La única artista en la historia que se negó a aceptar un Grammy: “Solo reconocen el lado comercial del arte”

Es uno de los reconocimientos musicales más importantes de la industria artística, pero esta cantante decidió no asistir a una gala en la que estaba nominada en varias categorías

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Sinnead O'Connor, la única artista
Sinnead O'Connor, la única artista que dijo 'no' a los Premios Gramm

La inconformidad y la desidia de ver la injusticia expandirse entre sus sobres. Eso debió pensar Sinnead O’Connor (Dublín, 1966-Londres, 2023) al enfrentarse a una de las instituciones artísticas y culturales más notorias del planeta. La cantante irlandesa ha sido la única artista en la historia en entonar el ‘no’ a la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos, encargada de otorgar los Grammy. El reconocimiento es un aspecto imprescindible en la carrera de un artista, pero para O’Connor la prioridad fue otorgarle claridad a sus principios y sentimientos.

Era el año 1991. Su álbum I Do Not Want What I Haven’t Got se había erigido como uno de los discos más aclamados del 1990, sobre todo gracias a Nothing Compares 2 U, el sencillo que estreno un año antes -una canción escrita por Prince- y que se incluía en su tracklist. Vendió millones de copias y captó la atención del mercado estadounidense, normalmente enfocado en los productos patrios.

El éxito del álbum le otorgó cuatro nominaciones a los Premios Grammy de 1991, entre ellas, ‘Grabación del Año’, ‘Mejor Interpretación Vocal Pop Femenino’ y ‘Mejor Álbum de Música Alternativa’, una categoría incorporada en dicho año y que acabaría ganando. Antes de conocer el resultado de las votaciones, O’Connor se plantó ante un sistema que consideró corrupto y alineado con los intereses del mercado y no con las aristas artísticas. En una carta emitida el mismo año en el que se alzó con el Grammy, la irlandesa cargó contra una industria musical con “valores superficiales y falsos”.

“Como artistas, creo que nuestra función es expresar los sentimientos de la raza humana: decir siempre la verdad y no ocultarla nunca, aunque nos movamos en un mundo al que no le gusta el sonido de la verdad”, declaró O’Connor en una misiva que envío a la Academia, rechazando sus nominaciones y renunciando a asistir a la gala. “Creo que nuestro propósito es inspirar y, de algún modo, guiar y sanar a la raza humana, de la que todos somos miembros por igual”, continuaba.

La cantante irlandesa Sinnead O'Connor
La cantante irlandesa Sinnead O'Connor (Getty)

“Reconocen sobre todo el lado comercial del arte. Respetan sobre todo el beneficio material, ya que es la principal razón de su existencia”, escribió. “Y han creado un gran respeto entre los artistas por el beneficio material, honrándonos y exaltándonos cuando lo conseguimos, ignorando en su mayor parte a los que no lo hemos conseguido”. O’Connor pedía un reconocimiento igualitario entre sus compañeros en una época sociopolítica marcada por el caos que, además, incluía la Guerra del Golfo, de la que la cantante irlandesa estaba fervientemente en contra.

Los premios más importantes de la música en Estados Unidos tienen un complicado historial con la igualdad. Por aquel entonces, los Grammy apenas reconocían la música arraigada en la cultura afroamericana (véase el rap o el hip hop), y cuando lo hacía, dichas nominaciones o premios no se retransmitían en directo. El dúo Public Enemy (nominado a un Grammy en la edición de 1991 por su álbum Fear of a Black Planet) siguió los pasos de O’Connor, ampliando su altavoz y pidiendo un boicot mayoritario a la gala de dicho año. La banda mostró su desacuerdo en que la Academia solo emitiera los galardones ‘más importantes’ en horario de máxima audiencia.

Public Enemy no fueron los únicos que dieron plantón a los Grammy, pues su decisión sigue el curso de la que tomaron Will Smith y DJ Jazzy Jeff, su pareja musical, dos años antes. Ambos fueron invitados a actuar en la gala de 1989 y estaban nominados en la categoría de ‘Mejor Actuación de Rap’, pero decidieron no asistir al enterarse de que dicha categoría no se iba a emitir en televisión.

Chuck D y Flava Flav,
Chuck D y Flava Flav, de Public Enemy, en un concierto en el Manchester Apollo, en Mánchester, Reino Unido, en 1990. Normski/MuseumOfYouthCulture/Handout via REUTERS

La igualdad de oportunidades que O’Connor denunció entonces sigue siendo un problema para los Grammy, que han tenido que recorrer un largo camino para honrar a los estilos musicales y los artistas que se habían quedado fuera de sus intereses. Músicos negros contemporáneos como Kanye West, The Weeknd, Tyler, The Creator o Frank Ocean también han criticado abiertamente los premios por su falta de diversidad o de interés en ciertas categorías que conforman el músculo de su industria.

Ocean, uno de los artistas más laureados de los últimos años pese a apenas haber entrado en la ruleta de los lanzamientos, decidió no presentar sus discos Endless y Blonde -uno de los más icónicos de las últimas décadas- a la consideración de los Grammy. “Esa institución tiene una importancia nostálgica. Simplemente no parece estar representando muy bien a la gente que viene de donde yo vengo, y mantiene lo que yo mantengo”, dijo Ocean a The New York Times.

La justicia antes que la fama

Incluso en los momentos en los que la que debía brillar era ella, Sinnead O’Connor decidía poner el foco en las problemáticas que inundaban la primera plana. “No estoy criticando a los Grammy en particular”, dijo entonces en una entrevista que concedió a Los Angeles Times tras anunciar su rechazo a asistir a los premios. “Estoy criticando a la industria musical. Critico a mis compañeros, a los artistas que no hacen su trabajo”, expresó. “Miles de niños mueren de hambre cada día, los niños reciben palizas por los problemas de la sociedad, los niños sufren abusos sexuales y emocionales, la gente vive en la calle. Ya no basta con sentarse en una silla y decir: ‘Sí, es terrible’”, se quejaba entonces sobre la pasividad de sus coetáneos.

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“Los músicos están en posición de ayudar a curar esta enfermedad, pero yo diría que el 90 por ciento de los artistas del negocio de la música fracasan en esa responsabilidad”. Sus declaraciones, de hace más de 30 años, bien podrían aplicarse a la coyuntura actual, marcada por una gobernanza de lo políticamente correcto y de las estrellas musicales que evitan ser problemáticas. Una infección respiratoria, unida a su asma y a una enfermedad pulmonar crónica, acabaron con la vida de la cantante irlandesa el 26 de julio de 2023. Tenía 56 años.

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