Apunta a ser una de las películas del año, e incluso antes de su estreno ya ha dado mucho de qué hablar. Estado eléctrico, la nueva película de los hermanos Anthony y Joe Russo, viene con la etiqueta de ser, hasta la fecha, la película más cara de la historia de Netflix.
La pareja de cineastas estadounidenses son especialmente conocidos por llevar adelante algunas de las películas más famosas del multiverso de Marvel, como Vengadores: Infinity War, Vengadores: Endgame, Capitan América: Civil War o Capitán América: El Soldado de Invierno.
Este tipo de proyectos fueron suficientes para que Netflix decidiera apostar por ellos y financiar sus próximos proyectos. En 2022, los hermanos Russo ya estrenaron en la plataforma El agente invisible, una película que ya fue en su momento la producción más cara de Netflix, con un presupuesto de hasta 200 millones de dólares. Dos años después, no obstante, los directores han superado las cifras con un nuevo proyecto que le ha costado a la plataforma 320 millones.
La muerte de uno de los miembros del equipo y nuevas grabaciones
Estado eléctrico cuenta con todos los ingredientes necesario para convertirse en un gran éxito. Adapta la novela gráfica de Simon Stålenhag, donde se narra la historia de una adolescente que viaja con su robot a través de una América distópica. Un verdadero fenómeno editorial para el que Netflix decidió contar con Millie Bobby Brown en el papel protagonista, junto a otra gran estrella de Hollywood -y compañero de Millie en los rodajes de Marvel- como es Chris Pratt.
Sin embargo, el rodaje de la película también ha contado con diversos problemas, especialmente tras la muerte de uno de los miembros de su equipo. Se trataba de Peter DeToffoli, jefe de transportes durante el rodaje, que falleció cuando su camioneta se estrelló contra un camión tras el rodaje. Con todo, se iniciaron investigaciones para saber si realmente no había ocurrido en horario de trabajo o, debido a su profesión, por un exceso de horas de conducción.
La muerte de DeToffolli detuvo temporalmente el rodaje, que por lo demás acabó terminando en febrero de 2023, cinco meses después de su inicio. Sin embargo, no terminarían ahí los problemas para los hermanos Russo. Y es que, entre marzo y abril de 2024, se tuvieron que grabar algunas escenas de nuevo.
Se desconoce la causa de esta decisión, pero medios estadounidenses como la revista Puck señalan que esto provocó un verdadero terremoto en Netflix, hasta el punto de que supuso la sustitución de Scott Stuber, por aquel entonces director de la sección de películas de la plataforma, por Dan Lin.
Las críticas destrozan la película
Desafortunadamente, no parece que el esfuerzo de los hermanos Russo para sacar adelante el proyecto vaya a dar sus frutos en esta ocasión. Al menos, no de cara a convencer a la crítica en Estados Unidos, que no ha dudado en ‘destrozar’ la nueva producción.
En Rotten Tomatoes, una de las webs de referencia de la crítica de cine, tiene una puntuación de un 20%, con críticas tan contundentes como que “no solo es la peor película de los hermanos Russo hasta el momento, sino también un excelente ejemplo del sombrío estado actual del streaming”, tal y como se puede leer en la reseña de Discussing Film.
En cualquier caso, habrá que esperar a este viernes 14 de marzo para ver si, en efecto, la película de los hermanos Russo ha resultado ser tan mala como asegura la crítica o si, por el contrario, logra convencer a los millones de espectadores que esperan para poder verla.
