José Mourinho lo ha vuelto a hacer. El temperamento del técnico portugués es bien conocido en todas las ligas por las que ha pasado, que no son pocas (española, portuguesa, inglesa, italiana). Ahora, en la competición turca, una de las más polémicas, ha vuelto a acaparar los focos tras lo ocurrido en el gran duelo turco: Fenerbahçe - Galatasaray. La tensión del partido y la eliminación del Fenerbahçe hicieron que Mourinho perdiera los nervios y una vez más fuera uno de sus rivales, quien lo acabara pagando. En esta ocasión fue Okan Buruk quien sufrió en primera persona la furia del portugués. Una polémica que se suma a su largo historial.
El Galatasaray, que para la ocasión decidió dejar a Álvaro Morata en el banquillo, comenzó el duelo por delante en el marcador gracias a un gol de Osimhen en el minuto 10 y en el 27 volvió a mandar el balón al fondo de la red. Justo antes del descanso, los de Jose Mourinho trataron de recortar distancias por un tanto de Szymanski. El marcador no volvió a moverse hasta el que árbitro señaló el final del encuentro, pero la tensión no hizo más que incrementarse a medida que pasaban los minutos.
Tal fue la situación que el partido terminó con cuatro tarjetas rojas, dos para cada equipo. En el minuto 92, el árbitro mostró la tarjeta roja a Baris Alper Yilmaz y Kerem Demirbay (ambos del Galatasaray) y a Mert Yandas (Fenerbahçe). En el 106 de partido, el colegiado mostró la última tarjeta roja a José Mourinho por las constantes protestas. La expulsión y la eliminación llevaron al técnico portugués al límite y fue el entrenador del Galatasaray Okan Buruk quien lo acabó pagando. Mourinho se lanzó a por su homólogo y le agredió al agarrarle la cara y pellizcarle la nariz. Sin embargo, esta no es la primera vez que el portugués vive una situación similar.
Las otras polémicas de Mourinho
En noviembre de 2010, el Real Madrid se enfrentó al Ajax en el Ámsterdam Arena durante la fase de grupos de la Champions League. En ese partido, José Mourinho instruyó a Xabi Alonso y Sergio Ramos, quienes ya tenían una tarjeta amarilla, a buscar intencionalmente la expulsión. Esto permitiría que ambos cumplieran la sanción en el duelo contra el Auxerre, y quedaran listos para los octavos de final, fase para la que el equipo ya estaba clasificado. Las consecuencias fueron sanciones económicas por parte de la UEFA: 120.000 euros al club, 40.000 a Mourinho y 20.000 para cada jugador. Además, Alonso, Ramos y el entrenador fueron suspendidos un partido.
Mourinho tuvo constantes enfrentamientos con el Barcelona. Tras la eliminación del Real Madrid en las semifinales de la Champions 2010/11 ante el equipo de Pep Guardiola, el técnico portugués rememoró un episodio polémico en la historia del club catalán. Se refirió al título logrado por el Barça en 2009 tras la controvertida semifinal contra el Chelsea: “Guardiola es un gran entrenador, pero ganó una Champions que me daría vergüenza. La logró con el escándalo de Stamford Bridge. Si gana este año, será con el escándalo del Bernabéu. Ojalá pueda disfrutar algún día de una Champions limpia y sin controversias”.
En Inglaterra, el portugués protagonizó una rivalidad con Arsène Wenger, que se intensificó en su segunda etapa en el Chelsea. En un enfrentamiento entre los ‘Blues’ y el Arsenal, tras una dura entrada de Gary Cahill sobre Alexis Sánchez, Wenger encaró a Mourinho y lo empujó, obligando al cuarto árbitro a intervenir para controlar la situación. Este altercado reflejó la tensa relación entre ambos técnicos.
Pero sin duda uno de los incidentes más recordados de Mourinho ocurrió en la Supercopa de España de 2011, durante un partido entre el Real Madrid y el FC Barcelona. En un momento de tensión, el portugués metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova, entonces asistente técnico del equipo catalán. Más tarde, en rueda de prensa, no solo negó el episodio, sino que descalificó a Vilanova diciendo: “¿Pito Vilanova? No tengo idea de quién es ese Pito”.
