A medida que el año 2024 llega a su fin, también lo hace la Generación Alpha, dando paso a la llegada de la Generación Beta, cuyas tendencias en nombres ya están marcando un cambio significativo en la forma en que los padres eligen cómo identificar a sus hijos.
“Los nombres están profundamente ligados a la identidad”, explicó Sophie Kihm, editora en jefe de Nameberry, el sitio web más grande dedicado a nombres de bebés. Según Kihm, elegir un nombre hoy en día va mucho más allá de una simple etiqueta: “Lo más importante es elegir un nombre que tenga un significado especial para ti”, dijo en entrevista con ABC News.
A diferencia de generaciones pasadas, los nombres actuales y futuros no obedecen tanto a tendencias universales, sino a modas hiperlocales o de nicho. “Lo que es popular en tu vecindario puede ser increíblemente raro al otro lado de la ciudad”, añadió Kihm.
Esto explica por qué el panorama de los nombres de la Generación Alpha —que comprende a niños nacidos entre 2010 y finales de 2024— es considerado el más diverso y único hasta ahora. Esta generación ha estado marcada por la preferencia de nombres que enfatizan la individualidad, reflejan valores personales y abrazan la multiculturalidad.
De lo neo-cowboy a lo atmosférico
Entre las tendencias predominantes de los últimos años se encuentran los nombres de estilo neo-cowboy, como Rhodes y Dutton, que evocan una sensación de rusticidad y conexión con la naturaleza. Otros padres han optado por nombres que proyectan madurez desde una edad temprana, como Lionel o Georgina, conocidos como “baby men” y “baby women”.
Otra corriente creciente incluye los nombres tradicionalmente femeninos que ahora son elegidos para niños, como June y Willow, y nombres atmosféricos inspirados en elementos de la naturaleza y el cosmos, como Clover o Solana.
Por otro lado, aunque la cultura popular siempre ha influido en las decisiones de nombres —como ocurrió con Arya, de la serie Game of Thrones—, Kihm señaló que su impacto tiende a ser limitado a pequeños grupos. En contraste, los valores sociales y culturales tienen un impacto más amplio, generando cambios macro en las convenciones de nombres.
“Con el auge de la individualidad como un valor central, hemos visto un aumento en la diversidad de nombres”, explicó Kihm. Además, un creciente aprecio por la multiculturalidad ha llevado a que más padres elijan nombres vinculados a sus raíces étnicas, un reflejo de la evolución de cómo entendemos la identidad.
La “regla de los 100 años” y el regreso de nombres clásicos
Un fenómeno interesante que está cobrando fuerza es la llamada “regla de los 100 años”, que sugiere que los nombres vuelven a ponerse de moda aproximadamente un siglo después de alcanzar su máxima popularidad. Esto se debe, en parte, a que los nombres comienzan a parecer frescos y novedosos una vez que han pasado generaciones desde que se usaron con frecuencia.
Ejemplos de nombres que están resurgiendo incluyen Winifred, Maxine, Lionel y Eleanora, que fueron populares a principios del siglo XX. “Es un poco mórbido”, comentó Kihm, “pero los nombres comienzan a sentirse nuevos de nuevo cuando ya no conocemos a personas que los llevan”.
Generación Beta: búsqueda de la innovación
Con el comienzo de la Generación Beta, se espera que los nombres sean aún más distintivos y creativos. Según Kihm, “la identidad cultural será un factor enorme”. Se prevé que los padres elijan cada vez más nombres con raíces en culturas como la turca, árabe, india, japonesa y española.
Además, las aficiones y los intereses de nicho están empezando a influir en las decisiones de nombres. Por ejemplo, nombres inspirados en videojuegos, anime o literatura fantástica están ganando popularidad entre los padres de la próxima generación.
Los nombres de la Generación Beta también destacarán por experimentar con nuevas ortografías, revivir nombres históricos casi olvidados e incluso inventar nombres completamente originales que reflejen las aspiraciones personales y la identidad única de cada familia.
Entre los nombres que se espera que cobren fuerza en los próximos años se encuentran Scottie, Elowyn, Lenora, Murphy y Solana para niñas, mientras que nombres como Matheo, Elio, Chosen y Caspian son los predilectos para niños.
La expansión de los nombres neutrales
Otra tendencia que define esta nueva era es el auge de los nombres neutros en cuanto al género, que son cada vez más populares entre los padres de diversos orígenes y creencias. Estos nombres brindan a los niños la libertad de desarrollarse sin las presiones de una identidad de género asociada a su nombre.
“Algunos padres desean darles a sus hijos esa libertad, mientras que otros simplemente encuentran atractiva la imagen moderna y estilizada de estos nombres”, explicó Kihm.
Curiosamente, los nombres neutros son populares en todo el espectro político y social, incluso en regiones donde las políticas no son especialmente favorables hacia los derechos de identidad de género.
En un giro inesperado, los nombres tradicionalmente femeninos están siendo adoptados para niños. Nombres como June, Willow, Florence y Hazel están ganando aceptación para varones, desafiando normas de género tradicionales y proyectando cualidades de sensibilidad y suavidad que resuenan con los valores modernos.
Nombres más populares por décadas
Para comprender cómo han cambiado las preferencias de nombres a lo largo de las generaciones, se pueden observar los nombres más comunes de cada época, según datos de la Administración del Seguro Social de Estados Unidos:
- 1920s: Mary, Dorothy, Helen (niñas); Robert, John, James (niños).
- 1950s: Mary, Linda, Patricia (niñas); James, Michael, Robert (niños).
- 1980s: Jennifer, Jessica, Amanda (niñas); Michael, Christopher, Matthew (niños).
- 2000s: Emily, Madison, Emma (niñas); Jacob, Michael, Joshua (niños).
- 2010s: Emma, Olivia, Sophia (niñas); Noah, Liam, Mason (niños).