La tradición de tirar una moneda a la Fontana de Trevi recauda al año alrededor de un millón de euros: ¿dónde va ese dinero?

Este es uno de los mayores atractivos de este icónico monumento en el que cada año millones de personas siguen esta tradición

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Fontana di Trevi, en Roma
Fontana di Trevi, en Roma (Adobe Stock).

Junto con el Panteón y el Coliseo, la Fontana di Trevi es uno de los monumentos más icónicos de Roma y una de las fuentes más famosas del mundo. Su imponente estructura barroca, con esculturas que representan a Neptuno y criaturas marinas, ha sido un símbolo de la ciudad desde su finalización en el siglo XVIII. Pero, más allá de su belleza artística, la fuente es el epicentro de una tradición que cada año atrae a millones de turistas: el lanzamiento de una moneda para asegurar el regreso a Roma.

Este es uno de los mayores atractivos turísticos de la Fontana, pues según la tradición, arrojar una moneda de espaldas a la fuente con la mano derecha sobre el hombro izquierdo garantiza el regreso a Roma. Si se lanzan dos, se encontrará el amor, y con tres, se contraerá matrimonio. Esta costumbre se popularizó gracias a la película Tres monedas en la fuente (1954). Así, cada día, cientos de kilos de monedas son arrojados al agua. Se estima que anualmente se recogen más de un millón de euros, pero, ¿dónde va todo ese dinero?

Orígenes y construcción

El origen de la Fontana di Trevi se remonta a la Antigua Roma, cuando el emperador Augusto ordenó la construcción del acueducto Aqua Virgo en el año 19 a.C. para abastecer de agua a la ciudad. Sin embargo, la fuente tal como se conoce en la actualidad comenzó a tomar forma en el siglo XVIII. En 1732, el papa Clemente XII convocó un concurso para su diseño, en el que participaron destacados arquitectos de la época. Finalmente, el proyecto fue adjudicado a Nicola Salvi, quien inició la construcción en 1732, aunque no pudo verla terminada, ya que falleció antes de su conclusión en 1762.

Fontana di Trevi, en Roma
Fontana di Trevi, en Roma (Adobe Stock).

El diseño de la fuente sigue el estilo barroco y está integrado en la fachada del Palazzo Poli. En el centro de la composición se encuentra Neptuno, dios del mar, montado en un carro en forma de concha tirado por dos caballos marinos, que simbolizan los cambios en el estado del mar: uno de ellos se muestra tranquilo y el otro, agitado. A ambos lados, figuras alegóricas representan la abundancia y la salubridad del agua. El conjunto escultórico se ve enmarcado por un fondo arquitectónico que simula una escena teatral, con columnas y nichos que refuerzan la grandiosidad del monumento.

Pero la Fontana di Trevi no solo es un símbolo de Roma, sino también un ícono cinematográfico. Su aparición en la legendaria escena de La dolce vita (1960), dirigida por Federico Fellini, la convirtió en un referente del cine y del imaginario colectivo. En la escena, la actriz Anita Ekberg se sumerge en la fuente con su vestido negro, invitando a su compañero de reparto, Marcello Mastroianni, a acompañarla en un momento de esplendor nocturno.

De este modo, se ha convertido en un referente turístico a nivel mundial, recibiendo cada día a miles de personas. Sin embargo, el paso del tiempo y la gran afluencia de personas han requerido varias intervenciones de restauración a lo largo de los años. Una de las más importantes tuvo lugar entre 2014 y 2015, cuando la casa de moda Fendi financió un ambicioso proyecto de restauración con una inversión de más de dos millones de euros. Durante las obras, la fuente fue completamente vaciada y se instalaron pasarelas para permitir a los visitantes observar el proceso de restauración.

Un dinero para el bien común

Desde 2006, la gestión del dinero arrojado a la Fontana di Trevi está en manos de Cáritas Roma, en virtud de un acuerdo con el Ayuntamiento de la ciudad. Según el director de Cáritas de Roma, Giustino Trincia, en el año 2022 se recogieron 33.000 kilos de monedas por un valor de casi un millón y medio de euros. Estas monedas recogidas en la fuente financian proyectos sociales y de asistencia a personas en situación de vulnerabilidad, incluyendo comedores sociales, albergues y programas de inserción laboral. El proceso de recolección se lleva a cabo antes de las ocho de la mañana, aproximadamente tres veces por semana.

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Empleados de la empresa municipal ACEA, responsable del suministro de agua y luz en Roma, extraen las monedas bajo la supervisión de la policía local. Una vez recogidas, son trasladadas a un espacio gestionado por Cáritas, donde una máquina separa los euros de las divisas extranjeras. Estas últimas se convierten en euros cada dos o tres años mediante acuerdos con diversas embajadas. Se estima que anualmente se recogen más de un millón de euros, una cantidad que permite sostener iniciativas en favor de personas sin hogar y familias en riesgo de exclusión social.