The Last of Us ha sido una de las series más exitosas de los últimos años. Tras una primera temporada seguida por millones de espectadores, ahora la expectación con la segunda parte de la adaptación de los famosos videojuegos de Naughty Dog es máxima.
El éxito de la serie provocó el salto a la fama de sus dos intérpretes principales, Pedro Pascal y Bella Ramsey. Sin embargo, en el caso de esta última, la realización de esta serie ha supuesto otros cambios en la vida, como el descubrimiento de que sufre un trastorno del espectro autista.
“Me ha ayudado a comprenderme a mí misma”
La confesión la ha realizado la misma Ramsey en una entrevista con la revista Vogue. Nominada al Emmy por su interpretación, explicó cómo un miembro del equipo de rodaje con una hija autista adivinó en ella varias características similares. Por ello, le recomendó que se realizara una evaluación psiquiátrica.
Después del examen, los médicos le revelaron que, en efecto, tenía autismo, algo que para ella (que se define a sí misma como una persona no binaria) fue “liberador”. “Siempre me lo había preguntado”, confiesa en dicha entrevista. Y es que, cuando iba a la escuela, siempre se sintó como un “bicho raro y solitario”.
A raíz de esto, fue preguntada por si una etiqueta para definir su neurodivergencia no la encorsetaba, como sí ha afirmado que siente con el género. “La etiqueta de ser autista me ha sido muy útil porque me ha ayudado a comprenderme a mí misma, pero en cuanto a género y sexualidad las etiquetas no me resultan cómodas en ningún sentido: me siento atrapada”.
Así, el descubrimiento de la serie le ha permitido “vivir el mundo con más tolerancia hacia mí misma cuando no puedo realizar las tareas cotidianas y sencillas que todos los demás parecen capaces de hacer”.
Cómo el autismo la ayuda a ser mejor intérprete
Sin embargo, Ramsey también ha entendido que es gracias al funcionamiento diferente de su cerebro que ha acabado siendo la estrella de Hollywood que es ha día de hoy. “Me resulta increíblemente útil para la actuación". En concreto, aseguró que desde siempre ha tenido una “dolorosa hiperconciencia de las microexpresiones y el lenguaje corporal de otras personas”, lo que en su momento la ayudaba a socializar y aprender de la gente.
Además, esta característica también la ha hecho mejorar como profesional en el mundo de la interpretación. “He observado a la gente y absorbido todo desde muy joven... todos estos personajes que interpreto tienen algo que ya está dentro de mí porque he visto a alguien ser así antes”.
También ha lidiado con la anorexia
Sin embargo, el trabajo en la producción de la serie también tuvo consecuencias negativas, como la aparición de un trastorno de anorexia con el que tuvo que lidiar inmediatamente después. "Durante un par de años, tuve una necesidad imperiosa de, creo, mostrarle a la gente físicamente que estaba pasando por un momento difícil".
Este tema fue una de las cuestiones que trabajó en terapia con un psicólogo, intentando “tratar de identificar que fue exactamente lo que originó mi problema”. “La verdad es que nunca llegamos al fondo de la cuestión y creo que es lo mismo que le pasa a mucha gente que lucha con su salud mental”.
