El cine y el teatro español lloran hoy la muerte de Tony Isbert, actor destacado y heredero de una de las sagas más icónicas de la interpretación en el país. Fallecía hoy a los 74 años en su residencia de Santander, a causa de un neumotórax. El intérprete había recibido el alta este mismo lunes, después de estar ingresado una semana en el hospital por una enfermedad respiratoria. Atrás deja un legado artístico que se ha extendido durante más de cinco décadas en cine, teatro y televisión.
Antonio José Spitzer Ysbert nació en Madrid el 5 de diciembre de 1950 con la pasión por la actuación corriendo por sus venas. Nieto del emblemático Pepe Isbert e hijo de la actriz María Isbert, creció en un entorno donde el arte escénico formaba parte de la familia. Desde una edad temprana, continuó con la tradición heredada y se consolidó así como la tercera generación de actores en los Isbert.
Ha sido la asociación de actores AISGE la que ha comunicado la triste noticia en sus redes sociales: “Cómo duele despedirnos de nuestro Tony Isbert y recordarle en esta instantánea junto a su madre, María Isbert, y nuestra inmortal Pilar Bardem, también eternas ausentes. Te queremos, Tony”.
Sus padres y sus seis hermanos
Hijo de María Isbert y del profesor de idiomas húngaro, Antonio Spitzer, tuvo seis hermanos, dos de ellos también dedicados al mundo artístico: José S. Isbert y Carlos Isbert. El primero es dramaturgo, escritor y actor, autor de novelas tanto en español como en francés. Asimismo, ha escrito varios guiones y participado en algunas películas, varias obras de teatro y programas de televisión.
Por otro lado, Carlos Isbert ha trabajado en largometrajes como El Palo o ¿Cuánto cobra un espía?, y en la serie icónica de los 90, Al salir de clase. Puede que aun con estos datos desconozcamos quién es. Sin embargo, si le escuchamos hablar, su tono se nos hará familiar, ya que es actor de doblaje y ha dado voz a James Gandolfini de Los Soprano, a George Wendt de Cheers o al inconfundible Homer Simpson.
El gran amor y los hijos de Tony Isbert
Tony Isbert era discreto en cuanto a su vida personal, pero por todos es sabido que su gran amor fue Eva Bellany con la que se dio el ‘sí, quiero’ en 1988 en el Consulado de España en México, ambos vestidos de charros. Sin embargo, en una de sus últimas entrevistas, concedida al diario Más Noticias, el actor hablaba de su divorcio, asegurando que se habían separado “amistosamente” cuando él se trasladó a vivir a Santander.
Juntos tuvieron dos hijos: Vanesa (también actriz) y Tony Junior. De la intimidad de los primogénitos pocos datos se tienen, más allá de las películas y producciones en las que ella ha participado y de su boda, en la que Tony fue el padrino.
Su vida en Santander
En la conversación con el medio mencionado, el intérprete reconocía que cuando cumplió 67 se dio cuenta de que estaba “un poco cansado de Madrid, cansado de ir a eventos y a estrenos”. Por ello, se mudó a Santander. “Mi vida está aquí ahora, alejado de la profesión por las circunstancias. Me gustaría haber podido seguir trabajando, de hecho, me han llamado varias personas para hacerlo”, contaba. Esas circunstancias que comentaba, era la detección de un cáncer.
