Si Ilia Topuria llegara a enfrentarse a Islam Makhachev por el cinturón de las 155 libras, se encontraría ante uno de los rivales más dominantes y difíciles de los últimos tiempos en las artes marciales mixtas. Makhachev, actual campeón de peso ligero de UFC y figura clave del legado de luchadores de Daguestán, ha consolidado su lugar como uno de los luchadores más completos de la compañía, habiendo derrotado a destacados oponentes como Arman Tsarukyan, Charles Oliveira y Dustin Poirier. Su capacidad para controlar el ritmo de los combates, minimizar errores y mantener una resistencia inquebrantable le convierten en un luchador especialmente complicado de superar.
El dominio del daguestaní no solo se limita a su habilidad técnica y táctica en el octágono. Uno de los secretos de su éxito fue revelado recientemente por Joe Rogan, comentarista y analista de UFC, quien destacó la importancia de la disciplina y la ética de trabajo inigualables de Makhachev y quienes lo rodean, como su mentor y excampeón invicto, Khabib Nurmagomedov.
“Khabib tenía sesiones de entrenamiento increíblemente agotadoras”, explicó Rogan en su programa. “Eso era algo que marcaba la diferencia en su resistencia y en su preparación para las peleas. Su disciplina era insuperable: sin distracciones, sin teléfonos, sin videojuegos, sin novias. Todo giraba en torno al entrenamiento, la alimentación adecuada y la recuperación. Esa es la mentalidad que llevaron Khabib y su equipo, y la misma que Makhachev sigue hoy. Entrenan como campeones para comportarse como campeones. Esa es la clave de cómo Islam Makhachev es tan bueno”.
El grado de dedicación del equipo de Daguestán, conocido por su implacable compromiso con la excelencia en las MMA, va más allá del promedio entre la mayoría de los luchadores. Según las palabras de quienes han entrenado con ellos, en el gimnasio solo existe una prioridad: la pelea. Cuando un luchador del equipo tiene un combate programado, los demás giran en torno a él. Cada sesión se planifica al detalle, conforme a estándares que garantizan el perfeccionamiento tanto de la técnica como del físico. Rogan comentó, además, que Khabib se caracterizaba por no ceder nunca un solo asalto durante los entrenamientos, algo que también es parte del ADN de Makhachev.

La capacidad de Makhachev para mantener su energía y su enfoque durante combates prolongados es una de sus mayores virtudes. Desde que debutó en la UFC, ha demostrado no solo un dominio excepcional en el grappling, sino también un cardio sobresaliente, lo que le permite mantener la intensidad del combate en cualquier round. Esto quedó demostrado en sus enfrentamientos más competitivos, como en la pelea contra Alexander Volkanovski, donde, aunque enfrentó algunos momentos difíciles, nunca se vio exhausto o fuera de ritmo.
El estilo de Makhachev
Otros luchadores en la historia de UFC y las artes marciales mixtas también han mostrado cierto nivel de obsesión en su preparación, como Jon Jones, quien es conocido por su minuciosa mentalidad de estudio hacia sus rivales. Sin embargo, la clave diferencial de Makhachev parece ser su consistencia fuera del periodo de campamentos, manteniéndose enfocado durante todo el año. Su compromiso no toma pausas: para él no existe el concepto de temporadas bajas. “Cuando entrenas con personas como Khabib, solo hay una forma de hacer las cosas”, añadió Rogan. “Esta gente convierte sus vidas en un templo consagrado a las MMA. No importa lo que pase fuera del octágono, ellos están enfocados todo el tiempo. Esto no es solo un trabajo para ellos, es una misión personal”.
Para Ilia Topuria, este tipo de enfrentamiento podría representar el mayor desafío de su carrera hasta ahora. Topuria, quien ha escalado rápidamente en las clasificaciones de la UFC y es considerado una de las estrellas en ascenso de las MMA, seguramente necesitará una planificación estratégica impecable para lidiar con el estilo característico de Makhachev. El daguestaní no solo es un especialista en lucha, sino un atleta completo que sabe adaptarse a los distintos estilos de sus enemigos.
El hecho de que Joe Rogan haya descrito las rutinas y la disciplina de Makhachev no solo resalta el camino que lo ha llevado a la cima, sino que también deja un mensaje claro para cualquier rival que desee destronarlo: el nivel de sacrificio que se requiere para medirse contra alguien como él es extremo. Si Topuria logra una oportunidad por el título contra Makhachev, no solo será una prueba de habilidades técnicas, sino también de voluntad y mentalidad. Combatir a un atleta que ha hecho de la lucha su estilo de vida requerirá no solo talento, sino una preparación física y mental tan inflexible como la que define a Makhachev y su entorno.