Chloe Alexis Driver, de 24 años, fue condenada a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional por el asesinato de su hija, Hannah Nicole, de 13 meses, informó People. Según las leyes de Georgia, la mujer deberá cumplir un mínimo de 30 años antes de poder solicitar la libertad condicional. Además, la condena incluye una pena adicional de 20 años que se cumplirán de manera concurrente con la sentencia principal.
El fallo fue emitido por la jueza Ellen McElyea, quien calificó el crimen como un acto ‘atroz’ que transgrede los valores morales más fundamentales. Durante la audiencia, destacó el impacto emocional que las pruebas gráficas y traumáticas tuvieron en los jurados.
La sentencia se dictó un mes después de que Chloe fuera hallada culpable de múltiples cargos, entre ellos, asesinato malicioso, asesinato grave, crueldad infantil en primer grado y asalto agravado. Aunque el jurado reconoció su estado mental deteriorado, esto no le impidió ser considerada responsable de los hechos.
Un horroroso crimen
El 8 de diciembre de 2020, en una residencia ubicada en Canton, Georgia, ocurrió el trágico incidente en el que Chloe atacó a su hija Hannah, de 13 meses, con un cuchillo de cocina. Las autoridades encontraron a ambas en la escena del crimen: la bebé gravemente herida y la acusada con heridas autoinfligidas. La menor fue trasladada de inmediato a un hospital cercano, pero sucumbió a las lesiones poco después. Chloe, por su parte, estuvo hospitalizada durante semanas debido a heridas potencialmente mortales en su garganta y otras partes del cuerpo.
La fiscalía presentó pruebas que indicaban que la mujer apuñaló a su hija en repetidas ocasiones antes de intentar quitarse la vida. El arma utilizada fue recuperada en la escena, mostrando rastros de ADN que conectaban a la madre con el crimen. Este ataque ocurrió frente a otros miembros de un grupo polígamo al que ella pertenecía, incluido Benyamin Ben-Michaeil, conocido como “Z”, quien es el padre de Hannah. Según los informes, él intentó realizar maniobras de reanimación a la bebé hasta la llegada de los servicios de emergencia.
Motivación del crimen
La teoría del caso presentada por la fiscalía atribuyó el asesinato a los celos de Chloe hacia las otras esposas de Benyamin. Se alegó que la mujer, enfrentada a una situación de intensa tensión emocional dentro del grupo polígamo, consideraba a la bebé un obstáculo en su relación con el hombre y actuó de manera premeditada. Este contexto fue un punto clave en el juicio, ya que la dinámica del grupo influyó en la narrativa del crimen.
Un caso escalofriante
La escena fue descrita como extremadamente perturbadora por los oficiales que respondieron al llamado de emergencia. Tanto la jueza como los miembros del jurado señalaron la dificultad de procesar las pruebas gráficas y testimonios, lo que llevó incluso a considerar apoyo psicológico para quienes participaron en el caso.
Durante el juicio, Chloe expresó remordimiento y aseguró que su salud mental había colapsado en ese momento, aunque el jurado determinó que entendía la naturaleza y consecuencias de sus actos.
La salud mental de Chloe
La defensa de la acusada intentó colocar la salud mental en el centro del juicio, pues sostuvo que un colapso emocional y psicológico había sido un factor clave en los hechos que llevaron al asesinato de su hija Hannah. Según su abogada, Angela Trethaway, Chloe sufría de problemas graves, agravados por un historial de abuso emocional y un entorno hostil dentro de un grupo polígamo.
La propia acusada declaró ante el tribunal que su “descompensación mental” la llevó a cometer el crimen, asegurando que nunca habría actuado de esa manera si no hubiera estado en un estado psicológico tan deteriorado. Aunque especialistas confirmaron que padecía trastornos mentales, el jurado determinó que entendía la naturaleza de sus acciones, lo que la hacía plenamente responsable del crimen.
La fiscalía reconoció que Chloe tenía problemas psicológicos, pero enfatizó que estos no justificaban un acto tan atroz como el asesinato de su hija. Según los fiscales, la planificación del ataque y las acciones deliberadas de Chloe demostraban que ella comprendía el impacto de sus actos. Este argumento fue fundamental para solicitar la pena máxima, considerando que su estado mental no debía utilizarse como una excusa para minimizar la gravedad del crimen.