Ocho meses después de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, la nadadora francesa Béryl Gastaldello finalmente recibió el uniforme que debía haber lucido en el evento inaugural. La atleta, capitana del equipo de natación de Francia y participante en el relevo 4x100 metros estilos, expresó su frustración en redes sociales al recibir la indumentaria con un retraso considerable y, además, en tallas y formatos que no correspondían a sus preferencias ni medidas.
Gastaldello no solo lamentó la demora, sino también el hecho de que otros miembros del equipo de natación aún no han recibido sus uniformes. En su caso, la nadadora esperaba una prenda específica, pero en lugar de una falda y zapatos de su talla, recibió un pantalón y zapatillas deportivas. “El hecho de que siete nadadores no tengan la indumentaria es inadmisible. Ya nos privaron de desfilar en la ceremonia de apertura y, además, no tenemos los uniformes o no son de las tallas correctas”, declaró la deportista en un video publicado en sus redes sociales. En el mismo mensaje, añadió: “No quiero mocasines talla 39 o 40 ni una falda, cuando yo pedí un pantalón. Me tomaron las medidas durante al menos 20 minutos. Esto no es aceptable”.
La situación no se limita únicamente a Béryl Gastaldello. La nadadora compartió posteriormente un video en el que afirmó haber identificado al menos a 14 atletas que enfrentan problemas similares con la entrega de sus uniformes. Este incidente ha generado cuestionamientos sobre la organización y logística detrás de un evento de la magnitud de los Juegos Olímpicos, especialmente en un país anfitrión como Francia, que buscaba destacar por su eficiencia y atención al detalle.
El retraso en la entrega de los uniformes y las inconsistencias en las tallas han sido percibidos como una falta de respeto hacia los deportistas, quienes representan a su nación en una de las competencias más prestigiosas del mundo. Gastaldello, finalista en los 100 metros espalda durante los Juegos, no ocultó su descontento y subrayó la importancia de que los atletas sean tratados con el nivel de profesionalismo que merecen.

El incidente con los uniformes se suma a otros desafíos que han enfrentado los Juegos Olímpicos de París 2024. Este tipo de problemas logísticos pone en evidencia las dificultades que pueden surgir incluso en eventos planificados con años de antelación. Aunque la ceremonia de apertura fue un espectáculo que marcó el inicio de una edición histórica de los Juegos, la experiencia de algunos atletas, como Gastaldello, contrasta con la imagen de éxito que se buscaba proyectar.
Las redes sociales se hacen eco de las declaraciones de Béryl Gastaldello
Las declaraciones de Béryl Gastaldello han generado eco en redes sociales, donde otros usuarios han expresado su apoyo a la nadadora y su indignación por la situación. Este tipo de incidentes puede tener un impacto negativo en la percepción pública de los Juegos Olímpicos, especialmente cuando se trata de un evento que busca destacar por su excelencia organizativa y su capacidad para inspirar a millones de personas en todo el mundo.
Este tipo de problemas logísticos podría ser un llamado de atención para futuras ediciones de los Juegos Olímpicos, así como para otras competiciones internacionales, en cuanto a la importancia de garantizar que los atletas reciban el trato y los recursos que necesitan para representar a sus países de la mejor manera posible.