Más que amigos: dos hombres descubren que son hermanos tras 60 años de amistad

Walter Macfarlane y Alan Robinson compartieron toda una vida y descubren un vínculo aún más fuerte del que imaginaban

Guardar
Walter Macfarlane y Alan Robinson
Walter Macfarlane y Alan Robinson descubren que no solo eran amigos de toda la vida, sino también hermanos biológicos (Courtesy Cindy Macfarlane-Flores)

Walter Macfarlane y Alan Robinson nacieron en Honolulu con solo dos años de diferencia, en una ciudad marcada por los ecos del ataque al puerto Pearl Harbor, en un momento turbulento de la historia de Estados Unidos. A pesar de que ambos se criaron en familias distintas, su destino estaba inexorablemente unido desde su infancia.

Según CNN, la madre de Walter decidió darlo en adopción, aunque sus abuelos maternos, al enterarse, decidieron recibirlo a la tradición hawaiana del “hanai”, que no requería trámites legales. En ese entonces, el niño fue criado por ellos, pero nunca conoció a su padre biológico. No sería hasta décadas más tarde que intentaría rastrear su historia a través de pruebas de ADN.

Las madres de Walter y
Las madres de Walter y Alan eran amigas, lo cual consolidó los lazos familiares desde que eran niños (Courtesy Cindy Macfarlane-Flores)

Por otro lado, según Times, Alan Robinson nació dos años después, en 1945. Su madre biológica lo dio en adopción inmediatamente después de su nacimiento, y creció en una familia que lo cuidó como si fuera su propio hijo. Aunque su infancia fue feliz, siempre tuvo una sensación de vacío respecto a su historia familiar. Nunca pudo responder a las preguntas sobre antecedentes médicos o sobre su origen. El hecho de no conocer a sus padres biológicos lo acompañó durante toda su vida. Sin embargo, nunca imaginó que su búsqueda de respuestas sobre su herencia genética, iniciada por curiosidad, cambiaría el curso de su historia personal.

Su primer encuentro fue en las aulas de una escuela primaria en Honolulu. Walter y Alan tenían algo en común desde el principio: sus familias estaban entrelazadas. La madre adoptiva del primero de ellos era amiga cercana de la familia de Alan, y la conexión se consolidó rápidamente.

Se hicieron amigos inseparables, y su relación fue creciendo con el paso de los años. Juntos jugaron al fútbol americano, compartieron campeonatos y vivieron la intensidad de la adolescencia en las soleadas playas hawaianas. Las familias de ambos compartían todo: vacaciones, cenas y celebraciones.

Los niños de Walter incluso llamaban a Alan “tío Alan”, sin saber que, en realidad, él era más que un amigo de la familia. A pesar de las señales, como su semejanza física, nadie sospechaba que la historia que los unía iba más allá de la amistad.

En su adolescencia, Walter y
En su adolescencia, Walter y Alan compartieron equipos de fútbol americano forjando una amistad que trascendía lo común (Courtesy Cindy Macfarlane-Flores)

Después de la secundaria, ambos se separaron brevemente para asistir a la universidad y luego vivieron la experiencia de la Guerra de Vietnam, pero pronto volvieron a Honolulu. Allí, retomaron su vida juntos y continuaron con las actividades que siempre habían disfrutado: navegar, hacer senderismo, pescar y jugar al golf. Para todos los que los conocían, era evidente que eran “como hermanos”.

La vida siguió su curso hasta que, hace unos años, Walter comenzó a investigar sobre su padre biológico. Según Daily Mail, después de varios intentos fallidos por encontrar información a través de registros oficiales, decidió recurrir a las pruebas de ADN, una práctica cada vez más popular en la búsqueda de raíces familiares.

En 2019, Macfarlane envió su muestra a la compañía 23andMe con la esperanza de encontrar alguna pista sobre su origen. La sorpresa llegó cuando los resultados fueron analizados por su hija, Cindy. Tras una exhaustiva revisión, ella descubrió que el perfil con el nombre “Robi737″ coincidía notablemente con el de su padre.

La clave fue que “Robi” no era un desconocido: era el apodo de Alan, quien, en su juventud, había sido piloto para Aloha Airlines. Además, la coincidencia de los cromosomas X entre ambos apuntaba a un parentesco directo, algo que no podía ser ignorado.

Actualmente, ambos hermanos disfrutan su
Actualmente, ambos hermanos disfrutan su vínculo familiar redescubierto, participando activamente en la vida de sus familias (Courtesy Cindy Macfarlane-Flores)

Al principio, Walter no podía creer lo que veía. Pensó que podía ser una coincidencia, pero algo en los resultados lo hizo sospechar que algo mucho más grande estaba en juego. Consultó con su esposa, quien también quedó atónita ante la revelación. Fue entonces cuando todo encajó: Alan y Walter compartían la misma madre biológica. La relación entre los dos amigos de toda la vida, que en apariencia siempre había sido estrecha como la de dos hermanos, ahora era una realidad.

El descubrimiento fue tan impactante como inesperado. La noticia, que parecía sacada de un guion cinematográfico, fue compartida con las familias y amigos más cercanos; poco después, recorrió las redes sociales y se popularizó, generando asombro.

Walter y Alan continúan compartiendo
Walter y Alan continúan compartiendo momentos de vida como hermanos, celebrando reuniones familiares y recuerdos (Courtesy Cindy Macfarlane-Flores)
Guardar