Uno de los hoteles más bonitos del mundo está en Portugal: un palacio del siglo XIX inspirado en los principales monumentos del país

En Portugal, en mitad de un entorno de gran belleza, se ubica uno de los hoteles más bonitos del mundo. Este alojamiento, más allá de su exclusividad y lujo, destaca por su impresionante arquitectura, que bien recuerda a un palacio del siglo XIX. De hecho, no es que recuerde, es que se le conoce como el Palacio de Buçaco, y no es para menos, ya que fue construido basándose en algunos de los principales monumentos de Lisboa.

El municipio de Mealhada, en el centro de Portugal, es el encargado de acoger este impresionante edificio, el cual se asienta en la cordillera de la Sierra de Buçaco. Pero no solo eso, pues está rodeado de un precioso bosque conocido como a Mata Nacional de Buçaco (o bosque Nacional de Bussaco), el cual cuenta con 105 hectáreas y con más de 250 especies de árboles distintos. Esto lo convierte en una de las mayores colecciones de dendrológicas de Europa. Todo este cojunto permite disfrutar de una experiencia única en uno de los hoteles más bonitos de Portugal.

En su origen, la zona que rodea al palacio formaba parte de un convento fundado en 1628 por los Carmelitas Descalzos. Sin embargo, la prohibición en 1834 de las órdenes religiosas en Portugal provocó la desaparición de esta orden en la región, anticipando la construcción del palacio. Diseñado por el renombrado escenógrafo italiano Luigi Manini y construido entre 1888 y 1907, este impresionante edificio es una recreación fiel de la arquitectura manuelina, el estilo que marcó el Renacimiento portugués, y que se inspira en monumentos emblemáticos como la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos. Con su rica decoración llena de detalles, el Palacio no solo es un referente de la arquitectura, sino también una puerta abierta a la historia y la cultura de Portugal.

El Palacio Hotel de Busaco es, además, un verdadero museo de arte. Grandes figuras del arte portugués, como Norte Júnior, Carlos Reis y Jorge Colaço, dejaron su huella en la estructura y decoración del edificio, contribuyendo con su talento a convertirlo en uno de los hoteles más emblemáticos del país. Cada rincón del Palacio refleja la magnificencia de su arquitectura, que combina a la perfección con el entorno natural del bosque que lo rodea, creando un ambiente único de lujo y serenidad.

A día de hoy, está regentado por la tercera generación de la familia Alexandre de Almeida, pionera en la industria hotelera portuguesa. Desde su apertura, este hotel ha sido sinónimo de lujo, ofreciendo un ambiente distinguido donde la comodidad del alojamiento se fusiona con la excelencia de la gastronomía portuguesa. En sus salones y pasillos se respira la tradición de siglos pasados, pero con las comodidades modernas que hacen de cada estancia una experiencia inolvidable.

El Palacio Hotel de Busaco cuenta con 64 habitaciones, que varían desde elegantes habitaciones estándar hasta suntuosas suites que han acogido a figuras de la realeza y la nobleza. Destacan la suite D. Manuel y la suite D. Luís, que invitan a los huéspedes a experimentar el lujo y la sofisticación de la época real. La suite Rainha D. Amélia, con su decoración fastuosa, y la Suite Real D. Carlos, que resalta por su exquisitez, son otras opciones de alojamiento que reflejan la majestuosidad del lugar.

Cada habitación está amueblada con piezas refinadas que combinan elementos clásicos y modernistas, creando una atmósfera única que conserva la esencia histórica del palacio mientras ofrece el confort que esperan los viajeros más exigentes. Desde los detalles ornamentales hasta los muebles de época, cada rincón del hotel ha sido cuidadosamente diseñado para garantizar una estancia de lujo y distinción.

Pero esto no es todo, pues el restaurante del Palacio Hotel de Busaco es otro de los grandes atractivos de este emblemático monumento. No solo destaca por la calidad de su cocina, que ofrece una exquisita selección de platos tradicionales portugueses, sino también por su impresionante decoración. Los frescos de João Vaz que adornan las paredes ilustran pasajes de Los Lusíadas, la célebre obra de Luís de Camões que narra las aventuras de los navegantes portugueses. Estos frescos, que reflejan el espíritu de exploración y conquista del país, están acompañados de un hermoso techo de estilo neomorisco y un vistoso suelo de maderas exóticas, lo que convierte el restaurante en un espacio donde el arte y la gastronomía se encuentran en perfecta armonía.

Desde Coimbra el viaje tiene es de alrededor de 45 minutos por las carreteras N1 y N234. Por su parte, desde Oporto el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por la vía A1.