
La Champions volvía al calendario con un partido digno de final. Real Madrid y Atlético de Madrid volvían a verse las caras una vez más en la competición europea para disputarse el pase a cuartos de final. El primer asalto tuvo como escenario el Santiago Bernabéu. El Real Madrid, como anfitrión, sabía que estaba obligado a conseguir la victoria, los Atléticos ansiaban rascar esa ventaja que les permitiera reescribir su historia en Champions. Rodrygo fue el encargado de adelantar a los suyos, pero Julián Álvarez puso el partido en tablas, para dar esperanzas a los rojiblancos. Fue Brahim Díaz, con un impecable baile en el área, quien decantó la balanza y permitió que los blancos cerraran el primer duelo con una victoria.
Con el sonido del pitido inicial todavía resonando por los cuatro costados del Estadio Santiago Bernabéu, tras un sentido minuto de silencio que los aficionados rojiblancos desvirtuaron, Rodrygo abría el marcador para adelantar a los suyos. Valverde, que ejercía de lateral derecho (una posición que ya ha ostentado en otras ocasiones) metió un balón entre la defensa del Atlético de Madrid para que Rodrygo enfilara la portería de Oblak. Un pase orientado fue suficiente para que pisara área y se encaminara a la frontal del área, seguido por los jugadores del Cholo. Armó la pierna a la vez que los aficionados se levantaban de sus asientos ante la ocasión que se presentaba. El tiempo pareció detenerse mientras el brasileño encontraba el hueco perfecto para batir a Oblak y adelantar a los suyos.
Era el minuto cuatro de partido y los de Carlo Ancelotti ya se encontraban por delante en el marcador. A partir de ese momento, el Real Madrid empezó a mover el balón por el campo, a crear ocasiones, a sentirse cómodo, como no se sentía desde tiempo, exactamente desde el partido ante el Manchester City, precisamente en Champions. Mientras el Atlético de Madrid trataba de aguantar las embestidas blancas y soñaba con cazar una contra para poner el partido en tablas. Los de Carlo Ancelotti no fueron capaces de aprovechar esos minutos de gracia y acabaron pagando las consecuencias. Julián Álvarez cogió un balón en la banda, pegado a la línea de fondo, y tras intentar un regate ante Camavinga donde acabó saliendo airoso, enfiló la frontal del área y disparó un fusil a la escuadra de la portería de Courtois. Un impecable picotazo para poner de nuevo el partido en tablas y dar alas al Atlético.
Al igual que le ocurriera a los locales tras su tanto, el gol de la araña fue como un soplo de aire fresco para los rojiblancos, que comenzaron a dominar el duelo y a acercarse cada vez con más peligro a la portería del belga. Tampoco ellos fueron capaces de aprovechar ese brillante momento antes de que el colegiado señalara el final de los primeros 45 minutos y los 22 jugadores enfilaran el túnel de vestuarios. El partido estaba totalmente abierto y la segunda parte se preveía similar. Pocos minutos después de que diera comienzo la segunda mitad, 15 exactamente, Brahim volvió a brillar en el Santiago Bernabéu para poner por delante al Real Madrid.
El baile de Brahim
La jugada comenzaba en los pies de Mendy y tras varios pases rápidos entre el francés Brahim y Vinicius, el malagueño pisó área para protagonizar el baile de la noche. Con varios amagos fue capaz de sortear a dos defensas del Atlético de Madrid, dejando a Giménez en el suelo para disparar al palo contrario de la portería de Oblak y mandar el balón al fondo de la red. Unos minutos más tarde, Brahim volvió a deleitar a los presentes con un nuevo recorte mágico, pero esta vez no terminó dentro de la portería rojiblanca. Con 2-1 para los blancos, el Cholo movió el banquillo con cambios tanto en la delantera como en defensa. Molina, Gallagher, Le Normand, Sorloth y Correa, los cinco cambios prácticamente seguidos. Necesitaban un cambio, un nuevo soplo de aire. Pero no llegó.
El Real Madrid también hizo cambios en sus filas, pero entrados ya en los últimos minutos de duelos, a excepción de Modric, que saltó al verde en el 62 para suplir a Camavinga. Los relevos sirvieron para que los blancos se lanzaran al ataque en busca de un nuevo gol que les permitiera encarrilar más la eliminatoria antes de su visita al Metropolitano, pero tampoco fue posible. El marcador no volvió a moverse del 2-1 a pesar de las ocasiones de los de Carlo Ancelotti. Con ese resultado, el colegiado señaló el final del partido, certificando la victoria blanca en el primer asalto de octavos ante el eterno rival. Con esta ventaja acudirán al Metropolitano, que servirá de escenario y duelo final entre los eternos rivales, donde solo uno pasará a la siguiente ronda y seguirá en el camino hacia la ansiada final en busca de la orejona.