Hace menos de 100 años que estalló en España la Guerra Civil, un oscuro episodio de la historia del país que dio paso a una rígida dictadura de corte fascista que se mantendría vigente hasta los años 70. Concretamente, el 17 de julio de 1936, los generales Emilio Mola y Francisco Franco iniciaron una sublevación con el objetivo de derrocar la República, el régimen elegido democráticamente.
Un año después, se comenzó a construir un refugio antiaéreo en la calle de Berenguer de Palou, en Barcelona, y lo planificaron de forma que el refugio acabara formando parte de la red del alcantarillado barcelonés. Sin embargo, su existencia acabó por olvidarse, escondido bajo tierra y tras un muro desde 1937.
El refugio antiaéreo de la torre de Sagrera
Hace poco más de 10 años, en 2014, comenzaron las obras de reforma y remodelación de la Torre de la Sagrera, en el barrio de Sant Andreu. Fue entonces cuando se descubrió de nuevo este refugio, que además no figuraba en los registros realizados por la Junta de Defensa Pasiva del 16 de julio de 1938, que indican la existencia de 1.322 espacios como este en la ciudad, posiblemente por tratarse de un refugio privado.
En la actualidad, el refugio conserva sus estructuras originales en muy buen estado, prácticamente intactos: tanto los bancos como letrinas y pozos de ventilación, e incluso dibujos y escritos de la época, además de la instalación eléctrica original. Según explicó el Ayuntamiento de Barcelona a Telecinco, “este refugio se encuentra en un estado muy bueno de conservación, ya que, desde que fue clausurado al acabar la Guerra Civil, había pasado desapercibido“.
“Se construyó hacia el año 1937 y podría ser fruto de la influencia y presión de los delegados de la empresa colectivizada llamada United Shoe Machinery, ubicada en el edificio, donde antiguamente estaba la baldosa de Joan Arpí, que fue propietario de la Torre de la Sagrera, un edificio que le ofrecía protección suplementaria“, añaden.
La torre, por su parte, fue construida a finales del siglo XIX como residencia privada, pero durante la guerra fue colectivizada y convertida en escuela. En los años 80 estuvo a punto de ser demolida debido a un plan urbanístico relacionado con las obras del AVE, pero se pudo evitar gracias a la movilización vecinal. Hoy en día hace las veces de casal del barrio.
Este refugio, de 84 metros de largo, aprovecha la fresquera construida en el segundo subterráneo de la Torre y está hecho con volta (bóveda) catalana, como gran parte de los refugios construidos en la época. Existen dos accesos: uno desde el interior de la Torre y otro desde el exterior, descubierto en 2021 durante las obras de reurbanización de la calle Berenguer de Palou en su cruce con la calle Clara Zetkin.
A pesar de que la ciudad de Barcelona cuenta con al menos 1.322 refugios antiaéreos, que habrían protegido a sus ciudadanos de los bombardeos franquistas, a día de hoy solo pueden visitarse cuatro. Uno de ellos es este, el de la Torre de la Sagrera, que desde esta semana tiene las puertas abiertas al público. Se realizan visitas todos los viernes y sábados, aunque por motivos de seguridad están limitadas a grupos de cinco personas que, acompañadas por un guía, podrán conocer este refugio intacto en visitas de alrededor de una hora de duración.