
Asturias destaca por su rico patrimonio natural, que ofrece a los visitantes una diversidad de paisajes y entornos. La región se caracteriza por una costa acantilada, donde la naturaleza salvaje se funde con tranquilas playas que invitan al descanso. Más allá de su litoral, el interior se presenta con valles y prados que se extienden a lo largo de pequeñas localidades, permitiendo descubrir rincones que son una maravilla. Este conjunto de atributos ha posicionado a Asturias como un destino clave para el turismo rural, facilitado además por una red de senderos que permiten explorar estos entornos de manera cercana y personal.
En este sentido, en el corazón del Parque Natural de Redes, uno de los espacios protegidos más importantes de Asturias, se encuentra la Ruta del Alba, un sendero de gran belleza declarado Monumento Natural. A lo largo de sus 14 kilómetros (ida y vuelta), el recorrido transcurre paralelo al río Alba o Llaímo, ofreciendo un paisaje espectacular en el que el agua es la gran protagonista. Cascadas, pozas cristalinas y fuentes naturales acompañan a los caminantes en una ruta que se ha convertido en una de las más populares de la región.
Cascadas, fauna y paisajes encajonados entre montañas
El punto de partida de la Ruta del Alba se encuentra en la pequeña localidad de Soto de Agües, a unos 45 minutos en coche desde Oviedo. Desde allí, el sendero, que tiene una duración estimada de entre cuatro y cinco horas (ida y vuelta), comienza con un tramo asfaltado que lo hace accesible para excursionistas de todas las edades. Esta característica, sumada a la belleza del entorno, convierte a la Ruta del Alba en una opción perfecta para realizar en familia.
Nada más comenzar, los caminantes encuentran la piscifactoría truchera de la zona, un punto de interés donde se crían ejemplares de este pez autóctono. Más adelante, los restos del cargadero de la mina de hierro Carmen recuerdan la tradición minera de Asturias y la importancia económica que esta actividad tuvo en la zona. Pasadas las Brañas de La Vega, el sendero deja atrás la pista forestal y se adentra en el valle. Aquí comienza el tramo más espectacular de la ruta: un estrecho desfiladero rodeado por paredes verticales de roca, donde el agua fluye con fuerza formando múltiples cascadas y pozas de aguas cristalinas.
El río Alba, que acompaña al sendero en todo momento, es el hogar de una rica fauna asociada al agua. En sus orillas es posible avistar especies como el mirlo acuático y el martín pescador, dos aves que encuentran en este ecosistema un hábitat ideal. El sonido constante del agua y el canto de los pájaros crean un ambiente de tranquilidad que convierte el recorrido en una experiencia inmersiva en la naturaleza asturiana.
Uno de los puntos más icónicos del sendero es La Pontona, un pequeño puente de medio punto desde el que se obtiene una vista privilegiada del valle. Poco después, el camino cruza el puente de La Resquiebra, desde donde las panorámicas del río y la montaña son espectaculares. Finalmente, la ruta concluye en La Cruz de los Ríos, un enclave donde dos árboles centenarios flanquean un pequeño refugio de montaña. Aquí, el paisaje se abre a praderas verdes desde las que se pueden admirar los hayedos de Llaímo y el pico El Retriñón, de más de 1.800 metros de altitud.
¿Cuándo es el mejor momento para visitarla?
Aunque la Ruta del Alba es un destino apto para todo el año, la mejor época para recorrerla es el otoño. Durante esta estación, la vegetación adquiere tonalidades rojizas y doradas que crean un espectáculo visual impresionante. En primavera y verano, el sendero también resulta atractivo gracias a la frondosidad de los bosques y la mayor afluencia de agua en ríos y cascadas. El periodo de deshielo, tras el invierno, es otro momento ideal para visitarla, ya que el caudal del río se incrementa y el paisaje se llena de vida. Sin embargo, es recomendable evitar los días de heladas, ya que el terreno puede volverse resbaladizo y peligroso.
Cómo llegar
Desde Oviedo, el viaje hasta Soto de Agües es de alrededor de 45 minutos por la carretera AS-117. Por su parte, desde Gijón el trayecto tiene una duración estimada de 50 minutos por las vías AS-I y AS-117.