionales.
La abogada de las víctimas, Christine Dunn, declaró a CBS News que la sentencia brinda cierto nivel de justicia, “pero para nuestros clientes, la verdadera justicia implica responsabilizar al Ejército por permitir que esto sucediera”.
Dunn también calificó el daño emocional dejado por el caso como devastador: “Estos valientes soldados ahora están llenos de ansiedad y vergüenza, muchos de ellos aterrados, incluso de buscar atención médica”, afirmó a la cadena de noticias.
Declaraciones de los fiscales y la defensa
CBS News recogió declaraciones del fiscal principal Ryan Keeter, quien elogió el coraje de las víctimas durante el proceso judicial. “La resiliencia de las víctimas debe ser celebrada. Han vivido con el trauma de las acciones del mayor Stockin durante años”, afirmó Keeter, quien también agradeció la paciencia y determinación de los soldados en búsqueda de justicia.
Por su parte, el abogado defensor de Stockin, Robert Capovilla, también señaló ante CBS News que su cliente aceptó plena responsabilidad por sus acciones. “El mayor Stockin asumió toda la responsabilidad y no presentó excusas. La defensa espera que los implicados puedan finalmente sanar y seguir adelante”, expresó Capovilla.
Fallos institucionales y llamados a reformas
El caso reveló presuntos problemas sistémicos al abordar casos de violencia sexual dentro del Ejército. Josh Connolly, de la organización Protect Our Defenders, denunció en una declaración recogida por KOMO News: “El caso Stockin expone los fallos integrales en el enfoque del Ejército para abordar la violencia sexual. El elevado número de víctimas sirve como prueba contundente de la negligencia que permitió que estos crímenes persistieran”.
Connolly también enfatizó la necesidad de cambiar el sistema militar para priorizar el cuidado a las víctimas, asegurando que situaciones como esta socavan la confianza en el liderazgo militar.
Stockin cumplirá su condena en la prisión militar de Fort Leavenworth, Kansas, y, una vez liberado, estará obligado a registrarse como delincuente sexual tanto a nivel estatal como federal, según confirmó CBS News.