Marcó a toda una generación, pero nadie quiere volverla a ver: ”Es increíble que la película siga teniendo tanto impacto”

Algunos espectadores revelaron al director que dejaron de tomar drogas después de ver este largometraje

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Jared Leto y Jennifer Connelly
Jared Leto y Jennifer Connelly en 'Requiem por un sueño'.

Las últimas décadas del siglo XX estuvieron atravesadas por una creciente presencia de las drogas en la sociedad. El alto número de enfermedades y muertes que provocaron sustancias como la cocaína o la heroína, entre muchas otras, dio paso también a un gran número de películas que abordaban el lado más oscuro de las adicciones, como las conocidas Diario de un rebelde (1995) o Trainspotting (1996), además de otros títulos en España, como Astronautas (2003), de Santi Amodeo.

Sin embargo, en esa lista habría que añadir otro título internacional que provocó un gran impacto cuando se estrenó. Se trata de Réquiem por un sueño (2000), la película de Darren Aronofsky protagonizada por Jared Leto y Ellen Burstyn donde se abordan problemas como el narcotráfico, el excesivo consumo de las pantallas o la dependencia de los productos dietéticos.

Su historia es la de una pareja, Harry y Marion (Jennifer Connelly), que para conseguir el dinero necesario para abrir un negocio deciden vender droga junto a su amigo Tyrone (Marlon Wayans). Junto a Harry esta también su madre Sara, una mujer viuda que espera el día en el que pueda ir a su programa de televisión favorito, para lo que sigue una dieta estricta a base, primero, de una dieta, y luego de pastillas para adelgazar que resultan ser metanfetamina.

Darren Aranofsky, un director de culto

Esta historia, junto al formato de la película -dividida en estaciones- y una aplaudidísima banda sonora -compuesta por Clint Mansell- que el propio Aronofsky decidió aprovechar para jugar con el montaje de las escenas, logró captar la atención de varias generaciones de espectadores, hasta el punto de que Réquiem por un sueño es, a día de hoy, considerada una película de culto.

La película supuso, también, el ascenso a la fama del director, quien en las próximas décadas llevaría a cabo otros para el recuerdo como El luchador (2008), Cisne negro (2010) o La ballena (2022). Sin embargo, Aronofsky nunca ha vuelto a ver sus películas por considerarlo “una pérdida de tiempo”. "O te hace sentir mal porque crees que te has perdido algo, o te sientes orgulloso de ti mismo, lo cual tampoco ayuda", aclaraba en una entrevista con AlloCiné.

Trailer de "La ballena", de Darren Aronofsky

Sin embargo, el director sí ha sido consciente del impacto que provocó Réquiem por un sueño en su momento, la cual no duda en definir como una película “generacional”. “Me alegra que la gente todavía la vea, piense en ella y conecte con ella. Es increíble que la película siga teniendo tanto impacto”.

Los comentarios de quienes vieron la película

Preguntado por si alguna vez había podido hablar con los espectadores, el reconocido director confesó recientemente en una charla en la Filmoteca Francesa algunas de las impresiones más llamativas que los fans habían compartido con él. “He conocido gente que fue a verla en una primera cita y terminó casándose”. Aronofsky también confesó que otros espectadores, pese a que Réquiem por un sueño es su película favorita, le aseguraron que “no querían volver a verla nunca más”. “¡También escuché que es la peor película para una primera cita!”.

Al mismo tiempo, fue también de gran ayuda para varias personas que, por aquel entonces, consumían drogas con regularidad. “He conocido a muchos drogadictos que estaban realmente alejados de todo y que vieron la película y eso los devolvió al camino correcto y les salvó la vida“. Aronofsky señala que, de hecho, el autor de la novela “dedicó su vida a ayudar a la gente a dejar las drogas. Estuvo sobrio durante muchísimos años y luego ayudó a mucha gente”.