
A poca distancia de la Comunidad de Madrid, la sierra norte de Guadalajara se presenta como un destino ideal para quienes buscan desconectar del estrés urbano. Este enclave natural, todavía poco conocido en comparación con otros espacios del interior peninsular, ofrece una riqueza paisajística única, caracterizada por cascadas, pozas naturales y montañas que forman escenarios de gran belleza. Los valles y laderas de esta sierra invitan a descubrir un patrimonio natural de gran valor, donde la tranquilidad y la conexión con el entorno son protagonistas.
Además, las numerosas rutas de senderismo que atraviesan la zona destacan por su interés medioambiental y turístico, atrayendo tanto a excursionistas experimentados como a quienes desean disfrutar de un día en plena naturaleza. Estos caminos descubren joyas naturales que dejan con la boca abierta, como es el caso de las pozas del Aljibe, un paraje natural que cautiva por sus características peculiares y su impresionante paisaje.
También conocidas como las ‘pozas de Marte’ debido a su entorno rojizo y la tonalidad que adquieren las aguas en ciertas épocas del año, las pozas del Aljibe son una de las joyas más escondidas de la región. Estas cascadas sucesivas, que suman una caída total de 12 metros, constituyen un atractivo natural de gran belleza. La primera de ellas tiene una caída de entre tres y cuatro metros, mientras que la segunda alcanza entre siete y ocho metros. Las aguas de las piscinas vierten sobre el arroyo del Soto, un afluente que desemboca en el río Jarama, completando un paisaje de agua y roca que impresiona a quienes se acercan a conocerlo.
Un lugar de otro planeta

Para llegar hasta este rincón mágico, la mejor opción es realizar la ruta señalizada que conduce a las pozas. Esta caminata tiene una longitud de nueve kilómetros y es de dificultad moderada, lo que la convierte en una excursión apta para todos los públicos, incluidos los más pequeños y los perros. La ruta se desarrolla en un recorrido circular que permite al visitante disfrutar de todo el esplendor de la sierra de Ayllón, incluyendo unas vistas panorámicas impresionantes del pico Ocejón, el más alto de la sierra.
El recorrido comienza en la pedanía de El Espinar, en el municipio de Campillo de Ranas. Desde allí, los senderistas deben caminar por las calles del pueblo hasta encontrar una cerca que delimita el paso al ganado. Una vez cruzada esta valla, el camino sigue hacia las cascadas, con señalización clara que guía al viajero durante todo el trayecto. En su mayor parte, el sendero es llano, pero hay un tramo de pendiente que lleva al arroyo del Soto, donde las aguas que alimentan las cascadas empiezan a brotar. Tras cruzar un puente de madera, los excursionistas llegarán al barranco del Aljibe, el lugar exacto donde se encuentran las pozas.
Este entorno natural no solo es perfecto para el senderismo, sino también para el descanso y la relajación. Durante el verano, las aguas frescas y cristalinas de las pozas ofrecen un refrescante chapuzón, convirtiéndose en el lugar ideal para un baño en plena naturaleza. En primavera, con el deshielo y las lluvias, las piscinas adquieren su máximo esplendor, pero en cualquier época del año se puede disfrutar de su belleza.
Por otro lado, para quienes prefieren un recorrido más corto, existe una alternativa de solo seis kilómetros de ida y vuelta, que parte de la pedanía de Roblelacasa, también en el municipio de Campillo de Ranas. Este sendero, de dificultad baja, es ideal para quienes no deseen realizar el recorrido largo, pero aun así quieren disfrutar de la belleza de las pozas. El trayecto comienza en el aparcamiento del pueblo, desde donde se cruza un puente y se toma el camino de la izquierda hacia las cascadas.
Cómo llegar
Desde La Hiruela, municipio madrileño próximo a Guadalajara, el trayecto hasta El Espinar es de aproximadamente 35 minutos, mientras que desde Madrid es de 1 hora y 50 minutos por la carretera A-2. Por su parte, desde Guadalajara el viaje tiene una duración estimada de 1 hora por las vías CM-101 y CM-1004.