El tenis femenino está sufriendo en primera persona la lacra de la sociedad. Son dos los casos que han salido a la luz de deportistas que han denunciado acoso por parte de aficionados. Primero fue Emma Raducanu, quien protagonizó una angustiosa situación. Unos hechos que se han vuelto a repetir, pero esta vez ha sido Iga Swiatek quien ha sido víctima de acoso verbal durante un entrenamiento en el torneo de Miami. El incidente ocurrió antes de su partido de tercera ronda contra la belga Elise Mertens. Una situación que ha llevado al entorno de la tenista a tomar medidas de seguridad.
Según la información publicada por el medio polaco Super Express Sport, el responsable del acoso a la tenista es un hombre de nacionalidad polaca de 40 años, que residen en Florida. El agresor, según dicho medio, estaba motivado por un “odio obsesivo” hacia la tenista. Durante el incidente, el hombre habría dirigido comentarios ofensivos hacia Swiatek, lo que llevó a su equipo a alertar a los organizadores del torneo y a la WTA. Como medida de prevención, decidieron reforzar las medidas de seguridad en torno a la tenista.
El equipo de Iga Swiatek trasladó inmediatamente los hechos a los organizadores del torneo, así como a la WTA. “Las críticas constructivas son una cosa; las amenazas, los discursos de odio o el simple hecho de interrumpir un entrenamiento son algo completamente diferente, y no se puede ignorar”, aseguró el entorno de la tenista polaca. Asimismo, recalcaron que la seguridad de las jugadoras debe ser una prioridad absoluta. Tras lo ocurrido, la tenista polaca continuó disputando los partidos correspondientes al torneo de Miami, donde este miércoles ha sido eliminada por Alexandra Eala por 2-0.

Los hechos, lejos de corresponder a un hecho aislado, se enmarcan en el segundo caso de acoso en el tenis femenino. El primero se produjo hace, aproximadamente, un mes durante el torneo de Dubái. En aquella ocasión fue Emma Raducanu, quien sufrió el acoso de un aficionado y tuvo que parar el partido para que desalojaran a dicha persona.
El caso de Emma Raducanu
La tenista británica de 22 años vivió un momento tenso durante su partido de segunda ronda en el torneo de Dubái, al enfrentarse a la presencia de un acosador en las gradas. El incidente ocurrió cuando Raducanu se enfrentaba a la checa Karolina Muchova. La deportista, visiblemente afectada, rompió a llorar tras perder los dos primeros juegos y solicitó la intervención de la jueza principal. Unos hechos que se produjeron tan solo un día después de que el mismo individuo la intimidara en un área pública tras su victoria en la primera ronda del torneo.
La situación se tornó crítica cuando Raducanu, tras dirigirse a la árbitra entre lágrimas, se ocultó detrás de la silla principal. Este comportamiento generó desconcierto entre los asistentes, incluida su rival, Muchova, quien se acercó para comprender lo sucedido y ofrecer consuelo a la británica. La intervención del equipo de seguridad del torneo expulsó al acosador, lo que posibilitó la reanudación del partido. A pesar de su esfuerzo por continuar, Raducanu fue derrotada en un ajustado marcador de 7-6 y 6-4 a favor de Muchova.

La WTA, organismo rector del circuito femenino de tenis, confirmó los detalles del incidente y destacó la importancia de garantizar un entorno seguro para las jugadoras. Aunque no se especificaron las medidas adicionales que se tomarán, la rápida actuación del personal de seguridad en Dubái permitió que el partido continuara sin mayores interrupciones.
En una entrevista con BBC Sport, Emma Raducanu habló sobre lo ocurrido: “Se podría haber gestionado mejor, pero desde aquel incidente he recibido más atención y seguridad. Todo lo que podemos hacer es mirar lo que pasó y reaccionar de una manera mejor, más positiva, en lugar de mirar atrás y culpar a la situación. Ahora se está abordando mejor, así que para mí eso es importante. Siempre estoy muy atenta y ya no hago las cosas necesariamente sola, estoy con alguien y siempre me vigilan”.
En rueda de prensa, también expresó cómo vivió los hechos durante el partido: “Le vi en el primer juego del partido y pensé: ‘No sé cómo voy a terminar’. Literalmente, no podía ver la pelota entre lágrimas, apenas podía respirar. Me decía: ‘Necesito tomarme un respiro’”. Ahora el reciente caso de Iga Swiatek ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y garantizar la protección de las principales protagonistas: las tenistas, con el fin de que estos hechos no continúen sucediendo.