Hace tres años que Donnarumma pisó el estadio Santiago Bernabéu y Karim Benzema, entonces delantero del Real Madrid, le dejó una huella imborrable. Los hechos ocurrieron en marzo de 2022. El PSG, por entonces con jugadores de la talla de Leo Messi, Neymar o Mbappé, se enfrentaba al club blanco en octavos de final de Champions. El momento clave del encuentro lo protagonizaron el portero italiano y el delantero francés y le costó la eliminatoria al club parisino. Ahora, tiempo después de aquella acción, el guardameta ha recordado lo ocurrido, unos hechos que todavía lamenta.
En una entrevista en el podcast Viva el Fútbol, de Antonio Cassano, Donnarumma habló sobre esta acción: “Debí quedarme tendido en el terreno de juego”. Con el equipo francés, entonces dirigido por Pochetino, por delante en el marcador por 0-1, se produjo una jugada que cambió por completo el trascurso del encuentro. El portero italiano tenía el balón en los pies cuando Benzema fue a presionarle e intentar robarle el balón. Fue entonces cuando cometió un error. Al tratar de despejar, Vinicius cazó el balón en el área y se la cedió al delantero francés, que no falló. Fue una jugada de ladrón de guante blanco, de pillo: presión al portero para forzar el error.
Con 1-1 en el marcador, el Real Madrid se lanzó al ataque. Todavía era posible una remontada y más en el Santiago Bernabéu. Tiraron de esencia, esa que tanto les caracteriza y entonces ocurrió algo que solo el club blanco es capaz de hacer. Se levantó de la loma para aplastar a su rival y llevarse el duelo por 3-1, los tres goles de Karim Benzema. Tres años después, muchos partidos más tarde, competiciones y temporadas, Donnarumma todavía lamenta aquella jugada que les costó la eliminación en Champions.
El lamento de Donnarumma
“Te diré algo, yo también cometí un error, debería haberme quedado tirado en el suelo. ¿Por qué te digo esto? Desde el momento en que el árbitro no pita nada y él (Benzema) marca su gol, no hay ninguna posibilidad de que el árbitro revierta su decisión y anule el gol. En el Bernabéu, con ese público enloquecido, el árbitro nunca en su vida anulará un gol. Lo único que debería haber hecho es quedarme en el suelo, pero bueno… Se me quedó en la garganta”, considera el guardameta.
Para el PSG aquella acción debió ser señalada con falta. Nunca ocurrió. Los de Pochetino, que hasta ese momento protagonizando un gran partido, sufrieron en primera persona la esencia blanca. Tras el encuentro, tanto Pochetino como Al Khelaïfi aseguraron que el árbitro había cometido un error que había ido contra los intereses del club parisino. La jugada fue comentada, analizada, cuestionada, pero solo una persona sigue lamentándose de no haber actuado de otra manera, de no haberse quedado en el suelo con el fin de haber cambiado la historia de los que posteriormente fue una impecable remontada blanca. Solo Donnarumma continúa pensando en aquella jugada y en lo que pudo hacer, pero no hizo.