Escándalo en Italia por los comentarios del presidente de la Federación de Gimnasia: de “coño precioso” a “con la minifalda se le veía hasta el alma”

Las acusaciones se originaron tras la filtración de conversaciones telefónicas

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La gimnasta italiana Alice D'Amato
La gimnasta italiana Alice D'Amato (REUTERS/Amanda Perobelli)

Un nuevo escándalo sacude a la Federación Italiana de Gimnasia (FGI), esta vez involucrando directamente a su presidente, Andrea Facci, quien ha sido señalado por realizar comentarios sexistas y ofensivos hacia la gimnasta Ginevra Parrini. Las acusaciones se originaron tras la filtración de conversaciones telefónicas en las que Facci calificó a Parrini como “un coño precioso”. Este incidente se suma a una serie de controversias que han puesto en el centro de atención a la gimnasia italiana en los últimos años.

El caso salió a la luz apenas unas horas después de que Emanuela Maccarani, histórica seleccionadora del equipo nacional de gimnasia rítmica, fuera apartada definitivamente de su cargo tras tres décadas al frente del equipo. Maccarani enfrenta acusaciones de maltrato por parte de varias gimnastas, un tema que ha estado bajo investigación desde 2022. Aunque las conversaciones filtradas entre Facci y el expresidente de la FGI, Gherardo Tecchi, no están directamente relacionadas con los presuntos abusos de Maccarani, el contenido de estas llamadas ha generado una nueva ola de indignación en el ámbito deportivo.

El origen de las investigaciones sobre la FGI se remonta a 2022, cuando las gimnastas Nina Corradini y Anna Basta denunciaron públicamente los abusos y humillaciones que sufrieron durante sus entrenamientos bajo la dirección de Maccarani. Entre las prácticas denunciadas, las atletas mencionaron que eran obligadas a pesarse frente a sus compañeras y que recibían insultos por parte del cuerpo técnico. Estas revelaciones marcaron un punto de inflexión en el deporte italiano, abriendo un debate sobre los métodos de entrenamiento y el trato hacia las deportistas.

El presidente de la Federación
El presidente de la Federación Italiana de Gimnasia, Andrea Facci (imagen de redes sociales)

En este contexto, Ginevra Parrini se convirtió en una de las principales voces de apoyo para las gimnastas que denunciaron los abusos. Parrini ratificó las acusaciones de sus compañeras en diversos medios italianos, lo que intensificó la polémica y atrajo la atención de las autoridades. La Fiscalía de Monza, en el norte de Italia, inició una investigación sobre los posibles abusos en el ámbito de la gimnasia, lo que llevó a la interceptación de llamadas telefónicas entre Facci y Tecchi.

Las conversaciones filtradas y su impacto en la FGI

Las llamadas interceptadas entre Andrea Facci y Gherardo Tecchi revelaron una serie de comentarios sexistas dirigidos hacia Ginevra Parrini. En estas conversaciones, ambos dirigentes criticaron a la gimnasta y utilizaron términos ofensivos para referirse a ella. Aunque estas declaraciones no tendrán un impacto directo en la sentencia del caso contra Maccarani, han generado un nuevo escándalo que pone en entredicho la gestión de la FGI y la conducta de sus máximos representantes.

“¡Nunca fue una mariposa!”, afirmaba Tecchi, por aquel entonces presidente de la FGI. “Parrini hizo veinte días de entrenamiento y luego nada más, ¡ni siquiera con la selección! Es un coño precioso… y le interesaba que la vieran (en televisión)“, añadió.

A lo que Facci respondió: “Es un coño precioso, precioso”. A lo que añadió: “Te cuento una cosa. Me escribió un mensajito Corrado Dones (presidente del comité regional de la federación en Emilia-Romaña) y me dijo: ‘no sé quién coño es esta Parrini, pero yo la haría presidenta’. Yo le dije: ’Corrado, solo porque esté buena, no puedes hacerla presidenta’. Y me dijo: ‘Ni siquiera sé quién es, pero está buenísima’”. Techi continuó con los comentarios sexistas: “En la primera entrevista fue en pantalón, la segunda en falda y la tercera con la minifalda que se le veía hasta el alma”.

Este incidente ha agravado la crisis institucional dentro de la Federación Italiana de Gimnasia, que ya enfrentaba un escrutinio público por las denuncias de abusos. La figura de Facci, quien asumió la presidencia tras la salida de Tecchi, ahora está bajo una intensa presión, mientras crecen las demandas de transparencia y responsabilidad en la gestión de la federación.

La implicación de Ginevra Parrini en este caso no solo se limita a ser víctima de los comentarios sexistas de los dirigentes. Su papel como defensora de las gimnastas que denunciaron los abusos ha sido clave para visibilizar las problemáticas dentro de la gimnasia italiana. Parrini, al respaldar públicamente las acusaciones de sus compañeras, contribuyó a que las denuncias ganaran credibilidad y a que se iniciaran investigaciones formales sobre las prácticas dentro de la FGI.