La historia detrás de los zapatos de ‘El mago de Oz’, vendidos en subasta por 28 millones de dólares

En la película de El mago de Oz, las cosas imposibles se hacían posibles. Los espantapájaros podían hablar sin pensar, los hombres de hojalata lamentarse sin tener corazón y los leones tener miedo. Aunque el mago resolvería algunos de esos problemas con sus generosos regalos, hubo uno que quedó en paradero desconocido. Hasta ahora, que se ha vuelto a saber de ellos. Hablamos de los famosos “chapines de rubíes”, los zapatos de color rojo brillante que llevaba Judy Garland en la película y que ahora han sido puestos a la venta en subasta, convirtiéndose en el artículo de cine más caro jamás comprado.

Con el estreno de Wicked, el musical protagonizado por Ariana Grande y Cynthia Erivo, parece haber vuelto la fiebre por el fantástico mundo que fue creado en su día por el escritor L. Frank Baum y que ha contado con multitud de adaptaciones, tanto en formato cinematográfico como teatral o musical. Quizá la más famosa de ellas es la de 1938, dirigida por Victor Fleming y protagonizada por una joven Judy Garland que inmortalizaría para siempre el filme. La película es recordada por muchas cosas icónicas, pero quizá una de las que más se recuerdan son los zapatos que lleva la actriz en la película, los mismos con los que empieza toda la trama tras morir la Bruja Mala del Este y ponérselos Dorothy, para alivio de la bruja Glinda y desconsuelo de la Bruja Mala del Oeste.

Durante una subasta celebrada en la ciudad de Dallas, los famosos zapatos fueron puestos a la venta por la empresa Heritage, que inicialmente había estimado que el par se vendería por cerca de tres millones de dólares. Nada más lejos de la realidad, porque nada más ponerse a la venta comenzaron a salir interesados y el precio se disparó por completo. Al final la venta se cerró por 28 millones de dólares, que llegan hasta a 32,5 si se tienen en cuenta impuestos. “Simplemente no hay comparación entre los zapatos de rubíes de Judy Garland y cualquier otra pieza memorable de Hollywood. El impactante resultado refleja cómo de importante son las películas y sus recuerdos para la cultura y sus coleccionistas. Ha sido un privilegio para todos nosotros ser parte de este épico viaje de los zapatos sobre el arcoiris hacia un nuevo hogar”, rezaba el comunicado de Heritage.

Con esta venta, los chapnines de rubíes de Dorothy se han convertido en el objeto de memorabilia más valioso jamás subastado, por encima del famoso vestido de Marilyn Monroe en La tentación vive arriba, que se había vendido por 5,6 millones de dólares. Sin embargo, lo cierto es que los zapatos subastados ahora en realidad no son los únicos en el mundo, ya que se cuentan hasta cuatro en todo el mundo, que fueron utilizados para distintos momentos de la película y que ahora mismo se encuentran en lugares muy diferentes.

Los primeros se compraron en 1970 durante una subasta de los estudios MGM, y actualmente se encuentran en el museo Smithsonian, donde son expuestos al gran público y por ello reciben el nombre de The People’s Shoes (Los Zapatos del pueblo), ya que nunca serán vendidos. Años más tarde, y después de creer que ese era el único par existente, una mujer llamada Roberta Bauman afirmó conservar otro par idéntico, que había estado durante 30 años en su armario. Esos zapatos pertenecían nada menos que a la doble de Judy Garland en la película. En 1988 este par fue adquirido por un hombre llamado Anthony Landini, quien a su vez permitió a Disney exponerlos durante varios años en una atracción, pero finalmente serían devueltos y readquiridos por un comprador anónimo, cayendo en la actualidad en paradero desconocido.

Existe un tercer par que se puede ver actualmente en el museo de la Academia de Hollywood, y que fue adquirido por un grupo de donantes entre los que formaban parte Spielberg o DiCaprio. Estos son los llamados “zapatos de la bruja”, el par de de rubí que se ven en los pies de la malvada bruja del Este, que se conservó en las mejores condiciones durante el rodaje ya que solo se utilizaron para los primeros planos. El cuarto par es el más único, aunque también el único que nunca se llegó a utilizar en la película. Creados por el diseñador de vestuario del filme, Adrian Adolph Greenberg, estos zapatos (conocidos como The Arabian Test Pair) fueron descartados pero adquiridos por otra estrella de Hollywood como Debbie Reynolds, quien los mantuvo en su colección hasta 2011, cuando cayó en la bancarrota y fueron comprados por un coleccionista privado.

El quinto par, que es el que acaba de ser subastado, proceden del museo de Judy Garland, llevaban desaparecidos más de 13 años y son conocidos como The Travelling Shoes. Irónicamente, pertenecían a un amigo de Debbie Reynolds, Michael Shaw, quien también tenía su propia colección de objetos de Hollywood y estuvo paseando tanto los zapatos como varios trajes a lo largo del país. En 2005 los zapatos fueron robados del museo de Judy Garland, pero afortunadamente en 2018 el FBI logró recuperarlos y devolverlos a su lugar. Michael ha estado de nuevo de gira con ellos hasta ahora, cuando finalmente han sido subastados y se han convertido en uno de los objetos más importantes de la historia del cine.