Madrid, 30 ene (EFE).- El suministro de energía y la gestión del agua son los principales retos ambientales del turismo de cruceros, han explicado a EFE varios expertos de un sector que está en crecimiento con 31,7 millones de pasajeros desplazados en 2023, un 7 % más que en el año 2019.
El dato lo certifica la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros que además pronostica un aumento de viajeros en un 10 % entre 2024 y 2028, al mismo tiempo que las compañías avanzan hacia el objetivo comprometido de cero emisiones netas de carbono para 2050.
El 'Estudio del impacto económico de los puertos de interés general sobre el conjunto de la economía española', elaborado por Puertos del Estado, indica que el sector de los cruceros aportó en 2023 de forma directa, indirecta o inducida 6.400 millones de euros a la producción, en torno a 3.200 millones al PIB nacional y unos 52.000 empleos.
El presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, ha advertido de que este crecimiento "debe ser sostenible" y para lograrlo destaca dos líneas inversoras: la electrificación de los muelles para el suministro de energía eléctrica "con origen en fuentes renovables internas o externas" y la generación y provisión en puerto de combustibles alternativos.
La intención es complementar estas acciones con las medidas que las propias navieras están llevando a cabo para adaptar sus embarcaciones a las exigencias climáticas.
En lo que respecta a la electrificación, Rodríguez Dapena afirma que los puertos españoles ya están trabajando "intensamente" para poder suministrar energía eléctrica a los buques, de manera que puedan "apagar los motores auxiliares cuando están en tierra" a través del sistema OPS (Onshore Power supply), lo que contribuirá a reducir tanto las emisiones contaminantes como el ruido y "mejorará la calidad del aire en las ciudades portuarias".
Se trata de un "proceso complejo" para el cual se trabaja "con Red Eléctrica y con el sector privado eléctrico" en busca de una inversión en el contexto del modelo público-privado de gestión del sistema de titularidad estatal, de manera que esté operativo para 2030.
El combustible usado por los navíos es un reto complicado, sobre todo a la hora de garantizar desplazamientos a larga distancia, pero distintas compañías trabajan ya también en la sustitución de los combustibles habituales en la navegación: los fuelóleos.
Un ejemplo es el de MSC Cruceros, cuyo director general, Fernando Pacheco, explica que se está "en plena transición hacia un futuro más sostenible y prueba de ello es la apuesta por el Gas Natural Licuado (GNL) y el GNL fósil" que ya emplean algunas de sus embarcaciones y que "reducen significativamente las emisiones en comparación con los combustibles convencionales".
Según estudios del sector, el GNL disminuye las emisiones de dióxido de carbono en un 23 %, las de óxidos de nitrógeno en al menos el 85 % y las de óxido de azufre en el 100 %, si bien hay investigaciones en marcha para desarrollar energías aún menos contaminantes como los biocombustibles.
Por ello, Pacheco ha recordado que la transición energética es "un trabajo de todos", ya que encontrar energía más limpia "implica a otros actores como los constructores de motores o la propia industria del combustible".
En relación con el agua dulce, los cruceros están equipados con instalaciones de producción y almacenamiento para abastecer el consumo en la parte hotelera y en la técnica y las innovaciones de los últimos años han permitido producir "la mayor parte del agua dulce que utilizamos a bordo (el 87,2%: unos 7,4 millones de metros cúbicos) en el propio barco", apunta Pacheco.
Además de minimizar la dependencia de las redes portuarias, ello ha posibilitado "reducir en un 9 % el consumo de agua por pasajero desde 2021".
Otra cuestión a tener en cuenta es el tratamiento de las aguas residuales generadas a bordo, que "cumplen con los estándares internacionales" y alcanzan un nivel de calidad "superior" al de algunos sistemas municipales en tierra. EFE