
No es extraño que muchas veces las personas nos preguntemos por el futuro. Imaginarnos cómo será el mundo dentro de diez, veinte o cincuenta años puede ser un verdadero reto, ya que son muchos los avances científicos que podrían transformar la vida tal y como la conocemos, desde la inteligencia artificial a la computación cuántica, pasando por otros elementos como la colonización de la Luna o la fusión nuclear.
¿Cómo será el mundo en el año 2071? Esa es la pregunta que trata de responder el Museo del Futuro de Dubái, un centro inaugurado en 2022 que, apenas tres años más tarde, ha visitado un joven español llamado Aritz (@aritzepictravels). Aritz lleva años viajando por el mundo y visitando todo tipo de lugares sorprendentes para luego compartirlo en sus redes sociales, algo que no ha dejado de hacer con este futurista museo -que se puede visitar desde un precio cercano a los 40 euros- que describe y enseña con imágenes.

“¿Qué es esto?“, se pregunta nada más empezar el vídeo mientras muestra alguna de las cosas que se encuentra en la entrada: ”Una lata flotando, una ballena del futuro; hay un perro robot paseando por el museo... ¿Me dará la patita? Oh, creo que mi cerebro va a explotar, los ascensores parecen cápsulas espaciales y puedes hacer cosas tan locas como crear un perfume con tu personalidad o dejar que un brazo robot te prepare un café... Y es que encima te vacila".

El joven español explica el recorrido que puedes realizar desde que coges tu entrada, la cual ya es sorprendente, pues es una pulsera interactiva que se utilizará en todo el recorrido. “El museo está dividido en cinco capítulos”, cuenta Aritz. El primero es una estación espacial: “Te subes a una nave y viajas a la Estación espacial de Dubái”. Desde este simulador, “puedes ver cómo te alejas de la Tierra mientras una guía explica el futuro” mientras, a través de una ventana, se puede observar cómo será la ciudad de Dubái en el año 2071.

El segundo capítulo gira en torno a la sostenibilidad ambiental, la ecología y la biodiversidad. “Lo más impresionante”, destaca Aritz, “es que aquí hay más de 2.000 especies conservadas en frascos de ADN”. El espacio se ve como “una biblioteca genética gigante”. “Es una locura”, asegura, “y puedes escanearlas para aprender más sobre cada una”. Otro de los retos que plantea el museo será el de la depresión, principal problema de salud mental en el año 2030. “Esto es un refugio clave para contrarrestarlo”, señala Aritz en el tercer capítulo del recorrido, “con terapias que reconectan tu mente y cuerpo, equilibrando tu energía y sentidos”.
La cuarta etapa se centra en los avances tecnológicos, lo que explica que se encuentre con “un robot con el que puedes hablar” y que a él, personalmente, le intimida cada vez que le mira. “Trajes para volar, coches inteligentes y hasta chaquetas que te protegen de los virus”. Para concluir el viaje, explica que puedes subir a la terraza “y contemplar el museo desde el corazón del edificio”. Desde esa posición puede leer las inscripciones en árabe que decoran la fachada y que “tienen un mensaje poderoso”. “El futuro pertenece a quienes lo imaginan, lo diseñan y lo construyen”.