Logroño, en busca un punto de inflexión para intentar volver al fútbol profesional

El Athletic de Bilbao visita Logroño en la Copa del Rey; la UD Logroñés busca recuperar su lugar en el fútbol profesional tras años de dificultades y descensos recientes

Guardar

Eduardo Palacios

Logroño, 9 dic (EFE).- La visita a Logroño del campeón de Copa, el Athletic de Bilbao, que ha determinado el sorteo de la tercera ronda de la Copa del Rey, será otro punto de apoyo para una ciudad que tiene ganas de regresar al fútbol profesional, que dejó hace cuatro años, pero del que no encuentra el camino de vuelta.

Muy lejos quedan ya los ecos de aquel Logroñés que compitió en Primera casi una década y dos en Segunda y para los aficionados más jóvenes los Lotina, Abadía, Ruggieri, Alzamendi o Salenko son poco más que recuerdos que les cuentan sus mayores o que ven algunos reportajes de televisión.

Lo que quieren hoy los chavales que acuden a Las Gaunas es una referencia y que eso les devuelva al menos a Segunda División.

Eso sí, en la ciudad sigue habiendo una dualidad, entre la Unión Deportiva Logroñés y la Sociedad Deportiva Logroñés que ahora mismo conviven en Segunda RFEF y casi comparten posición en la zona alta de la tabla.

Pero más allá de esa circunstancia puntual, la distancia entre esos dos clubes es más que amplia en estructura y economía, con lo que el conjunto que se medirá al Athletic a primeros de año es el candidato a recuperar algún día un nombre para Logroño entre los clubes fútbol profesional de España.

En realidad, sólo le falta "acertar" en lo deportivo, que no es poco. Porque ya ha ha dado pasos para equipararse a los clubes de más nivel y cuenta con una estructura asentada, en la que destaca por un filial que ficha a jugadores jóvenes de toda España -como Arnau, el héroe de la pasada eliminatoria de Copa- aunque, de momento, solo para jugar en Tercera División.

Además, su propietario, el empresario Félix Revuelta ha construido una ciudad deportiva modélica, en la que sus jugadores pueden presumir de unas instalaciones modernas y dignas de un club de Primera; lleva invertidos más de siete millones de euros, ya piensa en una ampliación y también busca socios internacionales para inyectar más dinero al equipo.

Pero, de momento, las cosas no le han salido bien todavía. Tras descender en 2021 de Segunda División, solo aguantó una campaña más en Primera RFEF y en el inicio del verano de 2023 bajó a Segunda RFEF.

La pasada campaña fue eliminado de la lucha por el ascenso por el Marbella y este año armó un equipo con el objetivo de dominar su grupo, pero no ha logrado nunca estar en el primer puesto y ya está a ocho puntos del equipo que lo ocupa ahora, el histórico Arenas de Getxo, vizcaíno también.

El no ser líder le costó hace dos semanas el puesto al técnico navarro Miguel Flaño, sustituido por el que era responsable de la ciudad deportiva, el técnico que ascendió a este equipo a Segunda en 2020, Sergio Rodríguez.

De momento, tras eliminar de la Copa al Girona su equipo no pasó del empate en la localidad navarra de Subiza en Liga.

Quizás fue el cansancio de algunos jugadores, o quizás que su cabeza estaba ya pensando en un choque para el que falta todavía tiempo. Un tiempo en el que no pueden alejarse más de su gran objetivo de la temporada, subir un peldaño hacia el fútbol profesional.

Porque, con permiso del otro equipo de Logroño, solo si lo logran podrán mantener la atención de los cuatro mil socios que tiene ahora, una cifra importante en la categoría, pero que debe ir a más y para eso son necesarios los resultados.

Ante el Athletic se espera una gran entrada en Las Gaunas, un estadio que registra sus mayores afluencias el día de Reyes y en las fases de ascenso pero que poco a poco, mientras el fútbol languidece en la ciudad ve como sus gradas también se merman.

Todo a la espera de ese punto de inflexión, que puede ser la Copa, que permita mirar hacia arriba y vuelva a colocar a Logroño en el mapa del fútbol profesional español. EFE