
La historia del cine no se entiende sin la historia del western. Por este género de vaqueros, bandidos, indios y cazarrecompensas han pasado muchos de los mejores directores de la historia, desde los clásicos John Ford y John Huston a autores más contemporáneos, como Quentin Tarantino, los hermanos Coen, Jane Campion o Paul Thomas Anderson.
En la magia del Oeste, sin embargo, son imprescindibles también los italianos. ¿No pensamos todos en la misma música de Ennio Morricone cuando nos imaginamos un duelo de pistoleros? Este conocido compositor puso algunas de sus más icónicas melodías al servicio del llamado spaghetti western, un subgénero en el que varios directores italianos rodaron en Europa (también en España) algunas de las mejores películas de vaqueros. Sergio Corbucci y Sergio Leone son hoy en día los más recordados, aunque habría que añadir el nombre de un actor estadounidense que logró junto a ellos la fama internacional: Clint Eastwood.
Un western rodado en Madrid
De la mano de Sergio Leone, Eastwood se convirtió en una de las mayores estrellas de Hollywood protagonizando la conocida como Trilogía del dólar: Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966). Precisamente la segunda parte cumple añora 60 años desde su estreno en el que, con escenarios como Colmenar Viejo de fondo, dos cazadores de recompensas unen fuerzas para dar con un mismo hombre aunque sus motivos para dar con él sean completamente diferentes.
Este y otros municipios de la Comunidad de Madrid, como el Hoyo de Manzanares, Aldea del Fresno y Manzanares El Real fueron algunos de los espacios en los que se rodaron escenas de estas tres películas. "Ni Ennio Morricone, ni Leone, ni Eastwood eran entonces lo que fueron después", se advierte en la guía cultural Comunidad de Madrid: Territorio Far West. "La Trilogía del Dólar de Sergio Leone supone el cénit del western europeo y de lo más reconocido del western mundial. Y digamos que Clint Eastwood definitivamente comenzó a forjar su estilo como actor y como director, rodando en Madrid".
Las zonas de Madrid en las que se rodó ‘La muerte tenía un precio’
Respecto a la película que este miércoles celebra su 60 aniversario, no hay más que pasearse por Hoyo de Manzanares para imaginar los decorados Golden City, la pequeña ciudad que en la película representa la pequeña ciudad de Tucumcari de Nuevo México. En la Dehesa de Navalvillar, en Colmenar Viejo, se instaló un set de rodaje para la ciudad de White Rocks, así como el Poblado Lega y Michelena.
Esto hizo que la Dehesa se consolidara como una de las más solicitadas para establecer decorados activos. “En esta localización se construyó el primer poblado del oeste en España, para La rubia y el sheriff (1958, Raoul Walsh), después del rodaje desmontado, y el de la “última filmación del género en la Comunidad de Madrid hasta la fecha, la parada de postas de Parada en el infierno (2016, Víctor Matellano)”.
Leone volvería a Madrid una década después, en 1975, para rodar El genio, en el Nuevo Baztán, convirtiendo la Plaza de Fiestas en un campamento del ejército norteamericano. En aquella ocasión, no estaría Clint Eastwood, quien se sabe que se alojaba en la Torre de Madrid (por aquel entonces el edificio más alto de Europa) cuando rodaba en la Comunidad.