
En el mundo del cine, no es extraño escuchar a actores y actrices hablar mal de algunos de sus trabajos anteriores, sobre todo si ese antiguo papel supuso un encasillamiento que condicionó el resto de su carrera. Hemos visto a Orlando Bloom renegar de Troya, por ejemplo, o a Pierce Brosnan asegurar que se sentía “atrapado” interpretando a James Bond. En España hemos visto incluso a Imanol Arias asegurar que su trayectoria en Cuéntame cómo pasó supuso “20 años de media creatividad muerta”.
El éxito de todas estas producciones no supuso, así, la satisfacción de sus intérpretes protagonistas. Un caso contrario, no obstante, al que se puede ver con los protagonistas de una de las sagas de películas más exitosas del siglo XXI, Crepúsculo, que supuso el salto a la fama de dos actores que, más de 12 años después, se han convertido en dos figuras no solo amadas por los fans, sino respetadas por sus compañeros de profesión y codiciadas por los mejores directores.
Se trata, cómo no, de la pareja protagonista: Robert Pattinson y Kristen Stewart, que en la adaptación de la tetralogía escrita por Stephenie Meyer interpretaban a Edward Cullen y Bella Swan. La historia de amor entre el vampiro y la humana cautivó a millones de lectores y más adelante de espectadores, en quizá la que es la pionera de las sagas del género romantasy (un género que mezcla fantasía y romance) que tanto triunfan hoy en día…
Robert Pattinson, de odiado a reivindicado
El peligro de este tipo de producciones, tan exitosas pero al mismo tiempo tan prolongadas en el tiempo, es que para muchos actores puede resultar difícil convencer al espectador de que ya han salido de su papel. En una entrevista en 2024, Robert Pattinson contaba en una entrevista para The New York Times cómo una fan, en un aeropuerto, le preguntaba por qué había dejado de actuar desde que había dejado Crepúsculo.
“Yo estaba en plan... ‘¿soy Batman?‘ Y ella simplemente se rio”, cuenta el actor en esta entrevista. Y es que, para muchos, Pattinson ’volvió a la vida’ interpretando al famoso superhéroe en la versión de Matt Reeves, la cual fue un éxito tanto entre el público como entre la crítica. Sin embargo, lo cierto es que el actor británico, ahora con 39 años, puede presumir de que haber tenido una larga e interesante carrera.

El mismo año que terminaba la saga Crepúsculo, Pattinson (quien antes de interpretar a Edward Cullen hizo de Cedric Diggory en Harry Potter y el cáliz de fuego) sorprendió a todo el mundo protagonizando Cosmópolis, una película dirigida por David Cronenberg, un director muy apreciado en los círculos independientes del séptimo arte, que volvería a contar con Pattinson en su siguiente proyecto, Maps to the Stars (2014).
No sería el único cineasta ‘indie’ con el que Pattinson actuaría en los siguientes años. En 2015, trabajó para el director alemán Werner Herzog, director de culto gracias a películas como Aguirre, la coléra de Dios, y para Brady Corbet —director de The Brutalist, una de las películas del año— en La infancia de un líder. James Gray, los hermanos Safdie, Claire Denis... Los trabajos de Pattinson con algunos de los directores más respetados del séptimo arte le llevarían a dejar atrás el estigma de ‘mal actor’ y ‘guaperas’ que había adquirido con Crepúsculo.
Esto le llevaría a volver al escaparate de Hollywood de la mano de directores con una gran reputación, como Robert Eggers —director de Nosferatu— en El faro, Matt Reeves en The Batman o Christopher Nolan en Tenet. Será en 2026 cuando volvamos a ver a Pattinson junto al director de películas como Oppenheimer, Interestellar u Origen, pero antes podemos disfrutar de su trabajo en Mickey 17, la nueva película del surcoreano Boong Joon-ho —director de Parásitos— con la que Pattinson, incluso, podría obtener su primera nominación a los Oscar el año que viene.
Una de las ausencias más sonadas en el Dolby Theatre
Quien también se encuentra cada vez más cerca de la nominación es Kristen Stewart. La actriz estadounidense, de 35 años, ha sido una de las ausencias más señaladas —junto con Zendaya— en las nominadas a Mejor actriz en los Oscar por su papel en Sangre en los labios, una película en la que interpreta a Lou, la gerente de un gimnasio local e hija de un traficante de armas. Un thriller cargado de sexo, violencia y emociones en el que la interpretación de Stewart fue muy aplaudida.
No hubiera sido, por otro lado, la primera nominación de Stewart a los premios de la Academia, puesto que ya consiguió estar entre las finalistas con su interpretación de Lady Di en Spencer, la película del cineasta chileno Pablo Larraín que revivía a la princesa de Gales para mostrar un fin de semana en la vida de la Casa de Windsor.

No han sido estas, con todo, las únicas incursiones de Stewart en el cine de autor. La actriz ha trabajado con directores de la talla del recién oscarizado Walter Salles (en En la carretera), Olivier Assayas (en Viaje a Sils Maria), Woody Allen (en Café Society) o, al igual que Pattinson, David Cronenberg (en Crímenes del futuro), una trayectoria que ha alternado con algunos proyectos como directora de diferentes videoclips y, próximamente, el que será su primer largometraje, The Chronology of Water, que se estrenará en 2025.
Stewart ha ido alternando este tipo de papeles con otros trabajos más comerciales, como Blancanieves y la leyenda del cazador, la siguiente gran película de Hollywood en la que participó al finalizar la saga Crepúsculo, o Los Ángeles de Charlie. Sin embargo, parece que cada vez será más difícil ver a la actriz en este tipo de registros, dado que otro de los próximos proyectos en los que participará será la nueva película del director español Albert Serra, que ahora estrena en España Tardes de soledad.
Ninguno de los dos reniega de sus orígenes
Lejos quedan, para ambos, los años en los que su rostro se asociaba única y exclusivamente al mundo de los vampiros. Las críticas, las etiquetas y la presión no frenaron su carrera, como sí ocurrió con su otro compañero de rodaje en la saga, Taylor Lautner, que ha estado durante años alejado de la actuación.
A pesar de eso, ni el uno ni el otro han renegado nunca del papel que les catapultó en el mundo de la fama. “Si alguien quiere poner Crepúsculo a parir, lo entiendo, pero a día de hoy estoy absoluta y jodidamente orgullosa de ello”, decía la actriz en una entrevista en 2015. Pattinson va más allá, e incluso ha afirmado en alguna ocasión que fue gracias a su papel como Edward Cullen como supo que quería ser actor. “Siempre lo apreciaré”.
Por el contrario, mientras ellos se alejaban de la saga, esta seguía en la memoria de millones de personas, que sustituyeron el furor adolescente por un odio hacia unas películas que hoy se recuerdan, casi, con vergüenza. “Me encanta que la gente siga diciéndome: ‘Hombre, Crepúsculo arruinó el género de vampiros’. ¿Sigues atascado en esa mierda? ¿Cómo puedes estar triste por algo que pasó hace casi 20 años? Es una locura”, señalaba al respecto Pattinson. Y es que parece que tanto él como su compañera de rodaje parecen haber pasado página con la saga que los convirtió en estrellas, algo que muchos espectadores siguen sin conseguir.