Este es el pueblo más frío de España: un castillo histórico y un mes récord con temperatura media de -11ºC

La temperatura más baja jamás registrada en este pueblo fue en el 28 de enero de 1952, cuando se alcanzaron los 28,2 °C negativos

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Vista aérea de Molina de
Vista aérea de Molina de Aragón. (Adobe Stock)

El próximo 21 de diciembre se producirá el solsticio de invierno, es decir, el momento en que el sol alcanza su punto más bajo en el horizonte. Es ahí cuando empezará el invierno. Sin embargo, las bajas temperaturas características de esta época del año, aunque se han hecho esperar, ya se empiezan a notar.

España no se caracteriza precisamente por el frío. De hecho, uno de los mayores reclamos turísticos del país, aparte de la gastronomía, es el buen clima del territorio. Aun así, durante los meses de invierno hay lugares que llegan a registrar verdaderas temperaturas gélidas, como el caso de Molina de Aragón, considerado el pueblo más frío de España.

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Este pequeño municipio, ubicado en el nordeste de la provincia de Guadalajara, conforma uno de los vértices del conocido como ‘Triángulo del frío’, la zona comprendida entre Molina de Aragón, Teruel y Calamocha que se caracteriza por sus bajas temperaturas. Estas se registran en enero, el mes más frío para todo el país. De media en este mes, las mínimas de Molina de Aragón son de -3,5 grados, con nevadas normalmente cuatro días a la semana.

El mes de diciembre también suele registrar temperaturas bastante bajas, con mínimas por debajo de los dos grados. La evidencia de esto es que diciembre de 2001 fue el mes más frío registrado en la localidad, con una temperatura media de -11ºC. No obstante, la temperatura más baja jamás registrada en este pueblo fue en el 28 de enero de 1952, cuando se alcanzaron los 28,2 °C negativos.

Un pasado medieval

Este pueblo no es únicamente conocido por el frío, sino también por su arquitectura tradicional y, especialmente, su castillo, que data del siglo XII y recibe cada año a numerosos visitantes atraídos por su rica historia. La fortaleza, declarada Bien de Interés Cultural, se erige como un símbolo de la localidad y, además, es el castillo más grande de los que quedan actualmente en Guadalajara.

El castillo de Molina de
El castillo de Molina de Aragón. (Adobe Stock)

Situado sobre una colina, el castillo está compuesto por dos elementos distintivos: la fortaleza original, rodeada de murallas, y la imponente Torre de Aragón, siendo ambos testimonios arquitectónicos del pasado medieval de la localidad. La fortaleza de Molina fue construida por Manrique de Lara, primer señor de Molina, como una de las principales defensas de su dominio.

El acceso a la fortaleza se realiza a través de la Puerta del Reloj, una de las puertas principales de la muralla que rodea el recinto. Esta entrada, flanqueada por torres de vigilancia, da paso a un espacio interior lo suficientemente grande como para haber albergado una ciudad medieval. Restos de la iglesia románica de Santa María del Collado, que conserva su suelo y las basas de las columnas, son testigos de la vida que alojaron estas murallas.

Al castillo propiamente dicho se entra a través de una puerta de arco apuntado, una estructura defensiva que demuestra la importancia estratégica de la fortaleza. Al traspasar esta puerta, el visitante se enfrenta a las sólidas murallas, cuyo espesor demuestra la capacidad de resistencia de la construcción. Las torres del castillo se elevan a tres plantas, cada una equipada con grandes ventanas de arcos apuntados.

El patio de armas, centro neurálgico de la fortaleza, albergaba diversas dependencias, entre las cuales la residencia del señor de Molina y, por supuesto, el calabozo.

La Torre de Aragón, situada en una elevación cercana al castillo, es una construcción del siglo XIX que reproduce las características de la fortaleza árabe original, sobre la que se construyó. Esta torre pentagonal, rodeada por una muralla almenada, se erige sobre el lugar que antes fue un castro celtíbero. Desde su terraza, los visitantes pueden disfrutar de una panorámica impresionante de la comarca de Molina, un paisaje que refleja la posición estratégica de la fortaleza, utilizada durante siglos como un punto de observación y defensa.

Puente Viejo sobre el río
Puente Viejo sobre el río Gallo en Molina de Aragón. (Adobe Stock)

Aparte del castillo, Molina de Aragón cuenta con otras atracciones igualmente recomendables, como el Monasterio de San Francisco, fundado a finales del siglo XIII. También testigos de la época medieval son el barrio judío, de gran belleza, y el barrio de la morería, al otro lado del río. Ambos están conectados mediante un puente románico formado por tres arcos.

Cómo llegar

La forma más cómoda de llegar a Molina de Aragón es en coche. Desde Zaragoza el trayecto es de unas dos horas a través de la A-2 y la CM-210.

Desde Guadalajara, se puede tomar la N-211 hasta llegar a Molina de Aragón, un recorrido de aproximadamente 90 km que toma alrededor de una hora y media.

Los Mallos de Riglos (Fuente: Turismo de Aragón)
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