En pleno corazón de la Alcarria, en la provincia de Guadalajara, se erige una de las joyas arquitectónicas más desconocidas de nuestro país. Este monumento se ubica en el municipio de Mondéjar y es uno de los edificios más antiguos y representativos del estilo plateresco en España. De hecho, es considerado el primer monumento renacentista del país.
Sin embargo, desde su construcción, el convento de San Antonio ha enfrentado numerosos contratiempos, como el saqueo durante la guerra de la Independencia y la desamortización del siglo XIX. A pesar de ello, a día de hoy todavía se pueden contemplar sus restos y parte de la iglesia, siendo todo un referente en el patrimonio histórico y monumental de Guadalajara. Tanto es así, que fue reconocido como Monumento Nacional, destacando su importancia como patrimonio cultural de la región.
La inspiración de Roma
El Convento de San Antonio fue fundado por Íñigo López de Mendoza, conde de Tendilla y primer marqués de Mondéjar, quien se inspiró en sus viajes a Roma en 1487, donde había tenido la oportunidad de observar los mausoleos familiares de la Toscana. De hecho, en sus inicios, el proyecto estaba pensado como un pequeño mausoleo para la familia Mendoza, pero, con el tiempo, se transformó en un convento franciscano. La idea surgió cuando los Reyes Católicos encargaron a Íñigo la gestión de algunos asuntos diplomáticos con el Papa Inocencio VIII.
Fue durante esta estancia en la capital italiana cuando surgió la idea de fundar el convento en su villa, que acababa de adquirir. Con el apoyo de los monarcas, Íñigo consiguió las licencias necesarias para establecer el convento en Mondéjar, y en 1509 se concluyó la construcción de la iglesia, que en ese entonces se había convertido en una pieza fundamental de la villa. Así, el monasterio pasó de ser un proyecto personal a un complejo religioso de gran envergadura.
El arquitecto encargado de la construcción del convento fue Lorenzo Vázquez, quien es considerado uno de los pioneros del Renacimiento en España. Su diseño refleja las primeras influencias del Renacimiento en la península, adaptadas a la tradición local. La iglesia del convento, construida en mediano sillarejo, destaca por su estilo protorrenacentista, con una única nave y un coro alto, una estructura que permite admirar la sobriedad y la monumentalidad del edificio.
El esplendor y decadencia del convento
La familia Mendoza, a lo largo de los siglos, se encargó de preservar y enriquecer el convento. Íñigo López de Mendoza no solo financió la construcción, sino que también realizó generosas donaciones de objetos litúrgicos y obras de arte, como cálices, cruces y candeleros. En su testamento, dejó importantes bienes a favor del convento, consolidando la relación entre la familia y el monasterio.
El convento alcanzó su apogeo en el siglo XVI, cuando albergaba hasta cuarenta frailes. Sin embargo, las guerras y las desamortizaciones no tardaron en poner fin a su esplendor. En la guerra de la Independencia, las tropas francesas saquearon y dañaron gravemente el edificio. Posteriormente, la desamortización de 1835 provocó su abandono. En 1916, las piedras del convento fueron utilizadas para la construcción de la plaza de toros de Mondéjar, lo que supuso un golpe definitivo para la integridad del monumento.
La iglesia: el único resto del convento
Hoy en día, solo se conservan las ruinas de la iglesia del convento, un recordatorio del esplendor de antaño. Las ruinas, que aún conservan elementos ornamentales del Renacimiento, como pilastras decoradas con detalles florales y grandes escudos heráldicos, símbolos de la familia Mendoza. La portada principal y el hastial del testero son ejemplos sobresalientes del estilo plateresco, que en sus detalles y ornamentación reflejan la transición hacia el Renacimiento, un movimiento artístico que en ese momento apenas comenzaba a arraigar en España.
Igualmente, desde las afueras del pueblo, los visitantes pueden contemplar la majestuosidad de los restos del convento, que destacan en el paisaje rural de la Alcarria. Los interesados en conocer más sobre la historia del convento pueden participar en visitas guiadas que detallan la importancia del lugar en la historia del Renacimiento español. Estas visitas no solo permiten admirar el convento, sino también comprender el contexto histórico que lo rodea, desde la fundación por parte de Íñigo López de Mendoza hasta su decadencia y las posteriores intervenciones que lo llevaron a convertirse en lo que es hoy.