Pese a tener la mayoría en el Congreso, los republicanos atraviesan su momento de mayor debilidad del último siglo

Aunque los rojos controlan ambas cámaras en el Legislativo, el ajustado margen sugiere que la agenda de Trump podría enfrentarse a más obstáculos de los que se esperaba

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Pese a tener la mayoría
Pese a tener la mayoría en el Congreso, los republicanos atraviesan su momento de mayor debilidad del último siglo (REUTERS)

Los republicanos lograron hacerse, en las pasadas elecciones de noviembre, con un triplete: Donald Trump ganó la Casa Blanca y los legisladores consiguieron mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes. Inicialmente, las noticias sugirieron que este escenario podría favorecer la agenda del Presidente electo que -no sin estar libre de polémicas, como acostumbra- obtendría con facilidad un aval a sus iniciativas.

Sin embargo, un análisis más detallado de la posición del bando expuso que este no será necesariamente el escenario desde enero de 2025 en Estados Unidos.

Lo cierto es que, en ambas cámaras del Legislativo, los republicanos tienen poco margen dada la ajustada ventaja por sobre los demócratas, por lo que sería fundamental contar con el apoyo incondicional de todos los miembros -incluso los detractores de Trump en el partido-, algo difícil de garantizar.

En la Cámara baja, la diferencia es de tan solo cinco escaños -220 a 215, frente a los 222 que supieron tener los republicanos- y representa el margen más ajustado en casi un siglo. El último lugar que faltaba definirse, el del distrito número 13 de California, quedó este miércoles en manos del demócrata Adam Gray, que lo arrebató a su rival John Duarte, por 0,08% de los votos.

En la Cámara baja, el
En la Cámara baja, el margen es el más ajustado en casi un siglo, con 220 a 215 escaños

Esta fue una de las cuatro bancas que Trump perdió en el hemiciclo.

A esta situación también hay que sumarle las bajas que se produjeron en el grupo tras el nombramiento de Elise Stefanik como embajadora ante la ONU y Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional para el próximo gobierno, al igual que Matt Gaetz que, no obstante, renunció al llamado para fiscal general.

Estos movimientos implican que, durante los primeros meses de la gestión, hasta que se consigan los reemplazos, el grupo operará en un escenario real de 217 a 215.

El presidente del partido en la Cámara de Representantes, Mike Johnson, aseguró que nada de esto afectará su desempeño en el hemiciclo y confió en que podrán hacer valer su mayoría. “Hagan las cuentas. Podemos hacerlo, no tenemos margen pero todos nuestros miembros lo saben. Hemos desarrollado una habilidad que nos permite trabajar con una mayoría reducida. Es nuestra costumbre”, dijo en las últimas horas.

En el bando opuesto, este primer período se presenta como una oportunidad clave para obstaculizar la agenda de Trump e impedir el curso de algunos de sus proyectos, entre ellos las deportaciones masivas y el refuerzo de la seguridad en la frontera.

Los demócratas ven este momento
Los demócratas ven este momento de debilidad republicana como una oportunidad para fortalecerse pese a ser minoría (REUTERS)

“Es crucial que cada miembro venga a trabajar y cumpla con su labor. Es lo que estamos comunicando a nuestro grupo. Su asistencia es increíblemente importante”, sostuvo Pete Aguilar, número tres de los demócratas en la Cámara, antes de insistir en lo crucial de permanecer unidos para “contrarrestar los excesos de los republicanos”.

“Los vamos a necesitar, los necesitamos presentes. Sabemos que en la vida pasan cosas, que hay emergencias y lo entendemos completamente, pero hay cosas que podemos controlar”, agregó.

En el Senado, el escenario no es muy distinto. Allí, los republicanos se hicieron con la mayoría por seis escaños -53 a 47- aunque igualmente están en una posición de duda.

En el Senado, la diferencia
En el Senado, la diferencia es de seis escaños, 53 a 47 (Europa Press)

En 2018, los republicanos fracasaron en su intento por poner fin al programa de salud Obamacare en una votación que acabó inclinándose en favor de los demócratas gracias al apoyo de tres senadores rojos a la oposición. Entonces, regía una distancia igual a la actual y, de hecho, dos de esos tres legisladores siguen ejerciendo sus funciones: Susan Collins y Lisa Murkowski.

Es por ello que el voto rojo en la Cámara Alta no está garantizado en lo absoluto. De hecho, Trump y su equipo han comenzado a ver los primeros efectos de esta mayoría débil en la aprobación al nombramiento de algunos de sus elegidos para los principales cargos en el país, que podrían no contar con el apoyo de la mayoría para ser confirmados.

(Con información de EFE)

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