Pablo Chiapella y Raquel Guerrero okupan ‘El casoplón’ estas vacaciones: “Las situaciones que ocurren son cómicas, pero lo que pasa es real”

‘Infobae España’ entrevista al director y los protagonistas de esta comedia en la que una familia decide pasar una temporada en una lujosa vivienda vacía

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Tráiler de 'El casoplón', la nueva película de Joaquín Muñoz protagonizada por Raquel Guerrero y Pablo Chiapella.

Después de tantas semanas de lluvia, todos tenemos ganas de verano. Ha vuelto el sol y la Semana Santa traerá algunos días de vacaciones como anticipo, que muchos aprovecharán, por ejemplo, para ir al cine.

A los más veraniegos, de hecho, tal vez les apetezca ver una de esas comedias familiares tan habituales de los meses más cálidos del año. Comedias que, a veces, se ‘cuelan’ unos meses y llegan a los cines en primavera, como ha sido el caso de El casoplón, dirigida por un especialista del género como Joaquín Mazón y protagonizada por Pablo Chiapella y Raquel Guerrero.

De izquierda a derecha: Pablo
De izquierda a derecha: Pablo Chiapella, Joaquín Muñoz y Raquel Guerrero (fila de arriba) junto a Álvaro Lafuente, Nerea Pascual y Noah Casas. (Kowalski Films)

El casoplón es, literalmente, una historia de verano sobre una familia cualquiera, con unos padres -Toñi y Carlos- que hacen malabares para poder conciliar sus trabajos con el cuidado de sus tres hijos. La situación no puede ser peor: un jefe explotador, clientas quisquillosas y una ola de calor que asfixia a toda la familia en su piso de 50 metros cuadrados en el que, por si fuera poco, se ha estropeado el aire acondicionado.

Tan desesperados están que, finalmente, acaban decidiendo mudarse por unos días al ‘casoplón’ vacío donde Carlos trabaja como jardinero. Una decisión -al más estilo Parásitos- que parece solo puntual, pero que acaba convirtiendo las vacaciones de verano en una experiencia que transformará sus vidas por completo.

Una pareja singular

“Ha sido un gusto trabajar con Raquel”, asegura Pablo Chiapella en una entrevista con Infobae España. “Es un pedazo de actriz: tiene comedia, tiene drama y tiene compañerismo, así que ha sido un gusto currar con ella”. Él y Raquel Guerrero forman una pareja que soporta la trama de la película, algo para lo que es clave que ellos, como matrimonio, resulten creíbles. “Es curioso porque es muy difícil, pero a veces es muy fácil”, señala la actriz. "Hay veces que estás trabajando con compañeros, que no tienes esa química". Sin embargo, en esta ocasión, ambos han “conectado” muy bien.

Raquel Guerrero y Pablo Chiapella
Raquel Guerrero y Pablo Chiapella en 'El casoplón'.

Algo que, por otra parte, ha sido vital para reflejar cómo los roles de cada uno, como pareja del otro y como padres de tres niños, iba cambiando. Porque, si normalmente era la madre quien se hacía cargo de todo, tras okupar el chalé es el padre quien tiene que convertirse en la figura responsable. “Es un mensaje de conciliación y empatía”, resume Joaquín Muñoz. “De todos los miembros de la familia hacia un miembro concreto: todos tenemos que sumar para que todos podamos cumplir nuestros sueños".

Cuidar a los más pequeños

La familia de El casoplón es, en su conjunto, un personaje más en el que cada uno de sus componentes muestra una personalidad concreta. “Joaquín ha conseguido el tono”, reconoce Raquel Guerrero. “Hay un mundo adulto, un mundo infantil, gente que viene a hacer una cosa, otras que venimos de hacer otra, niños que no habían hecho nada... conseguir que todos tuviéramos un mismo tono ya es una labor muy complicada”. Pablo Chiapella, por su parte, añade que también ha agradecido que el director les dejara “trabajar sobre la marcha, sobre lo que iba sucediendo y sobre lo que cada uno iba descubriendo de su propio personaje”.

“Si las cosas van bien, tú no intervengas”, contesta el director. “El trabajo ha sido más en la preproducción, en preparar los ensayos y decir ‘en la película vamos a hablar de esto: no nos desviemos”. Una vez logrado esto, su tarea consistió más en que el reparto estuviera cómodo, de cara a trabajar sin preocuparse “por meter la pata”. “Que los actores, y sobre todo los niños, no se sintieran con la presión del error“.

Nerea Pascual, Noah Casas y Álvaro Lafuente eran, en este sentido, una parte clave en la historia. Tres hermanos traviesos a más no poder, enfrentados muchas veces entre sí y dinamizadores de los acontecimientos que, para desgracia de los padres, se suceden en el mayor de los caos. “Hemos adaptado un poco la película a casi para que, para ellos, fuese un juego”, explica el director. “Creo que ha funcionado muy bien el dejarles claro qué aportan a la película, qué tienen que hacer en cada momento en la película y cuál es su rol”.

El director de cine Joaquín
El director de cine Joaquín Muñoz junto a Nerea Pascual en el rodaje de 'El casoplón'. (Nueve cartas)

Las apariencias engañan

Con todos estos ingredientes, El casoplón combina el hecho de ser una comedia para toda la familia con el hecho de ofrecer pinceladas sobre situaciones reales, dolorosas y estresantes, que podrían afectar a cualquier familia. “Tienes que tener coherencia y sensibilidad a la hora de contar las cosas, no reírte porque sí, sino tener sentido del humor”, asegura Joaquín Muñoz. No se perdió el foco en la comedia como, tampoco, en la compleja situación que los personajes atraviesan.

Esto es algo que también tuvo muy claro Raquel Guerrero: “Para mí la comedia no es ‘voy a hacer reír’. Creo que en la comedia tú te ríes cuando una situación es cómica, pero el personaje está sufriendo o está atravesando situaciones reales”. Sobre esto, el director recuerda que las mejores comedias sociales en la historia del cine han sido españolas. “Desde Berlanga a (Rafael) Azcona. No hay que olvidar esos referentes. Ese es nuestro objetivo”.

En esa casa, la familia se ve cautivada por todo el lujo que les rodea, así como por el glamour de todos sus vecinos, entre los que no faltan famosos como Edurne, quien tiene un gran peso en la película. Se muestra, sin tapujos, el exceso de fascinación que sentimos por aquello que no tenemos. “Solo hay que ver la cantidad de influencers que viven del aparentar y del ‘tengo, quiero, yo soy y tú no eres’”, reflexiona Pablo Chiapella. “La cantidad de chavales que se dejan seducir por ese mensaje hasta el punto de imitarles e incluso ofrecerles parte de sus vidas”.

Imágenes de 'El casoplón'.
Imágenes de 'El casoplón'.

En este sentido, Joaquín Muñoz destaca algo muy bonito y es cómo cada miembro de la familia, con esta experiencia, acaba planteándose la misma pregunta: “¿Soy feliz con lo que tengo?“. ”La peli tiene esa crítica a toda esa suntuosidad", concluye Raquel Guerrero. “A ese deseo de ser un famoso al que parece que todo le es maravilloso. Para ser feliz no necesitas todo eso”.