Enclavada en el corazón de la campiña andaluza, en la provincia de Sevilla, Lebrija se presenta como un museo en vivo de su propia historia. Sus calles aguardan recuerdos, cultura y tradición. Así, en su arquitectura destacan monumentos como la Iglesia de Santa María y la Plaza de España. Además, es también el lugar de origen figuras históricas y artísticas de renombre, como el pintor Francisco de Zurbarán.
A lo largo de los años, Lebrija ha mantenido viva su identidad andaluza, fusionando tradición y modernidad. Su economía, basada en la agricultura, la ganadería y el turismo, refleja un equilibrio entre el pasado rural y el presente dinámico del municipio. Esta localidad, aunque pequeña en comparación con otras de la región, ofrece una experiencia auténtica de la vida en el sur de España y es el destino perfecto para una escapada navideña.
Qué ver en Lebrija: un paseo por la ciudad
Lebrija es la fusión perfecta de cultura, naturaleza e historia. Así, el mejor lugar para iniciar la visita a esta ciudad es la Plaza de España, un espacio emblemático que refleja la esencia del municipio. En ella se encuentra el Ayuntamiento, un bello edificio de estilo neoclásico que invita a recorrer sus calles más cercanas. Desde aquí, se puede caminar hasta la Iglesia de Santa María de la Oliva, un monumento de gran valor histórico y arquitectónico, que data del siglo XV y combina elementos góticos y renacentistas. Su impresionante fachada, así como un interior decorado con retablos barrocos, han hecho de ella uno de los espacios más destacados de la región.
A continuación, la siguiente parada es un paseo por el casco antiguo que lleva hasta la Casa de los Díaz, un antiguo palacio renacentista que alberga una exposición permanente sobre la historia de Lebrija, con especial énfasis en su legado romano y musulmán. Muy cerca, en la Plaza del Niño Perdido, se encuentra una de las esculturas más representativas de la ciudad, dedicada a la figura del niño perdido, que hace referencia a una leyenda local.
Si se desea conocer la Lebrija más moderna, el recorrido puede continuar hacia el Centro de Interpretación del Vino y el Aceite, donde se ofrece una interesante muestra sobre los productos que han marcado la economía local durante siglos. Finalmente, no se puede abandonar la ciudad sin probar su gastronomía, con platos típicos como el atún de almadraba y los dulces caseros.
Naturaleza en Lebrija: rutas de senderismo
Lebrija, además de su rica herencia histórica, ofrece a los amantes de la naturaleza una variedad de rutas de senderismo que permiten explorar la belleza de su entorno rural. En los alrededores de la ciudad, destacan los senderos que atraviesan la Campiña de Lebrija, una vasta extensión de campos agrícolas y paisajes de alcornoques y olivos que invitan a la desconexión y el contacto con la naturaleza. Uno de los caminos más populares es el sendero de la Vía Verde de la Campiña, una ruta de fácil acceso y baja dificultad que sigue el trazado de una antigua vía de tren.
Para aquellos que buscan rutas más desafiantes, el Parque Natural de las Marismas de Lebrija ofrece diversas opciones. Este espacio natural, situado a pocos kilómetros del municipio, es un santuario para la fauna local, especialmente para las aves migratorias. Las rutas de senderismo en la zona permiten a los visitantes disfrutar de paisajes de humedales y marismas, mientras observan especies como flamencos, garzas y cigüeñas.
Cómo llegar
Lebrija, situada a unos 50 kilómetros al sureste de Sevilla, es una localidad fácilmente accesible. Para llegar en coche basta con tomar la A-4 en dirección a Cádiz. El trayecto, de unos 45 minutos, es directo y sin complicaciones. También se puede llegar en autobús desde la estación Plaza de Armas en Sevilla, con varias salidas diarias que conectan ambas localidades en un tiempo aproximado de una hora. Por último, quienes quieran llegar en tren también tienen opciones desde a estación de Santa Justa, en Sevilla. El viaje en tren suele durar unos 50 minutos aproximadamente.