
El teléfono móvil se ha convertido en una extensión inseparable del día a día en Estados Unidos. Desde el despertar hasta los últimos minutos antes de dormir, estos dispositivos son omnipresentes. Un informe de Reviews.org destaca que los estadounidenses revisan sus teléfonos, en promedio, 205 veces al día, lo que equivale a casi una vez cada cinco minutos durante el tiempo que están despiertos.
Según el informe, el estadounidense promedio pasa 5 horas y 1 minuto al día usando su teléfono. Esto equivale a aproximadamente 76.3 días al año o más de 2.5 meses completos frente a la pantalla del móvil. El número de veces que revisaron sus teléfonos aumentó de 144 veces al día en 2023 a 205 veces en 2024, lo que representa un incremento del 42.3%. Comparado con los 76.3 días de 2024, los estadounidenses pasaron aproximadamente 23 días más usando sus teléfonos en 2024 en comparación con el año anterior.
A pesar de esta conexión constante, solo el 43.2% de los encuestados se considera adicto a su teléfono, reflejando una disminución del 24% con respecto al año anterior. Esta reducción podría indicar un intento de los usuarios por recuperar el control sobre sus hábitos digitales, aunque el incremento en la frecuencia de uso sugiere lo contrario.
El teléfono, un compañero de día y de noche

El informe revela datos que subrayan la omnipresencia del móvil:
- 80.6% de los estadounidenses revisa su teléfono en los primeros 10 minutos tras despertarse.
- 78.2% siente incomodidad si deja el teléfono en casa.
- 51.3% duerme con el dispositivo cerca.
- 65.7% lo utiliza mientras está en el baño.
Para muchos, dejar el teléfono durante más de 24 horas es impensable. De hecho, 48.3% nunca ha estado desconectado durante tanto tiempo. Las notificaciones también generan respuestas rápidas, con el 76% revisándolas en menos de cinco minutos tras recibirlas.
Este nivel de dependencia genera comportamientos curiosos: 53.7% ha enviado mensajes de texto a personas que se encuentran en la misma habitación, mientras que 38.1% admite usar el teléfono durante una cita, y 27% lo hace mientras conduce.
Los estadounidenses usan su teléfono hasta en el cine

A pesar de las alarmas sobre el tiempo de pantalla, el informe destaca algunos cambios positivos. El uso del teléfono durante la cena se redujo en 41.5%, y el uso laboral bajó un 31.9%. Esto sugiere que las personas están comenzando a establecer límites más claros para evitar distracciones en momentos clave.
Por otro lado, persisten comportamientos preocupantes: el uso del teléfono en el cine aumentó en un 52.4%, alcanzando el 88.8% de los encuestados. Esta cifra resalta una creciente dificultad para desconectarse incluso en situaciones donde la atención debería centrarse en otra actividad.
El informe también analiza el fenómeno de la “ansiedad por la batería”. Casi el 40% de los encuestados siente pánico o incomodidad cuando la carga de su teléfono baja del 20%. Aunque esta cifra representa una mejora con respecto al año pasado, cuando el 47.1% reportó esa sensación, todavía refleja una fuerte dependencia tecnológica.
¿Quién pasa más tiempo frente a la pantalla?

El tiempo de pantalla varía significativamente según la generación.
- Generación Z: 6 horas y 18 minutos diarios.
- Millennials: 6 horas y 2 minutos.
- Generación X: 4 horas y 54 minutos.
- Boomers: 3 horas y 18 minutos.
- Generación Silenciosa: 1 hora y 16 minutos.
Los Millennials lideran en términos de frecuencia, revisando su teléfono 324 veces al día, equivalentes a 20 veces por hora. La Generación X sigue de cerca con 238 revisiones diarias, mientras que la Generación Z, a pesar de su mayor tiempo de pantalla, revisa su teléfono 185 veces al día, sugiriendo sesiones más prolongadas y menos interacciones rápidas.
El 55.8% de los miembros de la Generación Z se considera adicto a su teléfono, seguidos por el 54.6% de los Millennials. Los Boomers, en cambio, reportan solo un 29.3% de adicción, lo que refleja diferencias culturales y de hábitos digitales.
Aunque los datos reflejan una creciente dependencia del teléfono móvil, también sugieren una tendencia hacia una mayor conciencia digital. Menos personas se sienten ansiosas por perder su dispositivo o quedarse sin batería, y los hábitos como usar el teléfono en cenas y reuniones parecen estar disminuyendo.
Sin embargo, la conexión constante sigue siendo una realidad para muchos. El desafío de los próximos años será encontrar un equilibrio entre la conectividad y la desconexión, promoviendo una relación más saludable con la tecnología.
Cambios en las prioridades de consumo y conexión digital

