Fernando Pérez Soto
León, 12 ene (EFE).- El campeón del mundo en arrancada -categoría 102 kilos-, Marcos Ruíz, ha puesto el foco de cara a 2025 en la nueva cita mundialista que se disputará en octubre en Forde (Noruega), después de haberse convertido el pasado mes de diciembre en el primer haltera español en colgarse una medalla de oro en Manama (Baréin).
El levantador de Molins de Rei no descarta, según ha afirmado en una entrevista con EFE, competir en el europeo, a pesar del cambio de categorías donde debería adaptarse a bajar de nuevo, como ya hiciera con anterioridad, hasta los 98 kilos, lo que supondrá un nuevo esfuerzo en su preparación que realiza, desde mayo de 2023, en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de León.
Precisamente en la capital leonesa ha encontrado la estabilidad que buscaba, también con su nuevo entrenador Javier Flores al que considera, junto con su compañero y amigo David Sánchez, uno de los "culpables" de su resurgimiento después de superar la grave lesión que sufriera -rotura del 70 % del tendón del cruádriceps- y de la que fue intervenido quirúrgicamente, lo que le hizo imposible su presencia en París 2024.
"Tengo claro que me vi fuera de la competición y también de la halterofilia", señala convencido el haltera catalán que, por ello, intenta aplicar una nueva filosofía de vida deportiva "intentando disfrutar cada competición, cada entrenamiento y viviendo intensamente el camino hacia los objetivos".
Ello no impide que donde más rinda Marcos Ruíz sea en la competición, más en concreto en la alta competición, donde ofrece su mejor versión ya que no duda en calificarse como un "animal competitivo, ya que mientras otros rivales se minimizan o acusan la presión -comenta-, yo tiendo a crecerme y venirme arriba".
Quizá esa sea una de las principales explicaciones de su medalla de oro en el último mundial al que llegaba con ciertas dudas ya que, a pesar de las buenas sensaciones en algún control y en la Copa de España, no sabía cómo le respondería su cuerpo.
"Es cierto que llegaba con esperanzas, pero no esperaba quedarme a tan solo dos centrímetros -183 kilos- de mi mejor marca en arrancada lograda en 2020 y en una categoría inferior -109 por 102 kilos-, por lo que fue un levantamiento perfecto, quizá al límite de las posibilidades actuales, aunque me dejara insatisfecho el despiste en dos tiempos -cuarto-, lo que impidió una mejor clasificación en el total olímpico -bronce-", recuerda.
La comunión que vive con su actual técnico, aunque reconozca que los anteriores le moldearon para también conseguir medallas en europeos y mundial, hace que le considere "casi un compañero, dando un punto de vista diferente en la halterofilia con un entrenamiento a nivel global, no desde la imposición, sino facilitando las cosas y acompañando en el camino porque la gestión y el trabajo ya tiene que ser personal", asegura.
Desde que se colgara el oro en Baréin, Marcos Ruíz decidió interrumpir durante prácticamente un mes toda actividad en su preparación que ha retomado desde el inicio del nuevo año en la capital leonesa "de manera muy progresiva y analizando el posible cambio de categoría".
Junto a los grandes objetivos del año, sobre todo el mundial, Ruíz también tomará parte en las jornadas de liga, ya en el mes de marzo, con la mirada puesta, en cuanto al calendario nacional, en el campeonato de España absoluto del mes de junio en Zaragoza.EFE
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