Madrid, 2 ago (EFECOM).- La presidencia de Donald Trump en EE.UU. ha abocado a los mercados al momento más complicado desde la II Guerra Mundial, en el que el aumento del proteccionismo está intensificando muchos de los rasgos de la nueva era económica, en la que se acelera el proceso de desglobalización.
Inversores y analistas coinciden en que el momento actual es el más intenso desde la II Guerra Mundial, en el que la desglobalización está redefiniendo las estrategias de asignación de activos y abriendo paso a nuevas oportunidades en un escenario económico en transformación.
Si Trump no vuelve a dar un giro en su política comercial, los aranceles entrarán en vigor el próximo jueves día 7: para los productos de la UE y Corea del Sur las tasas subirán un 15 %, mientras que India enfrenta un arancel del 25 %, Sudáfrica del 30 % y Canadá del 35 %. En el caso de China hay un pacto temporal.
Desde BlackRock su responsable de Ventas para Iberia, Javier García Díaz, cree que no se puede ignorar que se está produciendo el momento más fuerte desde la II Guerra Mundial, donde la cooperación y la globalización han dado paso a un mundo más fragmentado.
El director de Inversiones Globales y responsable de inversiones de T. Rowe Price, Eric Veiel, afirma que la desglobalización redefine las estrategias de asignación de activos, abriendo paso a nuevas oportunidades en un escenario económico en transformación, con un proceso de desglobalización que impactará negativamente en la economía global, siendo EE UU. y China los más afectados.
Todas las casas de análisis coinciden en que siempre se supo que el año 2025 estaría marcado por un cambio, pero lo que se desconocía es la velocidad y el alcance de los acontecimientos, que ha sorprendido.
Desde T. Rowe Price se estima que EE.UU. y China van a ser los más afectados en el cambio de paradigma.
Según Veiel, el diferencial de crecimiento de las ganancias entre el grupo de las "Siete Magníficas" de acciones tecnológicas y el resto del mercado bursátil estadounidense probablemente seguirá disminuyendo, impulsando un período de mercados menos concentrado y un liderazgo de mercado más diverso.
En los mercados de bonos, la expansión fiscal alemana junto a la política arancelaria ha desencadenado un cambio de paradigma global.
Una inflación de tendencia más alta, especialmente en EE.UU y un mayor riesgo de una desaceleración del crecimiento están impulsando al alza los rendimientos de los bonos soberanos de los mercados desarrollados.
Los analistas coinciden también en que en un mundo menos globalizado la variedad y la combinación de oportunidades de inversión serán diferentes a las que regían hasta ahora.
La directora de Inversiones de Ibercaja Gestión, Beatriz Catalán, asegura que este año se ha puesto a prueba las bondades de la gestión activa, con un mercado que ha interiorizado los vaivénes de la política arancelaria.
Los estrategas macro de Wellington Management, John Butler y Eoin O'Callaghan, apuntan que, si se estabiliza la incertidumbre comercial, se dará paso a una reaceleración de la inflación mundial, lo que favorecerá el crecimiento a corto plazo, pero podría dejar desfasadas las políticas monetarias excesivamente laxas de los bancos centrales.
Este escenario, reforzaría una inflación ya de por sí estructuralmente más elevada y, finalmente, aumentará la probabilidad de que se produzca un ciclo de expansión rápido seguido de una contracción.
Desde Wellington Management se destaca que los aranceles supondrán un contratiempo al crecimiento, sobre todo en EE.UU. Un tipo comercial efectivo entre el 10 y el 15 % afectará más al crecimiento estadounidense que al resto del mundo porque, en la práctica, es un impuesto a los consumidores del país; y tendrá un efecto negativo en la oferta, pues las cadenas de suministro serán menos productivas y más costosas.
Desde Singular Bank, se advierte de que que la implementación de la agenda nacionalista de Trump bajo el lema “Make America Great Again” conlleva un giro hacia el aislacionismo económico y político, debilitando el rol tradicional del país como garante del orden internacional.
Desde esta entidad, se destaca que la política arancelaria y las dudas sobre el plan de consolidación fiscal de EE.UU. podrían provocar presiones inflacionistas que generarán un incremento del déficit presupuestario hasta un 9 % del PIB en 2035.
Como consecuencia, se anticipa que la economía estadounidense limite su crecimiento a un 1,5 % en 2025, lo que supondrá su ritmo más bajo desde 2011, excluyendo el impacto de la pandemia del Covid de 2020. EFECOM
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