El informe de Reviews.org también muestra una evolución en las decisiones de compra y las prioridades de los estadounidenses respecto a sus teléfonos móviles. Un dato significativo es que menos personas sienten la necesidad de tener el último modelo de teléfono. Solo el 9.9% considera importante actualizar su dispositivo regularmente, una caída del 15.1% respecto al año anterior.
El deseo de evitar deudas por la compra de un nuevo teléfono también ha crecido. Solo el 10.7% ha incurrido en deudas para adquirir un dispositivo, frente al 17.4% del año pasado. Esta tendencia puede reflejar una mayor prudencia financiera o una menor innovación en los nuevos modelos, lo que reduce el atractivo de las actualizaciones frecuentes.
En términos de actualizaciones, el 14.9% de los encuestados cambió de teléfono en el último año, lo que representa una caída del 35.5%. Esto sugiere que, aunque los teléfonos móviles siguen siendo esenciales, las personas están menos dispuestas a gastar en nuevos dispositivos a menos que sea estrictamente necesario.
La desconexión y la resiliencia digital

Otro dato revelador es la disminución de la ansiedad tras perder el teléfono. El 36.3% de los encuestados reporta sentir estrés durante los primeros 30 minutos sin su dispositivo, una reducción significativa respecto al 71.2% del año pasado. Esta caída podría indicar una mayor resiliencia y una progresiva adaptación a periodos de desconexión.
Sin embargo, no todo es relajación digital. El informe destaca que el 48.3% de los estadounidenses ha arriesgado su seguridad personal para evitar la pérdida o daño de su teléfono, como cruzar carreteras o ignorar barreras de seguridad, un incremento del 30.8% frente al año anterior.
Sin embargo, n dato curioso sobre las prioridades digitales: el 16.2% de los encuestados indicó que preferiría mantener su teléfono antes que su auto en caso de tener que elegir entre ambos. Aunque esta cifra ha disminuido un 19.9% en comparación con el año anterior, revela la importancia que los dispositivos móviles han adquirido como herramientas esenciales para la vida diaria, incluso superando la necesidad de transporte personal para algunos.
La conexión intergeneracional con el teléfono

El informe también analiza cómo cada generación interactúa con su teléfono, no solo en términos de tiempo de pantalla, sino también en comportamientos más específicos:
- Millennials son los más propensos a revisar notificaciones rápidamente, con el 89.5% haciéndolo en los primeros diez minutos.
- La Generación Z les sigue con un 84%.
- Los Boomers muestran menos urgencia, con solo un 69% revisando notificaciones de inmediato.
La ansiedad por perder el teléfono varía también entre generaciones. Los Millennials lideran con el 80.8% reportando estrés al extraviar su dispositivo, mientras que solo el 63% de los Boomers siente lo mismo.
En cuanto a la actualización de dispositivos, los Millennials son los más propensos a cambiar de teléfono, con un 41% planeando hacerlo en el próximo año. Le siguen la Generación X con un 36.3% y la Generación Z con un 34.9%. Los Boomers y la Generación Silenciosa muestran menos interés en actualizar sus teléfonos, con 24.7% y 23.3% respectivamente.
La reducción de la ansiedad por la batería baja, el menor interés en actualizar dispositivos y la disminución del uso durante cenas o reuniones muestran una tendencia hacia una conexión más equilibrada. No obstante, los datos también revelan la dificultad de desconectar completamente, subrayando la importancia del teléfono en el día a día moderno.