
Joe Keery es un tipo al que le gusta vivir en el momento. Ni demasiado atado a la nostalgia ni obsesionado por el futuro, el actor es una de esas personas a las que les gusta mantenerse ocupados, siempre con algún proyecto entre manos. Solo así se entiende que pasase de hacer anuncios de KFC a convertirse en una de las grandes promesas de la nueva televisión, para a continuación cansarse de eso y unirse a una banda de rock, para más tarde dejarla y formar la suya propia. Si el mundo va a una velocidad, Keery maneja sus propios tiempos.
“Soy adicto a hacer proyectos. Pero es difícil cuando tu cerebro está constantemente pensando: ‘¿Qué pasa con el futuro? y ‘¿Qué pasa con el pasado?”. Es la lucha humana: básicamente, ‘¿Qué significa estar contento?”, reconoce Keery en una entrevista. El actor y músico acaba de presentar Crux, su tercer álbum bajo su nombre musical, Djo, el mismo con el que se ha convertido en una estrella, si es que no lo era ya tras aparecer en Stranger Things, donde empezó como secundario y ha terminado convirtiéndose en pilar gracias a su papel como el carismático Steve Harrington.
A las puertas de que la serie de Netflix llegue a su fin después de tantos años y tantas alegrías detrás, Keery ha afrontado su particular crisis existencial con este nuevo disco, en el que precisamente comienza hablando de la ansiedad de hacerse mayor y querer ir quemando etapas de una vida, un problema cada vez más acuciante en la generación cercana a los 30 o que ya la ha superado y que no sabe si tendría que estar en una etapa distinta de su vida. No es de extrañar, puesto que Keery empezó a componerlo justo al cumplir 30, habiendo dejado aparcada su carrera como actor a la espera del regreso de Stranger Things y tras poner fin a su relación sentimental con la actriz Maika Monroe.

Lo divertido de ser básico
Puede que Keery aprendiera que nunca va a estar en el momento y en el lugar adecuado cuando el éxito le vino en el momento más insospechado. Habían pasado casi dos años del lanzamiento de su disco DECIDE cuando la casualidad quiso que uno de sus temas, End of Beginning, se volviese viral en TikTok: “Es una locura ver la reacción que ha suscitado la canción. No lo he superado del todo, pero la he sacado y estoy en paz con ella, así que verla ahora tomar nueva vida me ha hecho reflexionar de nuevo sobre aquella época”, admite el músico, quien con este disco ha decidido dejar atrás aquello, tal y como verbaliza en el segundo tema (Basic being basic): “No quiero tu dinero, no me importa la fama / No quiero vivir una vida en la que ese sea mi gran beneficio / Quiero placeres sencillos, amigos que me cubran las espaldas / Supongo que te daré las gracias y volveré a renegar de tu nombre / El pasado es el pasado, y superaré el odio para encontrar un amor de verdad que no sea fingido”.
risis existenciales (Lonesome is a state of mind), aprender a aceptarse a uno mismo (Basic being basic, Egg), historias de amor y desamor (Delete ya, Golden Line) y mucho más conviven en Crux, que también supone una transición musical para Keery. Si en el anterior trabajo de Djo la música era más cercana a Tame Impala o Ariel Pink, en esta hay claras influencias de The Beatles que ni el propio músico pretende esconder: “Es un grupo que me enseñó mi hermana mayor y que durante muchos años me daba vergüenza reconocer su importancia, pero sí, me encantan los Beatles y me gusta que ahora me recuerden a ella”.
No solo los cuatro de Liverpool, sino que las referencias que maneja Keery son tanto actuales -se confiesa gran fan de Charli XCX y su Brat- como del pasado, estando muy presente la música de los 80, desde The Cars a Billy Joel pasando por David Bowie, en el que Keery ve un modelo a seguir. “Hablamos de un tipo que nunca hacía lo mismo dos veces. Siempre hacía algo nuevo y se reinventaba. Ese es el sentido de ser artista: explorar los límites de tus intereses creativos”.

Keery parece haber recogido de aquí y de allá como una esponja que ahora exprime cada estilo a una nueva generación, un poco como Stranger Things asimilaba códigos del cine ochentero -especialmente de la saga Amblin- y los hacía conectar con una nueva audiencia tantos años después. “Sólo intento quitarme las reglas de encima. Quiero crear cosas sin ningún sentido de lo grandes que pueden llegar a ser, o de lo valioso que soy con ellas. Realmente quiero alejarme de la idea de que cada canción es mi mejor canción, porque esa expectativa estrangula la emoción”, confiesa.
A la espera de que Netflix ponga fecha oficial para el desenlace de Stranger Things y por ende el adiós definitivo de Joe Keery a su Steve Harrington, el actor ha encontrado en Djo la válvula de escape perfecta, aunque no descarta retomar su carrera como actor. El año pasado estrenó la quinta temporada de Fargo y está cerca de aparecer en un thriller junto a Liam Neeson. Mientras tanto, con Crux ya se ha ganado el título a rey del baile de primavera, y conociéndole es solo cuestión de tiempo que esté preparando su próximo acto. Esté o no esté en la etapa vital que se le presupone a su edad, a Keery solo le importa encontrar algo con lo que mantenerse ocupado.