En medio de los incendios que han arrasado vastas áreas de Los Ángeles, dejando al menos 16 muertos y miles de viviendas destruidas, se ha puesto en el centro del debate la ausencia de protocolos clave de seguridad por parte del Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles (LADWP).
Según informó The Wall Street Journal, esta entidad, que es la mayor empresa municipal de servicios públicos en Estados Unidos, no implementó un plan para cortes preventivos de electricidad en zonas de alto riesgo durante tormentas de viento, una estrategia que otras grandes compañías eléctricas de California han adoptado para reducir el riesgo de incendios.
De acuerdo con el medio, mientras los fuertes vientos azotaban la región, el sistema de LADWP permaneció activo hasta que las ráfagas causaron daños significativos, dejando sin electricidad a decenas de miles de usuarios. Aunque las causas de los incendios aún están bajo investigación, no se descarta que las líneas eléctricas puedan haber contribuido a su origen, como ha ocurrido en otros incendios devastadores en el estado y en otras partes del país.
Medidas de seguridad insuficientes
El LADWP se ha defendido, argumentando que cuenta con otras medidas de seguridad. Una portavoz de la entidad explicó que, durante tormentas de viento, desactivan la tecnología que permite la restauración automática de energía en líneas afectadas, con el objetivo de evitar chispas que puedan provocar incendios.
Además, destacó que los cortes masivos de electricidad pueden poner en peligro servicios críticos de la ciudad y de emergencia. “El LADWP trabajó estrechamente con el Departamento de Bomberos de Los Ángeles para desarrollar este protocolo de emergencia que reduce el riesgo de incendios mientras se mantienen funciones vitales alimentadas por electricidad”, afirmó la portavoz.
Sin embargo, el plan de mitigación de incendios más reciente de la entidad revela que carece de otras tácticas ampliamente adoptadas por empresas eléctricas vecinas. Por ejemplo, no ha desarrollado una red de cámaras y estaciones meteorológicas para monitorear velocidades del viento y otros factores de riesgo. Según el documento, la agencia está explorando estas tecnologías, pero aún no las ha implementado.
La respuesta de otras compañías eléctricas
Michael Wara, director del Programa de Políticas Climáticas y Energéticas de la Universidad de Stanford, señaló que el LADWP opera de manera muy distinta a las empresas de servicios públicos de propiedad privada en California y en el oeste del país.
“La intuición básica de que no hay necesidad de elegir entre confiabilidad y seguridad no se sostiene con los hechos de la última década”, afirmó Wara, sugiriendo que la entidad debería considerar estrategias de prevención más agresivas, como cortes proactivos de energía o el uso de tecnología que desactive automáticamente las líneas cuando entren en contacto con vegetación u otros objetos.
Los incendios más grandes en el área de Los Ángeles, como el Palisades Fire y el Hurst Fire, se originaron en el territorio de servicio del LADWP. Aunque gran parte de su área de cobertura urbana no es propensa a incendios, aproximadamente el 21% de su territorio se encuentra en zonas de riesgo elevado, según documentos regulatorios.
En contraste, otras empresas eléctricas en California han adoptado medidas más estrictas. Por ejemplo, el Southern California Edison (SCE), que también opera en la región, cortó proactivamente el suministro eléctrico a decenas de miles de clientes esta semana mientras los vientos aumentaban, una decisión que buscaba prevenir la propagación de incendios como el Eaton Fire, que ya ha consumido más de 4.000 hectáreas en las montañas de San Gabriel.
El uso de cortes preventivos de energía se ha vuelto cada vez más común en el oeste de Estados Unidos, especialmente en California, donde las empresas eléctricas comenzaron a implementar esta estrategia tras una serie de incendios mortales provocados por líneas eléctricas. Ahora, compañías en otros estados están desarrollando o adoptando planes similares, a medida que el riesgo de incendios forestales aumenta debido al cambio climático, el calor extremo y la sequía.
El dilema de los cortes preventivos
Determinar cuándo y cómo cortar el suministro eléctrico es una decisión compleja para las empresas de servicios públicos. Aunque esta medida reduce significativamente el riesgo de incendios, también puede tener consecuencias graves. Los cortes de energía pueden afectar servicios esenciales como el suministro de agua, el transporte y las comunicaciones, además de poner en peligro a personas que dependen de dispositivos médicos eléctricos. Asimismo, complican los procesos de evacuación y generan pérdidas económicas al obligar al cierre de negocios.
En el caso del LADWP, la entidad ha argumentado en el pasado que su territorio de servicio es diferente al de otras compañías eléctricas de California, como las que operan en áreas rurales de alto riesgo, por lo que no considera necesario implementar cortes preventivos de energía. Sin embargo, los incendios recientes han reavivado el debate sobre si esta postura sigue siendo sostenible frente a los crecientes riesgos climáticos y de litigación.
Ejemplos recientes en otras partes del país ilustran las consecuencias de no adoptar medidas preventivas. En 2020, PacifiCorp, una empresa que opera en Oregón, enfrentó demandas legales tras no cortar el suministro eléctrico antes de los incendios del Día del Trabajo, que devastaron la región. De manera similar, Hawaiian Electric acordó pagar casi 2.000 millones de dólares en acuerdos legales después de que sus líneas eléctricas fueran señaladas como posibles causantes del incendio de 2023 en Maui, el más mortal en Estados Unidos en más de un siglo.